Por qué el amamantar es el mejor modo de alimentar
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en el África
EN PAÍSES de Occidente hace mucho que se prefiere criar a los bebés con biberón, pero peritos en la pediatría ahora tratan de convencer a las madres de que es mejor amamantarlos. En cambio, en países en vías de desarrollo aumenta la popularidad de preparaciones artificiales.
¿Es beneficiosa la crianza con biberón? ¿Por qué se recomienda ahora el amamantar en los países donde ha estado de moda criar con biberón? Con respuestas confiables las madres pueden escoger el mejor método.
HACE solo 100 años, casi todas las madres amamantaban a sus bebés. También lo hacían las madres de éstas miles de años antes. Solo recurrían a sustancias para suplir la leche del pecho cuando se empezaba el proceso de destete.
Pero, en las naciones industriales de Occidente, la mayor parte de las jóvenes hoy trabajan fuera de la casa y por lo tanto hallan que es más conveniente alimentar a sus bebés con biberón. A muchas también les parece que dar el pecho es una práctica que pertenece a las sociedades atrasadas.
En los países que están en vías de desarrollo también se está utilizando la alimentación artificial cada vez más en el caso de infantes que aún no han alcanzado la edad del destete. En los hospitales, se acostumbra someter a los bebés recién nacidos a horarios de alimentación con biberón, pues esto conviene al personal del hospital.
En los países que están en vías de desarrollo, a la mayoría de los infantes todavía se les da el pecho, ya sea exclusivamente o junto con otras formas de alimentación. En las zonas urbanas, una madre tal vez dé el pecho de noche y por la mañana; pero mientras ella está fuera de la casa en el trabajo, un hijo mayor o un pariente alimenta al infante con biberón. Puesto que en este método de alimentación frecuentemente se utiliza la leche de la localidad que no ha sido tratada o una papilla, a muchos les parece que es preferible educar a las madres para que utilicen fórmulas preparadas para la alimentación de los infantes. Pero existen problemas.
El problema de la higiene
Se reconoce que las consecuencias de la pobreza constituyen un problema que afecta a la salud de las personas en comunidades pobres. La falta de higiene y de métodos de mantener la salubridad, junto con la escasez de alimento y de agua potable que sea sana, son causas básicas de enfermedad y muerte entre los infantes. Si se aumenta el uso de métodos artificiales de alimentación bajo tales circunstancias, se corre mayor riesgo de contaminación, a no ser que se tomen las medidas apropiadas para esterilizar el equipo.
El riesgo de contaminación es mucho menos si se da el pecho al infante que si se le alimenta con biberón. Por eso, un médico venezolano, al descubrir que en su país cada año mueren 10.000 bebés debido a la gastroenteritis y la neumonía, dijo que ‘un bebé a quien solo se le da el pecho no enferma así.’ También en la India se ha hallado que la mortalidad entre infantes que fueron alimentados con biberón desde el nacimiento era casi ocho veces mayor que en el caso de aquellos a quienes se les dio el pecho. En gran parte, esto se debe a los métodos poco higiénicos que se utilizan al tratar el alimento de los infantes. Hay también otro factor. La leche de la madre en sí provee mejor protección contra las enfermedades.
La inmunización es uno de los beneficios
El bebé recién nacido se encuentra en un mundo que está lleno de enfermedades contra las cuales él todavía no tiene inmunidad. Al dar el pecho al infante, se satisface esta necesidad, gracias al calostro que la madre secreta en vez de leche durante los primeros cuantos días después de haber dado a luz. Este líquido amarillento es rico en anticuerpos y proteínas que proporcionan inmunidad contra ciertas bacterias, y esta protección dura varios meses.
La leche de la madre también es rica en anticuerpos y propiedades químicas que destruyen bacterias dañinas y virus y obstruyen la entrada de proteínas extrañas que causan alergias. En cambio, el tratamiento térmico que se utiliza en la preparación de alimentos artificiales para los infantes destruye algunos de los elementos que combaten las enfermedades. Por lo tanto, el infante que se alimenta con biberón recibe menos protección que el amamantado.
Beneficios relativos a la nutrición
La leche de la madre también contiene los elementos necesarios en la debida proporción y composición. Esto facilita la absorción de los minerales, vitaminas y otros elementos sin sobrecargar el sistema digestivo delicado y poco desarrollado del bebé. La leche de la madre se digiere fácilmente.
Examinemos algunos de los factores que contribuyen a esto: La baja concentración de hierro presente en la leche humana se absorbe en proporciones mucho mayores que el hierro presente en la leche de vaca. La leche de la madre provee todo el hierro que el bebé necesita durante los primeros seis meses de vida. Si el hierro estuviera presente en forma más concentrada en la leche humana, se combinaría con ciertas proteínas protectoras que esta leche proporciona y así impediría el que éstas combatieran las bacterias. Los investigadores opinan que el que esté presente el hierro en menores concentraciones contribuye también a que ocurran menos casos de botulismo entre los infantes a quienes se da el pecho, puesto que concentraciones mayores podrían fomentar el desarrollo del organismo que causa esta enfermedad.
