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  • ¿Tienen razones sólidas?
  • ¡Despertad! 1980
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¡Despertad! 1980
g80 22/3 págs. 5-7

¿Tienen razones sólidas?

¿CREE usted que el hombre puede arreglárselas sin tener en cuenta a Dios? Quizás sea cierto que el hombre trata de arreglárselas de ese modo. Pero, ¿puede hacerlo con éxito?

Lo que usted ve pasar en el mundo hoy día es un resultado de los esfuerzos que el hombre ha hecho por tratar de arreglárselas sin Dios. Es cierto que algunos de los líderes mundiales afirman que son creyentes; pero como correctamente señaló en una ocasión el filósofo francés Voltaire: “La mayoría de los grandes hombres de este mundo viven como si fueran ateos. . . . El conocimiento de un Dios, la presencia y justicia de él, no ejercen ni la menor influencia en las guerras, los tratados, las ambiciones, los intereses, o placeres, en persecución de los cuales se ocupan de lleno.”

¿Cuál ha sido el fruto de este ‘vivir como si fueran ateos’? El fruto ha sido: hambre, opresión, delito, enfermedades e infelicidad. La contaminación y la cantidad excesiva de población han hecho que la existencia humana sea miserable. Un artículo periodístico con fecha de 6 de marzo de 1979 alistó varios países cuyo total de población representa la cuarta parte de la población humana y en los cuales, en aquel día en particular, había actividad terrorista, luchas civiles o guerra abierta.

La Biblia insiste en que, sin ayuda, el hombre no puede gobernarse con buen éxito. En Jeremías 10:23 declara: “No depende del hombre su camino, . . . no es del que anda enderezar su paso.” (Biblia de Jerusalén) Los sucesos de hoy día confirman la veracidad de esa declaración. Sin embargo, la Biblia nos dice que la guía de Dios está disponible a las personas que en realidad la desean.

¿Necesitamos emocionalmente a Dios?

Los ateos opinan que el hombre puede ‘arreglárselas emocionalmente sin tener en cuenta a Dios.’ ¿Es cierto eso?

La evidencia muestra que, por naturaleza, el hombre es religioso. A través de la historia, todas las civilizaciones han tenido algún sistema de adoración.

¿Y qué sucede cuando la gente presenta resistencia a lo que se ha descrito como su “necesidad de creer”? Quizás se pongan a adorar el dinero, el poder, la ciencia, los dogmas políticos o a sí mismos. Hasta el ateísmo puede convertirse en religión. Acerca de las personas que arguyen a favor del ateísmo, el siquiatra Stafford-Clark dice: “La pasión con que defienden esto . . . es aún más vívida prueba de que existe la necesidad emocional de tener una creencia.”

¿Qué hay de necesitarlo en sentido intelectual?

¿No es cierto que los hombres pueden explicar la existencia de las cosas sin tomar en consideración a Dios? Tratan de hacerlo. Ha crecido la tendencia a relegar a Dios a un segundo plano.

¿Concuerda usted con ese punto de vista? Si así es, medite por un instante. ¿Hasta qué grado se debe esto a su propio modo de pensar? ¿Y cuánto de ello se debe a la influencia del “ambiente intelectual” que existe en el mundo hoy día?

Según se le cita en el libro Religion in a Secular Age (La religión en una era seglar), el filósofo Leslie Dewart dice que “los hombres contemporáneos . . . han sido amoldados por la cultura científica del día, tal como los hombres medievales fueron amoldados por la cultura teológica de su día.” En la Edad Media, la mayoría de la gente creía en Dios. Esa era la clase de sociedad que existía entonces. Además, ¡a menudo era peligroso el no creer en Dios! Sin embargo, la creencia de ellos frecuentemente era irrazonable y supersticiosa. A veces la “cultura teológica” de aquellos días propendió a obstruir el progreso de la ciencia. Por ello, cuando Galileo dio con sus descubrimientos revolucionarios, los líderes religiosos trataron de obligarlo a “retractarse” (aunque, de hecho, lo que él había descubierto de ningún modo contradecía lo que la Biblia dice).

En estos días la situación es, por decirlo así, al revés. Se ejerce casi tanta presión para que no se crea en Dios como la que se solía ejercer para que se creyera en él. Hasta ciertos clérigos abandonan partes de la Biblia en favor de teorías modernas como la de la evolución. Algunos hasta rechazan las normas de moralidad bíblicas y aprueban cosas como la homosexualidad y la fornicación.

¿Es correcta cualquiera de estas dos situaciones: la medieval, o la moderna? El hecho de que el supersticioso punto de vista medieval no fuera equilibrado no hace que el modo de vista materialista moderno sea correcto. Por ejemplo, el Doctor Wernher von Braun, prominente ingeniero norteamericano de cohetes, hizo la siguiente declaración en público: “Se me hace tan difícil entender al científico que no reconoce la presencia de una racionalidad superior detrás de la existencia del universo, como comprender al teólogo que quisiera negar los adelantos de la ciencia.”

¿Puede la evolución reemplazar la creencia en Dios?

