BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • g79 22/9 págs. 3-4
  • Tratamiento médico con sangre... una cuestión emocional

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • Tratamiento médico con sangre... una cuestión emocional
  • ¡Despertad! 1979
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • ¿Es la solución?
  • Cuando los médicos insisten en administrar transfusiones de sangre
    ¡Despertad! 1974
  • Preguntas para el estudio del folleto Los testigos de Jehová y la cuestión de la sangre
    Nuestro Ministerio del Reino 1988
  • Los testigos de Jehová y la cuestión de la sangre
    Los testigos de Jehová y la cuestión de la sangre
  • Salvación de la vida mediante sangre... ¿cómo?
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1991
Ver más
¡Despertad! 1979
g79 22/9 págs. 3-4

Tratamiento médico con sangre... una cuestión emocional

CUANDO un tratamiento médico disfruta de popularidad, la gente tiende a considerarlo como científico, como el único modo de tratar cierta enfermedad. La persona que opte por un tratamiento que no está en boga, o que rehúse el tratamiento popular, puede hacerse objeto de crítica severa. Es posible que hasta difamen y persigan a esa persona.

Por ejemplo: Por siglos la sangría fue una práctica médica popular. Se creía que el sangrar sacaba la sangre mala y ayudaba al enfermo a recuperarse. Este tratamiento fue terapia médica acepta hasta y durante gran parte del siglo pasado. “El sangrar se favorecía a un grado increíble,” escribió el Dr. Alonzo Jay Shadman en su libro Who Is Your Doctor and Why?

Como resultado de este tratamiento médico, muchos pacientes sufrieron y murieron, entre ellos el primer presidente de los Estados Unidos, Jorge Washington. Se le desarrolló una infección en la parte superior de la tráquea (evidentemente fue una inflamación séptica de la garganta) y murió en diciembre de 1799. “Los facultativos de Jorge Washington lo sangraron hasta que murió,” afirma el Dr. Shadman.

En aquel tiempo, no se criticó a los facultativos de Washington. Tampoco se les criticó durante gran parte del siglo siguiente. Pero, ¿qué hay acerca de los que, durante ese mismo siglo, empezaron a dudar del valor de la sangría?

Se les difamó y persiguió. Christoph Wilhelm Hufeland, a quien The Encyclopædia Britannica llamó “el médico más eminente de su tiempo en Alemania,” favorecía el tratamiento médico de sangrar tan popular en aquel entonces. En 1830 dijo: “Cualquiera que dejara de sacarle sangre al hombre cuando éste estuviera en peligro de sofocarse en su propia sangre (ésta era la idea que se tenía acerca de las fiebres inflamatorias) era un asesino por descuido.”

Sin embargo, hoy día se caracteriza de ‘asesinos’ a los médicos de aquel tiempo por haber ‘sangrado a Washington hasta que murió.’ En la actualidad la práctica médica de dar sangre, no de sacarla, ha llegado a ser un tratamiento popular. De hecho, se ha caracterizado de ‘asesinos’ a las personas que han rehusado transfusiones de sangre para miembros de su familia. Se ve, pues, que un tratamiento médico relacionado con la sangre se ha tornado de nuevo en una cuestión emocional.

¿Es la solución?

El péndulo ha oscilado de modo que actualmente es rutinario transfundir sangre a los pacientes como si esto fuera un curalotodo. ¡Pero no lo es! Al contrario, puede empeorar la condición del enfermo, o hasta matarlo. “Se calcula que dentro de la última década 30.000 personas han muerto de hepatitis sérica [transmitida por las transfusiones de sangre],” hace notar Family Health de marzo de 1977, “y las transfusiones de sangre contaminada les han dañado irreparablemente el hígado a otros miles de pacientes.”

Las transfusiones de sangre también son responsables de transmitir muchos otros males que cada año enferman y matan a miles de personas. Además, muchos pacientes sufren reacciones adversas a las transfusiones, que a veces son fatales. El Dr. Charles Gilpin comentó: “En la zona de Miami [Florida] aproximadamente una transfusión de cada 10 produce alguna clase de reacción.”

De modo que ¿cuánto peligro hay? En abril de 1976 Southern Medical Journal sugirió que el cálculo de que hay “entre 3.000 y 30.000 muertes atribuibles a las transfusiones” cada año es probablemente un cálculo moderado. ¡Sin embargo, estas cifras son para solo un país... los Estados Unidos! Por lo tanto, ¿puede culparse a las personas que están al tanto de los detalles si vacilan en cuanto a aceptar transfusiones de sangre?

Sin embargo, es obvio que si una persona pierde demasiada sangre morirá. Según la opinión de casi todos los médicos las transfusiones de sangre pueden salvar a estas personas que de otro modo morirían. Aunque esto puede ser cierto, los testigos de Jehová rehúsan aceptar transfusiones de sangre. Su razón para no aceptarlas es que toman en serio este mandato dado en la Biblia a los cristianos: “Sigan absteniéndose . . . de sangre.” (Hech. 15:28, 29) A veces por obedecer este mandamiento los Testigos se han hallado en pugna con el tratamiento médico popular, y esto ha creado una cuestión emocional.

Sin embargo, hay formas de tratamiento de alternativa, y éstas no presentan los peligros que las transfusiones de sangre presentan. Los testigos de Jehová aceptan estos procedimientos médicos que frecuentemente han salvado vidas. Muchos médicos quizás crean que están cabalmente enterados del asunto de la sangre, pero es posible que no posean todos los hechos. Considere la experiencia de un anterior jefe del personal médico de un hospital de Texas.

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • Español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir