“El robo de tiempo” es costoso
Prácticas de “robo de tiempo” por parte de los empleados costaron a las empresas canadienses alrededor de 10 mil millones de dólares en 1980, según un estudio efectuado por la compañía Robert Half Agencies, Inc. La cifra es un cálculo basado en lo que indicaron para el futuro los datos que obtuvo la agencia en 1977, cuando el costo se fijó en 8 mil millones de dólares.
Gillian Shaw, escritor sobre asuntos de negocio para el periódico “Sun,” de Vancouver, informa que el estudio indica que como término medio hubo una pérdida semanal de 3,5 horas por trabajador en prácticas como las de ausentarse del trabajo el viernes y el lunes, llegar tarde al trabajo, hablar mucho con los compañeros de trabajo, hacer llamadas personales por teléfono y tomar más tiempo del necesario a la hora del almuerzo. El presidente de la agencia asemejó tales prácticas de “robo de tiempo” al delito de la ratería.
Entre los extremos de lo que él llamó “robo ya planeado del tiempo” estuvo la práctica de muchos empleados de efectuar negocios personales de varias índoles durante las horas de empleo, hasta el colmo de emplear el papel de escribir y sobres de la compañía y la dirección de ésta para su correspondencia personal y privada.
Muchos empleados hasta abusan del breve período de descanso que se les concede para que tomen café, a pesar de que esto en sí es una concesión que hicieron los negocios años atrás cuando hallaron que era imposible eliminar ese tipo de “robo de tiempo.”
Al trabajador cristiano que concienzudamente aplica el consejo bíblico de Efesios 4:28 no se le hallará entre los que causan esta tremenda pérdida, cuyo costo todos tienen que pagar, tarde o temprano.