Antes de que Darwin popularizara la teoría de la evolución, la mayoría de la gente suponía que tenía que haber un Dios, puesto que no había otra manera de explicar la existencia de las cosas. Pero parece que al aceptarse la teoría de la evolución muchas personas llegaron a opinar que ya no era necesario creer en Dios.

Sin embargo, si usted cree en la evolución, quizás se interese en los comentarios que salieron en un número reciente de la revista Harper’s en cuanto a lo que moldeó el modo de pensar de Darwin. ¿Realmente se basaba aquel pensar en un análisis objetivo de las cosas vivas y del registro de los fósiles? Según registros, Stephen J. Gould, profesor de biología de la Universidad de Harvard, declaró: “Desde el comienzo la progresión gradual filética fue una suposición a priori... nunca fue ‘vista’ en las rocas; fue una expresión de las tendencias liberales del siglo diecinueve.” En otras palabras, el modo de pensar de Darwin fue condicionado por la sociedad en que vivía. Según se le ha citado, Karl Marx declaró: “Es sorprendente la manera en que Darwin reconoce entre las bestias y plantas su sociedad inglesa con sus divisiones laborales, competencia, [y así por el estilo].”

Hoy en día muchos científicos plantean serias dudas en cuanto a la validez de las teorías que se presentan en apoyo de la evolución. ¿Por qué, pues, se sigue defendiendo la creencia en la enseñanza de Darwin? El artículo sigue diciendo: “Hay quienes arguyen que, si se abandonara el mecanismo evolucionario, inevitablemente surgirían dudas en cuanto a que la evolución siquiera haya ocurrido. Por eso indudablemente se sigue defendiendo a Darwin con tanto vigor . . . debido a que [los que lo apoyan] son materialistas.”

Pero el hecho de que estos individuos no estén dispuestos a considerar otra explicación de la realidad no significa que la evolución tenga que ser correcta, ¿verdad?a No a mayor grado que el que la terquedad de los líderes religiosos del día de Galileo haya significado que él tuviera que estar equivocado. La emoción y el prejuicio pueden cegar a científicos tan fácilmente como pueden cegar a líderes religiosos.

La verdad es que, a pesar de todas las presiones que el “modernismo” ejerce sobre la gente para que abandone la creencia en Dios, o por lo menos relegue a Dios a segundo plano, muchas personas están firmemente convencidas de la existencia de Dios. Y el aumento del conocimiento científico en nuestros días solo ha servido para fortalecer su convicción.

[Nota a pie de página]

a Para más información sobre este tema, vea el libro ¿Llegó a existir el hombre por evolución, o por creación?

[Comentario en la página 5]

“En la Edad Media, la mayoría de la gente creía en Dios. Esa era la clase de sociedad que existía entonces. . . . En estos días la situación es, por decirlo así, al revés.”

[Recuadro en la página 6]

Científicos suscitan dudas

¿Están unidos los científicos en cuanto a aceptar la evolución? A muchas personas se les ha inducido a creer que lo están. Sin embargo, tan solo en los Estados Unidos hay literalmente miles de científicos respetables que rechazan la teoría de la evolución o la ponen en duda basándose en razones científicas, y los científicos evolucionistas mismos a menudo admiten que hay graves imperfecciones en esa teoría. Note las declaraciones de algunos de éstos:

“En las últimas décadas, las interpretaciones que se han hecho en cuanto a los posibles orígenes del hombre han cambiado de modo tan considerable que hay razón para ejercer precaución en cuanto a decir dónde y cuándo llegó a existir el hombre. Muchos científicos sencillamente repiten la línea ideológica de la comunidad científica en general. Pero hay suficientes razones para dudar de la evolución sin tener presuposiciones religiosas.”—Wayne F. Friar, biólogo del Colegio Universitario King.

“Es dogmatismo, no ciencia. No tiene sentido en términos del conocimiento científico de hoy día.”—John N. Moore, experto en ciencias naturales de la Universidad Estatal de Michigan.

“Debo recordarle al lector que algunas de las preguntas más antiguas y molestas acerca de la evolución humana siguen sin tener contestación. . . . Como en el pasado, los proponentes actuales de las diversas hipótesis pueden estar equivocados en los mismísimos puntos en los que están más seguros de que están en lo correcto. . . . todas las opiniones de la evolución humana se han edificado sobre hechos aparentes que varían ampliamente en cuanto a grado de confiabilidad.”—Sherwood L. Washburn, profesor de antropología física de la Universidad de California en Berkeley.

¿Puede reproducirse alguna forma de vida microscópica que supuestamente haya evolucionado de lo inanimado?

“Es particularmente pertinente señalar que en una publicación poco conocida, Eugene P. Wigner, un eminente físico teórico, suministró una prueba elegante y rigurosa, sacada de la teoría de los grupos, en el sentido de que son nulas las probabilidades de que una unidad dotada de la facultad de reproducirse, sea cual sea su clase, haya llegado a existir espontáneamente.”—Edward A. Boudreaux, profesor asociado de química de la Universidad de Nueva Orleáns, EE. UU.

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