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  • El efecto del alcohol en su cuerpo

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  • El efecto del alcohol en su cuerpo
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¡Despertad! 1980
g80 22/7 págs. 7-12

El efecto del alcohol en su cuerpo

PARA entender el efecto que el alcohol tiene en el cuerpo, es preciso saber algo acerca de las células y los sistemas orgánicos del cuerpo humano. Estas células y órganos no trabajan en todo momento a capacidad máxima. Tienen lo que algunos denominan una “reserva funcional,” que está disponible para que el cuerpo la use al hallarse bajo tensión más allá de la normal. Así, a alguien le pudieran remover uno de los riñones por completo sin que eso interfiriera con una vida normal. Aunque a una persona le hayan quitado aproximadamente el 90 por ciento del hígado normal, o una porción considerable del cerebro, puede continuar llevando a cabo las actividades normales de la vida.

Debido a esta “reserva funcional,” uno le puede imponer al cuerpo considerable tensión por medio de beber una cantidad excesiva de alcohol sin siquiera darse cuenta de lo que está sucediendo en el interior. Pero debe saberlo.

Cuando se le impone tensión a una célula, ésta se hace más grande. Si la tensión es demasiado grande y dura demasiado tiempo, la célula por fin revienta y muere. Pero si la tensión se remueve a tiempo, la célula gradualmente puede recobrar su tamaño normal y seguir funcionando. Es solo cuando uno ha agotado la reserva, cuando demasiadas células han recibido daño o han muerto, que uno se ve obligado a admitir que está enfermo y que se ha excedido por un tiempo demasiado largo.

Muchas personas que hasta cierto grado son grandes bebedores no sufren un colapso general de la salud. Pero hay varias enfermedades relacionadas con el alcohol de las cuales una persona puede sufrir sin darse cuenta de que son el resultado de sus hábitos de beber. Quizás parezca que su muerte se haya debido a alguna enfermedad común. Sin embargo, su muerte puede haber ocurrido 10 años antes de la de otras personas de la comunidad que tenían la misma edad que ella.

¿Consume usted bebidas alcohólicas? En tal caso, ¿cuánto bebe? ¿Cuánto puede beber alguien sin que la bebida le cause daño?

Nivel prudente de beber

La pregunta respecto a la cantidad de alcohol que el cuerpo humano puede manejar es muy compleja. La capacidad de cada persona es diferente. La cantidad que no le causa problemas a una persona puede ser demasiado grande para otra. Hay quienes sufren efectos adversos tras la ingestión de cualquier cantidad de alcohol.

Las autoridades difieren en cuanto a lo que clasifican como llegar a un “nivel de riesgo” respecto al consumo diario. Sin embargo, muchas autoridades convienen en que el cuerpo de un adulto sano normal puede absorber y descomponer solo una onzaa (un trago) de alcohol, o dos onzas de vino encabezado, o cuatro onzas de vino de mesa, o de ocho a diez onzas de cerveza en una hora. Otras autoridades dicen que debe permitirse dos horas. Por supuesto, no todo el mundo está bien de salud, y eso puede cambiar el cuadro en gran manera.

Si una persona ingiere más alcohol de lo que el cuerpo puede descomponer, el nivel de alcohol de su sangre sube. Al principio puede que se sienta relajada, pero el aumento de alcohol en la sangre causa pérdida de buen juicio y del control emocional. Entonces se causa daño a la coordinación muscular, y siguen hasta problemas más graves.

En la mayoría de los adolescentes habría mal efecto si trataran de imitar la forma en que bebe el adulto de término medio. Puesto que la estructura del cuerpo de los adolescentes no es la de un adulto, usualmente experimentan los efectos sedantes del alcohol más rápidamente y a mayor grado. También, puesto que las emociones de la persona joven están en estado de desarrollo, los jóvenes rápidamente despliegan la evidencia de la embriaguez, y el adolescente pudiera ceder fácilmente a los impulsos sexuales.

Sin embargo, ¿puede darse por sentado que no le vendrá ningún daño al adulto con tal que esparza su beber a través de algún tiempo y no consuma más por hora de lo que su cuerpo puede manejar? Eso no es necesariamente cierto. Hay un límite en cuanto a la cantidad que el cuerpo de la persona puede manejar en un día sin peligro. ¿Cuál es ese límite?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la literatura médica suministran una gran variedad de cifras. Por ejemplo, un informe de la OMS designó 120 gramos de alcohol (12 bebidas de tamaño regular) como “consumo excesivo.” Dos años más tarde, un informe de la OMS dijo que el nivel de peligro pudiera ser menos de la mitad de esa cantidad. Y un estudio realizado en Francia ha indicado que las mujeres que toman tan poco como una bebida alcohólica de tamaño normal (de 10 gramos de alcohol) a base de una bebida diaria están más propensas a sufrir de cirrosis del hígado que las que no beben, y que dos bebidas diarias pueden tener efectos dañinos en los hombres.

