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¡Despertad! 1981
g81 8/4 págs. 4-7

¿A qué nos referimos por “tensión”?

EL JEFE le grita, aunque fue otra persona quien cometió el error.

En la escuela la maestra se ríe de usted delante de la clase.

Mientras usted está ocupada preparando la cena, su hijo derriba un florero y el teléfono empieza a sonar.

Sí, usted sabe lo que es la tensión... siquiera hasta cierto grado.

Cuando pensamos en la tensión, muchos de nosotros tenemos presentes presiones de la vida como las que acabamos de señalar, u otras más severas como el verse alguien privado de su cónyuge o encararse a cuentas que van aumentando. Pero, ¿cuántos de nosotros sabemos lo que sucede en nuestro cuerpo durante momentos de tensión? ¿Cómo pueden estos cambios físicos afectar nuestra salud? ¿Cuáles son los síntomas de la tensión dañina? ¿Y cómo podemos enfrentarnos con el máximo grado de éxito a la tensión en la vida para hallar mayor felicidad y tranquilidad?

¿Qué es la tensión?

El término “tensión” tiene diferente significado para diferentes personas. A muchas personas la palabra comunica la idea de hallarse bajo presión. Pero eso es solo parte del cuadro.

En relatos periodísticos acerca de ciertos accidentes aéreos usted tal vez haya leído que la presión o tensión que experimentaron ciertas áreas de un aparato aéreo causaron “fatiga” o “agotamiento” del metal, lo cual a su vez hizo que cierta parte del avión dejara de funcionar y el avión se estrellara. Esa tensión fue una fuerza que, ejercida sobre un área metálica, tendió a producir tirantez o distorsión en ella. El metal se partió. El avión se estrelló.

De algunas maneras puede ocurrir algo similar en el caso de la tensión humana. Se trata de algo físico o emocional que afecta nuestro cuerpo y a lo cual tenemos que adaptarnos a fin de no sufrir daño. Vea unos ejemplos: Usted ha estado bajo el sol en un día caluroso. Su cuerpo se calienta. Esa es una forma de tensión. O usted se esfuerza durante un juego de pelota o al azadonar en el jardín. Los músculos se le cansan, porque temporalmente se hallan en desequilibrio químico. Eso es tensión, también. No obstante, el cuerpo posee medios reguladores para contrarrestar tal tensión y restaurar un equilibrio saludable. Uno de estos medios es la transpiración, que refresca el cuerpo. Otro es una buena noche de descanso que permita los músculos restablecerse. La tensión pasa.

Pero hoy en día es común asociar la tensión con la presión emocional, que también puede producir cambios físicos. Si no comprendemos los cambios que están ocurriendo en nuestro cuerpo, tal vez no sepamos cómo cooperar con los esfuerzos que éste hace por adaptarse.

“Pelear o huir”

Sin que sea nuestra intención ponerle bajo tensión alguna, le invitamos a imaginarse en la siguiente situación: Usted está caminando por una calle mal alumbrada cierta noche. Más allá, ve a tres jóvenes pendencieros que cruzan la calle hacia usted. ¿Qué le sucede a usted por dentro?

Habiendo percibido la posibilidad de peligro, usted se siente como si oyera sonar una alarma. Se pone tenso y empieza a respirar más hondamente. La hormona adrenalina pasa rápidamente a su corriente sanguínea. El hígado despide azúcar que ha tenido almacenada. Los niveles de azúcar y grasa (colesterol) en la sangre aumentan como combustible que se le provee para que usted pueda ejercer sus capacidades al grado máximo. El corazón le late más rápidamente. Le fluye más sangre a los músculos. Usted está alerta, listo para entrar en acción o tomar decisiones con rapidez. Esta reacción de “pelear o huir” es provocada por emociones como el temor o la ira.

No obstante, esta reacción en sí no es mala ni perjudicial. En el caso citado puede prepararlo para correr más velozmente de lo que usted pensaría que podría hacerlo. O pudiera ayudarle a controlarse para dar una respuesta apacible si le insultaran. (Pro. 15:1; Mat. 5:39) Pero la misma reacción también lo prepara para participar en trabajo o juego provechoso, como en un estimulante juego de pelota. ¡De repente la pelota viene hacia usted! Usted tiene que agarrarla y devolverla rápidamente. Usted está tenso y listo para entrar en acción.

Pero, ¿qué hay si usted se halla bajo tensión emocional por largo tiempo, de modo que esté constantemente en este estado de alerta y excitación sin que su cuerpo reciba el alivio de la tensión para el cual está listo?

