Los jóvenes preguntan...
¿Es el adelantar lo único que importa en la vida?
“TENEMOS que mirar por nosotros mismos,” dijo un joven de 16 años de edad que trabaja de media jornada como cocinero de platos de rápida preparación en Boston, Massachusetts. “Nadie más mira por nosotros... ni los políticos ni nadie. Lo más importante es cuidar de los asuntos de uno, tener un empleo y saber qué hacer con el sueldo al fin de la semana.”
Al otro lado del país, en California, Johanna, quien no hace mucho se graduó de la escuela de segunda enseñanza, se expresó así: “Parece que toda persona que conozco tiene un trabajo de media jornada a fin de sufragar los gastos de un auto. Por supuesto, en California un automóvil le facilita a uno mucho el ir de un lugar a otro, ¡pero todas esas horas de trabajo! ¿Y para qué? No es para alguna meta de largo alcance, como el sufragar los gastos de la matrícula universitaria. Es solo para mantener un auto.”
Entrando temprano en la “competencia inexorable”
Hoy día parece que más y más jóvenes de países prósperos tienen empleos. No hay nada malo en trabajar, pero, como preguntó Johanna: ¿Cuáles son las metas de largo alcance? Como persona joven, ¿estás dispuesta a tener un empleo para contribuir al sostén de tu familia? Eso es excelente y muestra altruismo. ¿Trabajas para adquirir experiencia valiosa en la carrera que has escogido? Eso puede ser sabio. Por otro lado, si solo trabajas a fin de tener tu propio automóvil o colección de discos o compromisos sociales costosos, ¿cuán sabio o altruista es eso?
Últimamente una maestra de escuela secundaria efectuó una encuesta sobre los hábitos de trabajo de 148 estudiantes estadounidenses de la clase media. El 77 por ciento de los estudiantes tenía empleos de media jornada que requerían que los estudiantes dedicaran a ellos un promedio de 20 horas a la semana. La mayoría de estos estudiantes admitió que sus empleos de media jornada perjudicaban sus tareas escolares. Pero, ¿por qué todos esos empleos?
“Solo el 24 por ciento de los estudiantes a quienes entrevisté indicó que trabajaban con el fin de ahorrar dinero para una educación universitaria o para lo que precisaran en el futuro; además, solo un estudiante indicó que aportaba dinero de lo que ganaba de un empleo de media jornada al presupuesto de la familia,” dijo la maestra. ¿En qué se gasta el dinero? “La mayor parte se gasta en satisfacer los gustos adelantados y materialistas de los estudiantes de escuela secundaria.”
El resultado de esto es que los adolescentes entran prematuramente en lo que sus mayores por mucho tiempo han llamado “la competencia inexorable.” “Son como hombres de mediana edad,” dice un consejero escolar de Michigan, “que tratan de terminar de pagar sus automóviles y mantener las apariencias. Parece que nunca lo logran.” ¿Está sucediéndote esto?
Consejo práctico
En cierta ocasión una célebre autoridad en la naturaleza humana estudió el asunto del trabajo. No consiguió la información al respecto indirectamente, sino, como él lo expresa: “Me edifiqué casas; me planté viñas. Me hice jardines y parques, y en ellos planté árboles frutales de toda suerte. Me hice estanques de agua, para regar con ellos el bosque, en que brotaban árboles.”—Eclesiastés 2:4-6.
Después de aprender directamente lo que deseaba saber acerca del trabajo, aquel hombre sabio hizo una serie de observaciones equilibradas:
Núm. 1—La gente fue hecha para trabajar, es necesario que trabajemos. “¡Mira! La mejor cosa que yo mismo he visto ... es que uno coma y beba y vea el bien por todo su duro trabajo ... porque ésa es su porción.”—Eclesiastés 5:18.
Núm. 2—El trabajar movidos por deseos materialistas no resulta en felicidad. “Un simple amador de la plata no estará satisfecho con plata, ni ningún amador de la riqueza con los ingresos.” (Eclesiastés 5:10) Si desde que eres muy joven cultivas un deseo vehemente por las cosas materiales, bien puede ser que estés preparándote para una vida de infelicidad y desencanto con lo que poseas.
