Conocidos por su honradez
La honradez es un requisito cristiano. Por eso, apropiadamente escribió el apóstol Pablo: “Ocúpense en orar por nosotros, porque confiamos en que tenemos conciencia honrada, puesto que deseamos comportarnos honradamente en todas las cosas.” (Heb. 13:18) Otras personas notan tal honradez, y esto es beneficioso, como lo ilustra la siguiente experiencia procedente de Francia.
Un hombre de negocios cristiano se halló en dificultades debido a la actual crisis económica. Respecto a esto, declaró:
“Como fabricante, a veces se me hace difícil pagar las facturas a fin de mes debido a dificultades en los negocios. Por eso, a fines de agosto de 1977 me vi obligado a pedir a un ex vendedor que me aplazara el pago de una suma considerable. Se trataba de una importante casa extranjera que suele conseguir el pago de sus facturas a tiempo. El director de asuntos financieros rechazó mi solicitud y pidió al agente local que exigiera inmediatamente la suma debida. Yo había testificado ya a este agente, quien le dijo al director que él me conocía muy bien y que yo era digno de confianza. Sin embargo, todo argumento quedó en nada.
“Entonces él añadió que yo era testigo de Jehová. La respuesta fue: ‘¡En ese caso, es diferente! Otórguele el aplazamiento que solicita.’ Desde entonces, el agente me ha visitado y me ha explicado todo el asunto. Me mostró una fotocopia de una carta que el director había enviado a la oficina central de la casa comercial. En la carta estaba este comentario: ‘Es testigo de Jehová... opinión favorable.’”
Este Testigo pagó su deuda después del aplazamiento y todavía tiene excelentes relaciones de negocio con esa casa comercial. Por supuesto, los cristianos no siguen el proceder de la honradez solo para obtener ventajas materiales. Pero la buena reputación que se han ganado en el sentido de que sus palabras y hechos son honrados no pasa desapercibida.