¿Cuál es su modo de ver la pobreza?
CARMEN es madre de dieciséis hijos. Su esposo era alcohólico. Cuando él murió, la dejó con nueve hijos que todavía dependían de ella y sin ninguna clase de ingreso. ¿Qué probabilidades cree usted que ella tendría de abrirse paso en la vida y de hallar paz mental?
Según resultaron las cosas, Carmen halló la manera de hacer que tanto su vida como la de sus hijos fuera feliz a pesar de ser pobres. El examinar cómo lo logró, y lo que le dio la fortaleza para lograrlo, suministra un ejemplo alentador para los que tienen que soportar la pobreza. Pero antes de que consideremos la experiencia de Carmen, definamos los términos. ¿Qué entiende usted por la palabra “pobreza”?
¿Puede usted identificar la pobreza?
Se define “pobreza” como la “carencia de dinero o recursos materiales.” Sin embargo, no siempre se le puede identificar fácilmente. El anciano Simon Goldstein parecía pobre. Un informe periodístico dijo de él: “Siempre estaba sucio y vivía como un pordiosero.” Pero cuando Goldstein murió, la policía halló que su apartamento, que tenía cosas viejas e inútiles esparcidas por doquier, estaba lleno de dinero. ¡La policía dejó de contar el dinero cuando ya iban por 500.000 dólares!
Por supuesto, este anciano no es un caso típico. Pero lo cierto es que muchos de los mendigos que se alinean por las calles del mundo poseen más dinero que las personas que les dan limosna. Por otra parte, algunos que verdaderamente son pobres encubren su pobreza por orgullo o vergüenza. El rey Salomón de la antigüedad mostró que entendía la naturaleza humana cuando declaró: “Existe el que se da por rico y no obstante no tiene nada en absoluto; hay el que se da por persona de escasos recursos y no obstante tiene muchas cosas valiosas.”—Proverbios 13:7.
Aprenden que son pobres
Además, uno puede aprender que es pobre. ¿Cómo? Bueno, considere el caso de una aldea rural donde la mayoría de las personas viven en pequeñas granjas. Las granjas producen lo suficiente para comer, pero no para mucho más. No obstante, son pocas las necesidades de los aldeanos y están satisfechos con lo que poseen.
Entonces, algunos de ellos se mudan a la ciudad grande. Ganan dinero y compran cosas que no se podían obtener en la aldea. Después de algún tiempo regresan a la aldea, vestidos a la última moda, gastando su dinero y hablando de lo bien que lo pasaban en la ciudad.
Ahora a los aldeanos les parece que se están perdiendo algo. Su situación no ha cambiado, pero su actitud sí. Han perdido el contentamiento, y ahora se sienten pobres. Algo semejante a eso ha sucedido en muchos países del mundo.
Más ricos de lo que creen
Por último, la pobreza puede ser relativa, llegando al extremo de que a una persona que es pobre en un país se le considere rica en otro. Sin embargo, esa persona es pobre cuando se le compara con otras personas de su propio país.
Por ejemplo, en el condado más pobre del estado más pobre de los Estados Unidos, de cada diez familias ocho son pobres. No obstante, muchas de ellas poseen televisores, lavadoras y hasta automóviles. Sin duda, muchas de estas familias se sienten infelices cuando se comparan con sus coterráneos más ricos. Pero quizás se sintieran mejor si conocieran a Tony.
Tony es un padre de siete hijos que vive en el sudeste de Asia. Vive en una casa de dos pisos con ocho habitaciones. Otras siete familias viven en la misma casa... una familia en cada habitación. Todas las posesiones de Tony cabrían en el portaequipaje de un automóvil. Para ganarse la vida, Tony trabaja turnos de 24 horas conduciendo un taxi, y trata de dormir cuando puede, entre un viaje y otro. No hay sistema de beneficencia pública donde Tony vive. Pero él lleva una vida más cómoda que la de Mohan.