El calostro contiene grandes concentraciones de proteína y otro factor potente que estimula el crecimiento. Se cree que esto contribuye al desarrollo de las membranas mucosas de los intestinos y hace que el organismo se vuelva resistente a ciertos problemas gastrointestinales.
A los bebés les hacen mucha falta las grasas, pues éstas proporcionan energía y promueven el desarrollo normal. Las grasas que contiene la leche humana se absorben fácilmente sin que se necesite más vitamina E en la dieta, la cual tiene que proporcionarse en el caso de los bebés alimentados con preparados artificiales. El contenido graso de la leche, que hace que el bebé se sienta lleno, aumenta a medida que éste mama. Esto impide que el infante se alimente en exceso, y por lo tanto tiende a ayudar a que se evite la obesidad en la infancia. Es posible que esto también tienda a servir de protección contra la obesidad más tarde en la vida.
La leche de la madre contiene un alto porcentaje de colesterol, y se cree que éste es beneficioso para el desarrollo del tejido nervioso, las membranas del cuerpo y los ácidos biliares del bebé. También puede ser que el nivel más elevado de colesterol predisponga el sistema del bebé a descomponer este elemento. Así, el adulto que durante su infancia fue criado solo al pecho tal vez pueda ingerir el colesterol sin que éste le provoque aterosclerosis.
Otros beneficios
Por todo lo que hemos considerado, se ve que la alimentación con biberón no proporciona los mayores beneficios al bebé. Claro, tal vez sea más conveniente para la madre y para el personal del hospital. Además, la venta de alimentos para los bebés ciertamente constituye un gran negocio para los fabricantes de éstos. Pero el bebé es el que sale perdiendo.
En el periódico Sunday Sketch, un siquiatra de Nigeria hizo notar otro beneficio que reciben los bebés que se crían al pecho. Dijo: “Hoy muchas madres están más interesadas en el desarrollo de las características físicas del bebé. Le compran la mejor leche en polvo y se la dan al bebé casi desde que él nace, de modo que ellas no llegan a conocer la sensación muy especial, ni la satisfacción ni el vínculo afectivo que se desarrolla entre la madre y el bebé cuando éste mama el pecho enérgicamente.”
El desarrollo de esta relación calurosa y profunda contribuye al desarrollo mental y emocional del niño. Además, en el caso de la madre, ella siente cada vez mayor satisfacción al dar de sí misma a su hijo. Esto en cambio la equipa para desempeñar el papel de madre hacia cada uno de sus hijos desde la infancia de éstos hasta que alcancen la vida adulta.
Otro beneficio es que el amamantar extiende el período de infecundidad que sigue al nacimiento del bebé. Esto constituye un método natural de dejar que pase un intervalo de tiempo entre el nacimiento de un niño y la concepción del siguiente. Además, algunas de las hormonas que contribuyen a la producción de la leche hacen que se encoja el útero y consumen depósitos de grasa que se ha acumulado durante la preñez. Esto ayuda a la madre a recobrar su figura natural.
Finalmente, un informe que apareció en el Times Magazine de Nueva York del 8 de julio de 1979 reveló que “varios investigadores han notado también que hay menos casos de cáncer mamario entre mujeres que amamantan a sus bebés.”
Es evidente que, al proporcionar leche de la madre para la alimentación del infante, el Creador ejerció un grado de sabiduría que supera la de dos generaciones de fabricantes de fórmulas para alimentar a los bebés.—Génesis 1:27, 28; Salmo 139:13-16.
Con todo esto no se quiere decir que no haya problemas ni peligros envueltos en el amamantar. Es posible que la leche de la madre esté contaminada. Si la madre toma ciertas drogas, pequeñas cantidades de éstas aparecen en la leche. Si la madre se expone a insecticidas, su leche puede contener estas sustancias químicas en forma diluida.
También se tiene que tomar en cuenta que la leche de la madre no es gratis. La madre tiene que alimentarse adecuadamente a fin de producir bastante leche sana. Ella bien pudiera comprarse alimentos nutritivos con el dinero que hubiera utilizado para alimentar a su bebé de manera artificial.
Claro, no siempre se logra dar el pecho sin que sea necesario hacer un esfuerzo. No obstante, la mayor parte de las mujeres pueden aprender a amamantar a sus bebés, si desean hacerlo y si otras personas les proporcionan apoyo desde el punto de vista emocional y práctico. A medida que el bebé mama, una reacción nerviosa hace que se despidan hormonas que estimulan el flujo de la leche. Este proceso va haciéndose más fácil a medida que la madre se acostumbra a amamantar a su bebé.
Cuando se consideran las dificultades y las ventajas, ¿qué método de alimentar a su niñito es el mejor? En la mayoría de los casos, lo es el amamantar. El amamantar a su bebé es más que simplemente un método de alimentarlo. Al darle el pecho, usted verdaderamente está criando a su bebé.
[Comentario en la página 18]
La leche de la madre es rica en anticuerpos que destruyen bacterias dañinas y virus