¿Por qué la diferencia en las cifras? Entre otras cosas, las pruebas se realizaron con diferentes grupos de personas. Los individuos difieren. No todos pueden tolerar la misma cantidad de alcohol. Sería insensato beber cierta cantidad todos los días simplemente porque ‘se supone que eso es lo que la gente puede beber.’

Recuerde, la salud de usted es lo que está en peligro. Si el beber somete su cuerpo a tensión excesiva con regularidad, está destruyendo su “reserva funcional.” Eso quiere decir que usted se está encaminando a la dificultad.

La Biblia condena claramente la borrachera. (Efe. 5:18; Gál. 5:21) El borracho no solo perjudica su propia salud y pone en peligro su vida; también pone en peligro la vida de otros. Pero, además, las Escrituras dan esta advertencia: “No llegues a estar entre los que beben vino en exceso.” (Pro. 23:20) Lo que se ha aprendido acerca de los efectos que el abuso de las bebidas alcohólicas produce en varios órganos del cuerpo subraya la sabiduría de este consejo.

Efectos de los cuales usted debe saber

Si se somete el cuerpo frecuentemente a una sobrecarga de alcohol, eso afecta a muchas partes, y los efectos tóxicos son acumulativos.

EL HÍGADO: Este órgano figura entre los principales que se encargan de la desintoxicación, pues neutraliza los gases que respiramos, las sustancias químicas de nuestro alimento, del agua y de las medicinas. El beber demasiado alcohol no solo estorba ese trabajo vital; aumenta la carga de sustancias químicas en el cuerpo. Además, reduce lo que puede hacer el hígado para contribuir a la formación de glóbulos rojos, factores de coagulación y mecanismos de defensa contra las bacterias. El daño al hígado puede resultar en pérdida de energía, venas varicosas, hinchazón de los tobillos, desequilibrio hormonal, impotencia e ictericia, para mencionar solo unos cuantos de sus efectos.

El hígado, que normalmente es blando, se hace grande y duro cuando se abusa de él. Si se deja de beber a tiempo, puede volver a su tamaño normal. Pero si el beber en exceso ya ha destruido una buena porción de sus células, puede que se haya encogido y endurecido permanentemente.

EL ESÓFAGO: Si el hígado está seriamente inflamado, eso aumenta la presión en las venas del aparato digestivo, y las venas que están situadas donde el esófago entra en el estómago se dilatan y sus paredes adelgazan. Sangran fácilmente, a veces profusamente.

EL ESTÓMAGO: Aunque pequeñas cantidades de alcohol estimulan la secreción de jugos gástricos, grandes cantidades y fuertes concentraciones de él inhiben la secreción de éstos. El estómago se inflama. La superficie del estómago que segrega los jugos digestivos sufre deterioro, y los músculos estomacales se debilitan. Como resultado, el alimento no se mezcla o no se descompone químicamente a grado suficiente. Se desarrolla desnutrición, a menudo porque el cuerpo no está recibiendo el beneficio completo de lo que se come, y también porque la persona que bebe en exceso satisface su apetito con alcohol, pero priva a su cuerpo de los elementos alimenticios que son más necesarios.

EL PÁNCREAS: El páncreas suministra enzimas que descomponen la materia alimenticia y también insulina para regular el nivel de azúcar en la sangre. Pero el exceso de alcohol hace que las enzimas ataquen y maten grandes porciones del páncreas. Como resultado, disminuye la producción de insulina, lo cual causa una diabetes leve, y debido a la falta de enzimas digestivas el alimento no se absorbe correctamente. Un peligro que acompaña a éstos es que la persona llega a depender de drogas (analgésicas) debido al dolor que se le ocasiona.

EL CORAZÓN Y LA CIRCULACIÓN DE LA SANGRE: La hipertensión (alta presión sanguínea) y las anormalidades en el ritmo cardíaco también se desarrollan en los que cometen excesos en la bebida. A medida que las células cardíacas se agrandan, todo el corazón se hace más grande. Entonces las válvulas del corazón dejan de funcionar correctamente, se debilita su acción muscular y se perjudica la circulación de la sangre. Se priva a todo el cuerpo de la nutrición adecuada, y se acumulan las toxinas. El individuo que ha sido afectado de esta manera se hace susceptible a ataques cardíacos y a la apoplejía.

LOS PULMONES: La bronquitis crónica y la pulmonía son comunes entre los que abusan de las bebidas alcohólicas. La tuberculosis es una complicación común, y se cree que se debe a mala nutrición y a una mayor susceptibilidad a las infecciones pulmonares. Un estudio reveló que por lo menos el 50 por ciento de los tuberculosos eran alcohólicos.

LOS RIÑONES: El consumo excesivo de alcohol causa la dilatación de los vasos sanguíneos de los riñones. La cantidad de orina expelida llega a ser excesiva, y así se priva al cuerpo de fluidos necesarios.