¿Quién es Mohan? Es un niño de seis años de edad del sur de Asia. Tiene el vientre hinchado y padece de ceguera nocturna a causa de la desnutrición. El agua que bebe está contaminada. Con toda probabilidad, durante su corta vida, nunca ha comido hasta quedar satisfecho. Ni siquiera tiene un andrajo con que cubrir su cuerpecito, y nunca ha visto a un médico, un inodoro, un pedazo de jabón ni una bombilla.
¿De qué ayuda puede ser esto?
Este análisis de la pobreza hace resaltar por lo menos dos factores valiosos que pueden ayudar a muchas personas pobres a conllevar su pobreza. En primer lugar está el asunto del contentamiento. La persona que se da por contenta con lo que tiene es más feliz y más estable que la que se esfuerza de continuo por obtener cosas que al presente no se pueden conseguir.
En segundo lugar, está el incentivo de reflexionar sobre nuestras bendiciones. ¿Qué bendiciones? Si nos comparamos con los que están en peores condiciones que las nuestras, hallaremos que tenemos muchas cosas por las cuales estar agradecidos.
Además, ¿se daba cuenta usted de que muchos ricos están en peores condiciones que muchos pobres?
¿Qué preferiría usted?
¿Qué pudiera ser peor que la pobreza? Considere por un momento a los padres de Anna. Su padre es un acaudalado hombre de negocios, y la familia posee un hogar cómodo en un sector hermoso de Europa. Sin embargo, cuando Anna tenía 15 años de edad, comenzó a usar drogas. Ahora, a la edad de 23 años, tiene la mente arruinada. Una sombra negra de tristeza e incertidumbre se cierne sobre esta familia acaudalada.
La experiencia de esta familia no es poco común. Una cantidad incontable de jóvenes, muchos de ellos provenientes de familias ricas, han arruinado su vida con las drogas y el alcohol. Quizás sean causa de aún más tristeza los suicidios entre los adolescentes. Imagínese lo que habrán sentido los padres de un joven de 17 años de edad, que era buen estudiante y muy popular, cuando cierto día alguien lo encontró colgando de un árbol en el jardín; se había suicidado. En los Estados Unidos el suicidio ocupa el segundo lugar entre las causas más comunes de muerte entre los adolescentes, y muchos de estos jóvenes provienen de familias ricas. Piense en la angustia mental que sufren estos jóvenes para que los empuje a cometer tal acto... angustia que el dinero de sus padres no puede aliviar.
Agregue a esto el horripilante cuadro de violencia en la familia que nos pintan los investigadores sociales; agregue la trágicamente común violación incestuosa de niños y niñas, que inflige cicatrices mentales que son muy difíciles de borrar; y agregue las cifras de divorcios y abortos que siguen aumentando vertiginosamente. Puede ver que, aparte de la pobreza, hay muchas cosas que causan sufrimiento en el mundo actual.
Es cierto, estos problemas existen en hogares pobres también. Pero, ¿qué preferiría ser usted: un hombre rico con problemas familiares que destrozan el corazón o un hombre pobre cuya esposa lo ama y cuyos hijos lo respetan y obedecen? El proverbio bíblico dice: “Mejor es un plato de legumbres donde hay amor que un toro cebado en pesebre y odio junto con él.” (Proverbios 15:17) Aunque el que seamos ricos o pobres a menudo es algo que está más allá de nuestro control, hay mucho que podemos hacer —seamos ricos o pobres— para aumentar la felicidad y el amor dentro de nuestras propias familias. El hombre pobre que logra hacer esto posee una clase de riqueza que es valiosa y poco común.
No obstante, la pobreza es un problema difícil de resolver. ¿Puede la persona pobre atenuar de alguna manera los sufrimientos relacionados con la situación a la que se enfrenta?
[Comentario en la página 4]
La persona que se da por contenta con lo que tiene es más feliz que la que se esfuerza de continuo por obtener lo que no se puede conseguir ahora
[Comentario en la página 4]
Si nos comparamos con personas que están en peores condiciones que las nuestras, hallaremos que tenemos mucho por lo cual estar agradecidos