Tal puede ser el caso, por ejemplo, si en una línea de montaje un hombre tiene que inspeccionar partes que se mueven rápidamente, o si a alguien le parece que su jefe le tiene mala voluntad, o si tiene que perseverar en una tarea que le aburre o causa frustración. O puede ser que una mujer haya sido abandonada por su cónyuge. Se siente rechazada, y encima de eso ahora tiene que luchar contra las presiones de un trabajo seglar, mientras cuida de sus hijos y del hogar de noche.

Cuando alguien se encuentra en tal estado de tensión con regularidad sin recibir mucho alivio ni comprender cómo enfrentarse a la situación, es común que sienta tensión. Algunas autoridades usan la palabra “ansiedad” o “angustia” para referirse a este estado, una clase de tensión dañina, prolongada y severa que fácilmente puede causar daño al cuerpo.

Tal tensión constante y excesiva amenaza el equilibrio normal del cuerpo. Entre otras cosas, puede hacer que se acumule colesterol en las arterias o producir endurecimiento arterial. El sistema linfático y los glóbulos blancos pueden ser afectados, de modo que el cuerpo no pueda resistir las enfermedades ni reaccionar a la presencia de sustancias extrañas.

Síntomas que se deben vigilar

Tal vez usted crea que nadie tiene que decirle cuándo está bajo tensión. Pero, ¿está usted seguro de eso? Es verdad que a veces usted puede sentir la tensión o presión. Sin embargo, en muchos casos las personas no se dan cuenta de la relación que existe entre ciertos síntomas y la tensión. Por eso, tal vez se limiten a tomar medidas para combatir el síntoma, sin realmente llegar a la causa básica. Eso puede sucederle a cualquiera.

Por ejemplo, a un hombre de 39 años de edad se le asignó un trabajo excepcionalmente riguroso que exigía que ejerciera concentración y trabajara horas suplementarias por las noches y durante los fines de semana. Empezó a dormir mal y desarrolló en la región inferior de la espalda un dolor que no se alivió con ejercicios especiales ni tratamientos. ¿Era el dolor de espalda lo que causaba perturbación en el sueño, o viceversa? De hecho, cuando pasó el período de trabajo intenso ambos síntomas desaparecieron. ¿Por qué? ¿Qué opina usted?

Algunos síntomas comunes de tensión o presión excesiva son los siguientes:

Irritabilidad extraordinaria: Otras personas notan que usted se encoleriza o se perturba más fácilmente de lo acostumbrado por pequeñeces, y comentan acerca de ello.

Sueño intranquilo: Usted tarda más de lo normal en conciliar el sueño, o halla que se despierta y que por horas no puede volver a dormir.

Respiración alterada: Usted nota que está respirando agitadamente sin que parezca haber razón para ello.

Rigidez muscular: No el resultado de haber participado en algún trabajo o ejercicio saludable.

Inestabilidad o dolor estomacal: Esta condición puede estar acompañada de pérdida de apetito o de solo poder comer cantidades pequeñas a la vez.

Excitabilidad: Ocurre un cambio en sus patrones normales de comportamiento, de modo que usted se convierte en un hablador incesante, o empieza a temblar por pequeñeces.

Claro, no debemos suponer que el que se manifieste uno de estos síntomas pruebe que somos víctimas de extrema tensión de la clase que es perjudicial a la salud. Uno pudiera sentir dolores de espalda por no hacer suficiente ejercicio, o por haber sufrido un tirón en un músculo al levantar algo incorrectamente. Otra persona tal vez halle difícil conciliar el sueño debido a que de noche, poco antes de acostarse, suele comer, o bebe café o té. Pero si usted tiene algunos de estos síntomas sin que haya causa que los explique, tal vez debe preguntarse si está cayendo víctima de tensión dañina.

Considere las causas

A nadie le gusta pensar en las varias presiones a las que se le somete. Muchos piensan: ¿Por qué no simplemente olvidar nuestros problemas? Pero, puesto que la tensión puede producir resultados muy dañinos, sería bueno considerar algunos de los factores que comúnmente causan tensión hoy día. Si estamos conscientes de éstos y tal vez reconocemos que algunos de ellos nos están afectando, estaremos mejor equipados para contrarrestar la tensión, o enfrentarnos a ella.

