Limpiadores en lo profundo
LOS peces se ponen en fila, y esperan pacientemente su turno. Uno de ellos tal vez sea un pez luna del océano y quizás pese una tonelada. Pero, ¿cuál es la atracción?
Aun en las profundidades de los océanos hay criaturitas que atormentan a los peces tal como las garrapatas molestan a los animales terrestres. Además, tal vez sea necesario limpiar de las heridas el tejido muerto. Peces que están sufriendo de parásitos o de heridas necesitan definitivamente que se les rinda este servicio de limpieza. Hay expertos para hacer el trabajo. Se trata de peces limpiadores que tienen exactamente el equipo necesario... una boca que parece un pico y dientes que funcionan de modo muy parecido a como funcionan las pinzas. Tales peces limpiadores no sufren de desempleo.
En el caso del pez luna, un cardumen de pececitos limpiadores se pone en acción. La operación es un verdadero banquete para los limpiadores, pues estos se alimentan de parásitos, hongos, bacterias y el tejido muerto de las heridas.
Los peces que se están haciendo limpiar cooperan plenamente. Tal vez levanten primero la cubierta de una agalla, luego la otra, a fin de que el limpiadorcito pueda entrar hasta adentro para efectuar su tarea de aseo. Ciertas clases de tiburones abren la boca para que los limpiadores puedan alcanzar parásitos molestos que están adentro. Se ha observado que la anguila morena permite de igual manera que los limpiadores trabajen dentro de su boca. Cuando el limpiador ha desempeñado su tarea, se le permite irse en paz, aunque otros peces hubieran llegado a ser alimento para la anguila morena.
Ya sea a solas o en grupos, ciertos camarones hábilmente se deshacen de parásitos de la piel. Aun si el camarón limpiador está oculto en su hoyo, puede que haya peces esperando en el área para que salga. Si un pez ha sufrido una herida cerca de la cola, presenta esta parte del cuerpo para que reciba atención primero. El pez permanece bastante tranquilo mientras el camarón se arrastra por todo su cuerpo arrancándole los parásitos con las pinzas y haciendo cortes para alcanzar a los que están debajo de la piel.
Aun los cetáceos gigantescos pueden tener problemas con los parásitos. Durante sus viajes migratorios, los cachalotes salen a la superficie cerca de regiones donde el falaropo gris, pequéo pájaro costero, hace su hogar. Estos pájaros se colocan sobre la espalda de los cachalotes que han subido a la superficie y se ponen a comer los parásitos crustáceos que se han instalado en la piel.
Los servicios de limpieza que se llevan a cabo para el beneficio de las criaturas que habitan las profundidades de los océanos muestran que está envuelto en ello mucho más que el mero azar. Reflejan cuidado amoroso y un diseño con propósito. Ciertamente, todo el crédito para esto debe ir al Creador, Jehová Dios, quien sabiamente dispuso que los limpiadores efectuaran su trabajo importante.