La lección de unas ciudades notorias
ERAN ciudades prósperas, cada una con su propio rey. Pero repentinamente, en un día, fueron destruidas por fuego y nunca fueron reconstruidas. Esto sucedió hace unos 3.900 años.
No obstante, una de estas notorias ciudades hermanas tenía un nombre que hasta este día se conserva en numerosos idiomas en una palabra que denota depravación... Sodoma. La otra ciudad era Gomorra.
Tan completa fue la destrucción de estas ciudades que ni siquiera se puede señalar a un montón de ruinas que marque el punto donde, respectivamente, se hallaban. The New Encyclopœdia Britannica dice acerca de las dos ciudades: “Es probable que en la actualidad estén cubiertas por las aguas poco profundas al sur de al-Lisān, una península que se halla cerca del extremo sur del mar Muerto, en Israel.” Por lo tanto, pudiera ser digno de mención el hecho de que buzos que estaban explorando esta parte del mar informaron haber encontrado lo que parecía ser un muro. Para entender más plenamente lo que sucedió a estas ciudades de mala reputación, tenemos que remontarnos al tiempo en que estaban floreciendo.
Las condiciones en Sodoma
Una noche, dos forasteros entraron en Sodoma. Los hombres prósperos de la ciudad los vieron, pero ningún residente les extendió la bienvenida. Finalmente llegó Lot, un hombre temeroso de Dios que se había establecido en aquella área. Al verlos, él insistió en que los hombres pernoctaran en su hogar. Antes de que Lot y sus visitantes pudieran prepararse para dormir, una chusma rodeó la casa. La gente depravada de Sodoma, desde niño hasta anciano, exigió que Lot entregara a los visitantes en manos de ellos. ¿Por qué? Querían someterlos a ultraje sexual.
Sí, Sodoma era un lugar en el que cualquier visitante podía ser víctima de un ataque sexual. A los habitantes de Sodoma no les importaban los derechos de otros, y estaban empeñados en satisfacer sus propios deseos y pasiones egoístas. Las personas que vivían en los alrededores estaban muy afligidas por aquellas graves violaciones a la decencia humana. Esto resultó en una protesta general en contra de Sodoma y Gomorra. La Biblia declara que “el Juez de toda la tierra,” Jehová Dios, no pasó por alto la queja.—Gén. 18:20, 21, 25.
El que los dos forasteros se hallaran en Sodoma no era pura coincidencia. Según el registro bíblico, eran ángeles que habían sido enviados allí para advertir a Lot y su familia que salieran de la ciudad antes de la destrucción de ésta. Lot y sus dos hijas escaparon, pero la esposa de Lot pereció por no hacer caso de la guía que dieron los ángeles para una huida de éxito.—Gén. 19:1-26.
El relato bíblico encaja con el testimonio arqueológico que hay disponible. Durante el período en el cual, según las Escrituras, Lot vivió en Sodoma, aquella zona era fértil, con “agua fresca que fluía hasta el mar Muerto en suficiente cantidad como para sostener la agricultura.” (Encyclopœdia Britannica) La Biblia dice: “Todo éste [el Distrito del Jordán] era una región bien regada antes de arruinar Jehová a Sodoma y Gomorra.”—Gén. 13:10.
Es más, los amonitas y los moabitas, descendientes de las hijas de Lot, se establecieron en territorio cercano al mar Muerto, y este hecho también está confirmado por la evidencia arqueológica. Por lo tanto, no estamos tratando con un mito, sino con un suceso de la historia.
Lecciones para nosotros
Esta historia contiene importantes lecciones para nosotros. Unos 2.000 años después de haber dejado de existir aquellas ciudades notorias, el discípulo cristiano Judas escribió: “Sodoma y Gomorra y las ciudades circunvecinas, después que ellas de la misma manera que los anteriores hubieron cometido fornicación excesivamente e ido en pos de carne para uso contranatural, son puestas delante de nosotros como ejemplo amonestador al sufrir el castigo judicial de fuego eterno.”—Jud. 7.
Los informes noticiosos no dejan lugar a duda de que estamos viviendo en un tiempo en que los actos de Sodoma no solo están aumentando en proporciones alarmantes, sino que están obteniendo más aceptación que nunca. Esto también puede ser una lección amonestadora para nosotros. Las personas de Sodoma eran orgullosas, prósperas desde el punto de vista material y estaban seguras de que no estaban en ningún peligro con relación a un día de ajuste de cuentas. Eran personas insensibles, pues no les importaban los pobres ni los afligidos. (Eze. 16:49, 50) ¿No describe esto a muchas personas que hoy llevan una vida de disolución sexual?
Los futuros yernos de Lot recibieron como broma el anuncio concerniente a la inminente destrucción de Sodoma. (Gén. 19:14) Pero no fue cosa de broma cuando ellos mismos perecieron en el fuego destructor.
El Altísimo sencillamente no tolerará la iniquidad hasta tiempo indefinido. Él ha fijado un día de ajuste de cuentas para todas las naciones. (Hech. 17:31) Este día de ajuste de cuentas se está acercando peligrosamente. Tal como Lot y sus hijas tuvieron que huir de Sodoma, todos los que desean escapar de la destrucción que le sobrevendrá a este entero sistema impío tienen que valerse de los arreglos de Jehová para salvación y liberación.—Luc. 17:28-32.
Este arreglo está delineado en las Escrituras y está accesible a toda persona sin importar cuál sea su posición moral actualmente, con tal que desee ajustar su vida en armonía con los caminos de Jehová. Los testigos de Jehová de su sector gustosamente compartirán esta importante información con usted por medio de consideraciones bíblicas gratuitas en su hogar.