La tabla adjunta identifica los problemas o situaciones que según los investigadores causan el mayor grado de tensión. ¿Se ha visto usted envuelto en uno de éstos? Si responde afirmativamente, probablemente ha experimentado tensión.

Muchas personas hallan que su ambiente produce tensión. Tal vez vivan en una ciudad de gran población donde siempre están en posición defensiva, pues se les oprime o aprieta. Un constante ruido fuerte o chirriante también causa tensión. En particular deben tomar en cuenta este hecho las personas que se ven obligadas a vivir o trabajar en medio de mucho ruido y luego “se tranquilizan” por medio de castigar sus oídos con música chillona, palpitante o resonante. El aire de mala calidad también puede aumentar el peso de la tensión que se sienta.

Ya se han mencionado algunos aspectos que producen tensión en muchos trabajos. Pero lo que agrava el problema para muchas personas es el espíritu de competencia que gira en torno al querer ‘adelantar’ o adquirir los lujos que otros tienen. (Compare con Eclesiastés 2:22-24; 4:4.) Médicos de la República Federal de Alemania “atribuyen la mayoría de la tensión del país al ‘Leistungsgesellschaft,’ es decir, a la ‘sociedad basada en el logro,’ una sociedad cuya característica principal todavía es el ir en pos de logros materiales y el gastar ostentosamente los bienes, esto como resultado del ‘milagro económico’ que se efectuó en Alemania.”

Aunque el no poder dormir bien puede ser un síntoma de tensión, en el caso de algunas personas constituye una causa de tensión. Tales personas se empujan a sí mismas y tratan de incluir demasiadas actividades en un solo día, de modo que se privan del descanso que necesitan. Además, el que uno se quede despierto hasta tardes horas de la noche mirando noticieros u otros programas de televisión, especialmente los que producen tensión, puede ser dañino de dos maneras... disminuye la cantidad de sueño y priva a uno de dormir tranquilamente.

En el caso de muchas personas, factores adicionales que producen un problema de tensión son los siguientes: el mantener un espíritu de competencia al conducir un vehículo en medio de congestiones de tráfico; el que haya constante discordia en el hogar o con los parientes del cónyuge; el afligirse debido a la inflación o debido a que el valor de su dinero va disminuyendo; el mudarse a una nueva escuela o a un nuevo vecindario; el permitir que las irritaciones menores de la vida produzcan enojo continuo, aunque éste se mantenga reprimido.

Aunque estamos equipados física y emocionalmente para recuperarnos de la tensión, ésta tiende a producir efectos acumulativos. Además, se complica la situación debido a que a medida que envejecemos (tal vez más rápidamente debido a la misma tensión) nuestra capacidad de reaccionar a la tensión disminuye.

Pero no hay razón para que usted se desespere como si la tensión fuera sencillamente otra carga que usted no pueda evitar ni vencer. Las investigaciones revelan que más o menos el 25 por ciento de los sobrevivientes de los campos de concentración nazis —ciertamente un ejemplo extremado de tensión prolongada— no manifestaron ningunos problemas físicos relacionados con la tensión.

Por lo tanto, usted puede hacer algo en cuanto a este fenómeno que se llama “tensión.” Usted hasta tiene razón para esperar que haya alivio permanente del problema de la tensión en su vida.

[Diagrama en la página 5]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

SU CUERPO RESPONDE A LA TENSIÓN

El temor o lo cólera produce la respuesta de “pelear o huir”

ESTÓMAGO

digestión más lenta

HÍGADO

pone azúcar y grasas en la sangre

PULMONES

respiración más rápida

CORAZÓN

palpita más rápidamente

OJOS

dilatación de las pupilas

MÚSCULOS

tensos, listos para acción

GLÁNDULAS ADRENALES

sueltan hormona poderosa

[Recuadro en la página 7]

LAS SITUACIONES DE MAYOR TENSIÓN DE LA VIDA

CATEGORÍA SUCESO DE LA VIDA

1 Muerte del cónyuge

2 Divorcio

3 Separación matrimonial

4 Término de cárcel

5 Muerte de un miembro allegado de la familia

6 Lesión o enfermedad personal

7 Matrimonio

8 Despedido del trabajo

9 Reconciliación matrimonial

10 Jubilación

11 Cambio en la salud de un miembro de la familia

12 Embarazo

13 Dificultades sexuales

14 Adquisición de un nuevo miembro de la familia

15 Reajuste en los negocios

Fundado en la investigación de los Dres. T. Holmes y R. H. Rahne—“Modern Maturity.”

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