EL CEREBRO Y SISTEMA NERVIOSO: Las cantidades excesivas de alcohol causan daño particular al sistema nervioso. El cerebro, al igual que otros órganos, tiene una “reserva funcional” grande, de modo que muchas de sus células pueden ser destruidas sin que aparezcan síntomas perturbadores. Pero, a diferencia de lo que sucede en otros órganos, el daño que recibe el cerebro puede ser permanente. Los investigadores del cerebro han mostrado que no solo los alcohólicos, sino también los bebedores sociales que beben más de lo debido, experimentan un verdadero encogimiento del cerebro.

El efecto del alcohol en el sistema nervioso puede manifestarse en la pérdida de memoria. Puede que la persona recuerde haber bebido, pero a la mañana siguiente no puede recordar cómo llegó a casa ni dónde estacionó su automóvil. El temblor y la falta de coordinación muscular, no simplemente por unas cuantas horas, sino por mucho más tiempo, dan más evidencia de que el sistema nervioso está sufriendo daño.

Hay quienes se jactan de que “tienen cabeza para el licor.” Pueden beber mucho, pero dan la apariencia de estar sobrios. ¿Qué ha sucedido, realmente? No es necesariamente que el bebedor pueda ingerir más alcohol con menos daño. Más bien, ha desarrollado lo que solo aparenta ser una tolerancia para el alcohol, y como resultado de ello está ingiriendo más antes de que le den la alarma el cerebro y el sistema nervioso. Al mismo tiempo, si el hígado ha sufrido daño debido al exceso en beber, realmente el cuerpo no está tan capacitado para encargarse del alcohol como anteriormente. El que el individuo siga bebiendo en estas circunstancias resulta en más daño a todo el sistema. No es nada de lo cual jactarse.

El cerebro y el sistema nervioso también controlan la respiración. De modo que hay verdadero peligro en las borracheras. Cuando el nivel de alcohol en la sangre sube demasiado, las funciones vitales del cuerpo pueden cesar.

El efecto que el exceso de alcohol tiene en el cerebro afecta adversamente la personalidad de la persona que bebe demasiado. Esto no espera hasta el tiempo en que su salud se haya deteriorado a tal grado que la persona busque ayuda médica. Mucho antes de eso el hombre que bebe demasiado quizás empiece a maltratar a su esposa físicamente y quizás sea despedido de varios empleos debido a su comportamiento inconstante o irracional.

El saber lo que sucede dentro del cuerpo del que bebe demasiado, y lo que otros ven que le está sucediendo a su personalidad, debe hacer que toda persona sensata se detenga y considere seriamente sus propios hábitos de beber. ¿Por qué esperar hasta que haya agotado toda su “reserva funcional” antes de tratar de regresar?

La mezcla del alcohol con las drogas

El peligro de causar grave perjuicio a los órganos aumenta tremendamente cuando el alcohol se toma junto con drogas, aun drogas caseras comunes como la aspirina y los antihistamínicos. Un estudio médico mostró que de las 100 drogas que se recetan con la mayor frecuencia, más de 50 contienen por lo menos un ingrediente del cual se sabe que reacciona desfavorablemente con el alcohol. Por lo menos una muchacha, Karen Quinlan, de los Estados Unidos, ha estado en estado de coma por varios años como resultado de mezclar el alcohol con tranquilizantes.

No es que se desarrolle un nuevo elemento tóxico cuando se mezclan dos ingredientes tóxicos, pero en muchos casos la potencia de un ingrediente o del otro se multiplica mucho cuando se emplea la combinación incorrecta. El hígado ya debilitado se enfrenta a una potencia muy superior a la que pudiera afrontar con seguridad, sin causarse más daño a sí mismo.

Cómo encararse al abuso del alcohol

La manera de encararse al abuso de las bebidas alcohólicas no es por medio de recurrir a prácticas como la de comer papas o patatas fritas o huevos para reducir el ritmo de la absorción del alcohol. El tomar crema antes de entregarse a un exceso de bebidas alcohólicas no es la solución. Es cierto que el reducir el ritmo de absorción puede impedir que uno se ponga achispado, pero todavía se puede estar bebiendo en exceso.

La solución no estriba en darse una ducha fría, beber café negro, salir al aire fresco, hacer ejercicios o ir a nadar para “animarse.” Esas actividades pueden cambiar la manera en que uno se sienta, pero no cambian la cantidad de alcohol que hay en la sangre, ni reducen el daño a las células.

Lo que realmente se necesita es ser moderado en el uso de las bebidas alcohólicas, si es que uno las usa. ¿Qué puede ayudar a uno a hacer eso?

[Nota a pie de página]

a Una onza = 30 cm⁠3 ó 0,029 l.

[Diagrama en la página 9]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

¿Qué pasa cuando se bebe demasiado y con demasiada frecuencia?

EL CORAZÓN

Daño a la circulación

EL HÍGADO

Las toxinas se acumulan

LOS RIÑONES

Exceso de orina; salen del cuerpo fluidos que se necesitan

EL CEREBRO

Pérdida de memoria; efectos adversos en la personalidad

EL ESÓFAGO

Peligro de hemorragia

LOS PULMONES

50% de los tuberculosos son alcohólicos

EL ESTÓMAGO

Daño a la digestión

EL PÁNCREAS

Destruido en parte

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