¡Qué cerebrito el del ave!
La ciencia siempre ha quedado desconcertada ante la migración de las aves por largas distancias. Ahora el misterio se ha intensificado más... las palomas pueden percibir la posición en que se encuentra la Luna aun cuando no la puedan ver. Antes que se hiciera este descubrimiento, se había demostrado que las palomas mensajeras pueden percibir cambios en el campo magnético de la Tierra, pueden ver ondas de luz que nosotros no podemos ver, pueden detectar desde varios kilómetros de distancia sonidos de baja frecuencia, pueden percibir cambios en la presión atmosférica e identificar olores conocidos. Y ahora las palomas saben dónde está la Luna hasta de día. Cómo saben eso sigue siendo un misterio para los científicos.