Nancy es testigo de la veracidad de ese principio bíblico. “Me crié en un hogar dividido,” dice ella. “No teníamos mucho, y yo siempre pensaba que si tan solo podía conseguir mucho dinero cuando creciera, entonces sería feliz. Mi meta en la vida era ganar mucho dinero.
“Logré alcanzar esa meta. Al poco tiempo hallé trabajo que, aunque era poco ético, me permitía ganar 50.000 dólares al año además de vacaciones y viajes de negocio pagados. Materialmente, tenía todo lo que podía desear... un automóvil de lujo, ropa; pero con todo eso yo no era feliz.
“Me hallaba infeliz con mi vida personal, y todas mis posesiones no me brindaban consuelo. Me sentía atrapada. Mientras más dinero ganaba, más gastaba, ¡hasta que finalmente llegué a tener deudas que ascendían a 80.000 dólares!
“Algunos miembros de mi familia eran testigos de Jehová y veía que eran más felices que yo, aunque tenían mucho menos que yo. Quería la felicidad que ellos disfrutaban, pero parecía imposible. Sabía que tendría que conseguir otra clase de trabajo si llegaba a ser Testigo, y, entonces, ¿cómo pagaría mis deudas? Aun si pagara las deudas, ¿podría ser verdaderamente feliz sin dinero?
“Después de estudiar la Biblia por unos años, finalmente me libré del hábito de fumar, y eso me convenció de que verdaderamente podía cambiar de vida con la ayuda de Jehová. De modo que dejé el trabajo que tenía, vendí mi automóvil y otras posesiones valiosas, y me bauticé como testigo de Jehová. Gano mucho menos ahora, ¡pero soy mucho más feliz! Las cosas que yo poseía nunca me hicieron feliz. El tener verdaderos amigos y conocer a Jehová Dios como persona real que se interesa en mí fue lo que me ayudó a hallar la felicidad.”
Núm. 3—Finalmente, uno no debe trabajar movido por el deseo de competir y mostrarse superior a otros. “Yo mismo he visto todo el duro trabajo y toda la pericia sobresaliente en el trabajo, que significa la rivalidad de uno para con otro; esto también es vanidad y un esforzarse tras el viento.” (Eclesiastés 4:4) Quizás conozcas a jóvenes que se sienten inútiles porque no lograron ingresar en alguna universidad prestigiosa o no llenaron los requisitos para pertenecer a un equipo atlético en la escuela. La competencia en esos campos de actividad puede ser intensa. Para los pocos que obtienen la victoria, hay muchos perdedores. ¿Es buena idea fijar tus esperanzas en tales metas?
La Biblia... un libro práctico
Como quizás ya sepas, la autoridad que hizo estos comentarios prácticos y equilibrados acerca del trabajo fue Salomón. El libro de Eclesiastés, que él escribió bajo inspiración divina, está en la Biblia. ¿Sabías que la Biblia es un libro tan práctico?
Si estás en la escuela y te sientes tentado a aceptar un empleo de media jornada que realmente no necesitas, recuerda este breve consejo de Salomón: “Para todo hay un tiempo determinado, aun un tiempo para todo asunto bajo los cielos.” (Eclesiastés 3:1) Pregúntate: En este período de mi vida, ¿qué debería estar haciendo yo? ¿Es la juventud el tiempo para comenzar a acumular autos, equipo estereofónico, ropa y boletos para conciertos, o es el tiempo para acumular conocimiento? A la larga, ¿qué crees que te será de mayor beneficio... una colección de discos o el poder leer bien y escribir claramente? Más importante aún, ¿por qué no dedicas tiempo a aprender más de la Biblia? El aplicar el consejo que ésta da respecto a los problemas de la vida resultará ser de mayor valor para ti que todas las posesiones que pudieras llegar a tener.—Proverbios 8:12-21.
[Ilustraciones en la página 16]
“La mayor parte de los estudiantes entrevistados admitió que sus empleos de media jornada perjudicaban sus tareas escolares. ¿Vale la pena?”
[Ilustraciones en la página 17]
“Son como hombres de mediana edad, que tratan de terminar de pagar sus automóviles y mantener las apariencias. Parece que nunca lo logran”
[Ilustración en la página 18]
“Me hallaba infeliz con mi vida personal, y todas mis posesiones no me brindaban consuelo”