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  • La forma de los ojos... no es solo asunto de apariencia
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g82 8/3 pág. 19

La forma de los ojos... no es solo asunto de apariencia

Las formas de los ojos entre los animales es algo sencillamente maravilloso. Pero no están diseñados simplemente por asunto de apariencia, sino que están hechos para ver. Cada animal tiene sus necesidades particulares, y los ojos de cada uno satisfacen esas necesidades hermosamente.

Vea los ojos que se presentan en las ilustraciones a la izquierda. ¿Puede usted determinar a quién pertenecen esos ojos?

Si usted ha dicho que el que está en la parte de arriba pertenece a un gato, tiene usted toda la razón. Esa pupila característica lo delata. Los chinos han utilizado la facultad que el gato tiene para contraer y expandir su pupila en respuesta al brillo de la luz como un medio para determinar la hora del día. Pero la pupila dilatada del gato es solo un medio que él utiliza para ver en la oscuridad. ¿Ha notado usted alguna vez cómo brillan los ojos del gato en la noche? Una capa de células en la parte de atrás del ojo obra como un espejo para reflejar rastros de luz que envía de vuelta al ojo para que los nervios puedan recoger esa luz por segunda vez. También se admira grandemente los ojos de los felinos por sus delicados matices... azul, castaño claro, marrón, verde, anaranjado. Algunos gatos hasta tienen cada ojo de un color diferente. ¡Un poco de competencia para las damas!

Si usted cree que lo que ve en el segundo cuadro son los ojos de una criatura del espacio sideral, está muy equivocado. En realidad, lo que parecen ser dos tallos que están creciendo en la parte superior de la cabeza son los ojos de un cangrejo. Por medio de miles de facetas sensibles a la luz en cada pedúnculo, el cangrejo puede ver por 360 grados alrededor. Puede detectar la altura a que se encuentran el Sol y la Luna y el más leve movimiento de éstos, y puede captar cambios en el brillo de la luz tan imperceptibles como una variación de 2 por ciento. Algunos cangrejos tienen una visión tan aguda que pueden detectar a una persona de 1,8 metros de alto a una distancia de 18 metros y correr a ocultarse. Aun cuando está escondido en la arena, el cangrejo puede asomar uno de los pedúnculos como si fuera un periscopio.

¿A quién pertenece el ojo de mirada airada del tercer cuadro? Ese es un ojo que ha llegado a ser proverbial... el ojo del halcón. ¿Por qué siempre tienen el halcón o el águila esa mirada tan fiera, o intrépida? En realidad, la “ceja” levantada, que hemos tomado por símbolo de intrepidez, es una protrusión ósea sobre la cuenca del ojo que le sirve de protección al ojo. No tiene nada que ver con la actitud, y el águila no puede cambiar su apariencia aun si quisiera. ¿Nota usted la forma estrecha de media luna en la parte izquierda del ojo? Es el tercer párpado del águila. La mayoría de las aves cierran el párpado inferior y superior solamente para dormir. El pestañeo se hace mediante pasar sobre el ojo una membrana transparente (el tercer párpado)... así el halcón no pierde de vista la presa mientras pestañea.

Si ha tenido dificultad en identificar el ojo en el cuarto cuadro, no se desanime. Ese es de seguro uno de los más extraños de todos los ojos. Pertenece al anablepo, el pez de cuatro ojos de Centro y Sur América. Este pez posee dos pupilas en cada ojo. Cuando el pez nada cerca de la superficie del agua en busca de comida, mantiene la mitad del globo del ojo sobre el agua, lo cual le permite utilizar una pupila para explorar el mundo de arriba y la otra para mirar bajo la superficie... y así duplicar las posibilidades de conseguir comida, o de escapar en caso de peligro. Este pez de cuatro ojos no solo tiene visión doble, sino que puede ver dos diferentes cosas a la misma vez. ¡Trate de sobrepujar esa hazaña con sus bifocales!

Pudiera decirse que los ojos son las vitrinas del cuerpo, y el arreglo maravilloso y complejo que se exhibe entre los animales supera por mucho lo que el hombre pudiera idear. Cada uno, con su propio modo de ver, alaba a su Hacedor, “Aquel que hace inescrutables cosas grandes, cosas maravillosas sin número.”—Job 5:9.

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