BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • g80 22/4 págs. 22-23
  • El cuclillo... ¿taimado bribón?

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • El cuclillo... ¿taimado bribón?
  • ¡Despertad! 1980
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • La selección de padres adoptivos
  • La crianza de los cuclillos jóvenes
  • Misterios de la migración
  • Hábitos útiles de alimentación
  • Cuclillo
    Ayuda para entender la Biblia
  • Cuclillo
    Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
  • Tiempo de construir en pajarolandia
    ¡Despertad! 1971
  • Considere la evidencia del mundo de los animales
    ¡Despertad! 1978
Ver más
¡Despertad! 1980
g80 22/4 págs. 22-23

El cuclillo... ¿taimado bribón?

Por el corresponsal de “¡Despertad!” en las Islas Británicas

EN RUSIA se le llama el kukusbka, en Alemania el kuckuck, en Francia el coucou, en los Países Bajos el koekoek, en el Japón el kak-ko y en las Islas Británicas y otros países de habla inglesa cuckoo. Pero, sin importar el nombre por el que se le llame, sea que se le encuentre en Escocia o en las faldas del monte Fusi Yama, es la misma ave... el cuclillo o cuco común.

Una vez que ha desarrollado todo su plumaje, es un ave hermosa, casi del tamaño de una paloma, aunque pesa menos de 113 gramos. Es de color ceniza clara, y tiene un “chaleco” rayado y, en la cola larga, pintas y puntas blancas. Entre los cantos de las aves, su “cucú” es singular.

Por más fascinador que sea el cuclillo, tiene algunas características que en ciertos respectos crean la impresión de que es un bribón. Esta ave pone sus huevos en los nidos de otras aves y jamás se toma la molestia de construir su propio nido.

La selección de padres adoptivos

La hembra de los cuclillos escoge a otra ave para que sea la madre adoptiva o padre adoptivo de sus polluelos. Observa las actividades de la madre adoptiva o padre adoptivo que ha escogido mientras éstos se ocupan en construir su nido, y, después que ve que se ha puesto por lo menos un huevo en el nido, la hembra de los cuclillos deposita uno de sus propios huevos en ausencia de la otra ave. Puesto que la hembra de los cuclillos pone entre 12 y 20 huevos por temporada, se ve obligada a hallar una cantidad bastante grande de padres adoptivos.

De alguna manera misteriosa esta hembra logra disfrazar sus huevos de tal manera que se parezcan suficientemente a los de la madre adoptiva que ha escogido. Los huevos de los cuclillos pueden variar hasta ser de uno de cinco diferentes colores, desde pardo hasta verde, tienen una variedad de manchas y marcas irregulares y pueden tener la forma de una pera o una esfera, pero son pequeños en relación con el tamaño del ave.

Sin embargo, evidentemente el engaño no termina ahí. Algunos observadores dicen que la hembra del cuclillo se lleva uno de los huevos originales del nido ajeno y se lo come o lo deja caer mientras se va volando.

La crianza de los cuclillos jóvenes

El período de incubación para el huevo del cuclillo es de solo 12 1/2 días, de modo que a menudo es el primer huevo en el nido del cual sale un polluelo. Parece que unas 10 horas después de haber salido del cascarón el cuclillito no puede soportar que cosa alguna lo toque; y, por esta razón instintiva, hace esfuerzos desesperados por sacar del nido otros huevos o polluelos que estén allí. El cuclillo recién empollado tiene en la espalda una cavidad muy sensitiva en la cual mete por maniobras el huevo o polluelo que le molesta, y entonces, con gran forcejeo y por medio de usar las alas sin plumas y entesar las patas, expulsa del nido, a la fuerza, esa carga, y así queda como el único ocupante. Todo este esfuerzo rara vez fracasa, a pesar de que el polluelo está ciego, desnudo y aparentemente indefenso. Es fuerte el instinto que tiene de librarse de todo rival que pudiera ofrecerle competencia al tiempo de comer.

Su canto imperativo de “chiz, chiz, chiz” crea una impresión tan fuerte que no solo los padres adoptivos dedican todo su tiempo a buscarle alimento, sino que otras aves también se sienten obligadas a dejar caer bocaditos, que deberían ser para su propia prole, en la boca siempre abierta del jovencito cuclillo. A menudo sobresale del nido frágil que, después de todo, no ha sido construido para él, ¡y con qué vigor manifiesta resentimiento ante cualquier clase de intromisión, pues silba en desafío y picotea furiosamente la mano de un ser humano y a veces hasta al ave que acaba de alimentarlo!

Parece extraño que los padres adoptivos sean impelidos por un instinto tan fuerte, tan irresistible, a criar a este polluelo antipático. Sin embargo, si acaso se dan cuenta de que este hambriento polluelo no es de su prole, evidentemente ese hecho queda ahogado en la lucha por alimentarlo durante los más o menos 20 días en que éste precisa tal alimentación antes de poder cuidar de sí mismo.

Misterios de la migración

Cuando las estaciones cambian, los cuclillos emprenden el vuelo desde las Islas Británicas hasta África. Pero a menudo los jovencitos no emigran sino hasta semanas después que sus padres han partido. ¿Cómo encuentran el camino estas aves, y también otras criaturas migratorias, a través de extensas zonas de tierra y mar, frecuentemente volando a tremendas alturas donde es probable que escasee el oxígeno, asaltadas por el frío y vientos fuertes... y sin embargo logran llegar a sus destinos con la exactitud de un trayecto trazado por una computadora? Solo el Creador sabe eso.

En la primavera encuentran su camino de regreso. Año tras año las aves adultas vuelven a precisamente el mismo territorio que habían ocupado el verano anterior. Cada macho anuncia su llegada con un canto persistente, y así designa como suyo cierto trecho de terreno que usará como su lugar de alimentación.

En cuanto a la hembra, ¿qué aves escoge para que sean los padres adoptivos de sus hijuelos? Los petirrojos, bisbitas comunes, carricerines comunes, currucas de los pantanos, aguzanieves, acentores comunes, camachuelos comunes y otras aves han llegado a ser inadvertidamente los padres de estos cuclillitos glotones. Pero la hembra recuerda la especie de ave que la crió a ella, y escoge un ave de la misma especie para que le empolle sus huevos y críe sus polluelos.

Hábitos útiles de alimentación

A pesar de sus muchas características desfavorables, el cuclillo tiene algunos hábitos útiles. Puesto que siempre es una criatura glotona, no hay duda de que su deseo insaciable de comer es la razón por la cual se alimenta de orugas destructivas que otras aves rehúsan tocar. Estas orugas, que son de varios géneros, tienen pelos urticantes que las protegen de otras aves, pero que de ningún modo atemorizan al hambriento cuclillo. De modo parecido, otras orugas tienen una coloración defensiva que espanta a otras aves, pero no al cuclillo que halla que éstas cuadran perfectamente bien con su gusto. El cuclillo, siempre impelido por su apetito voraz, también devora escarabajos, gusanos y ciempiés.

Según las normas humanas, al cuclillo bien pudiera clasificársele entre los bribones. Pero, después de todo, no es humano. La manera en que impone el cuidado de su prole a otros puede parecer chocante, pero las otras aves no se quejan. El cuclillo vive en conformidad con el patrón que el Creador fijó para él, y contribuye su parte al equilibrio de la naturaleza. Y, a la vez que lo hace, se porta de tal modo que fascina a todos los que lo observan, y es patente que el Creador también se propuso que eso fuera así.

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • Español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir