De nuestros lectores

La evolución o la creación

Verdaderamente disfruto de leer “¡Despertad!” ¡Pero cierta información que ustedes publicaron últimamente sobre la evolución es totalmente incorrecta! Ya no se utilizan los métodos que ustedes afirman que se emplean para la datación. Ahora para la datación de restos óseos se usa un método que se llama racemización, que es casi infalible y casi 100 por ciento exacto, y para datar las rocas se emplean átomos en movimiento, un método que depende de la termoluminiscencia. Se ha determinado correctamente que los huesos humanos de mayor antigüedad datan de unos 10 millones de años. Se trata de un humano, no un mono.

C. A., Tennessee

Sobre la datación por termoluminiscencia la “Encyclopaedia Britannica” (edición de 1976) dice lo siguiente en el tomo 5, página 509: “Esperanza más bien que logro es lo que principalmente caracteriza la condición de la datación por termoluminiscencia en la actualidad.” Ni siquiera menciona la racemización. Sin embargo, sí la ha mencionado la revista oficial de la Asociación Estadounidense para el Adelanto de la Ciencia. Un artículo en el número del 28 de agosto de 1981 de la revista “Science” habló de un cráneo que, según el método de aminoácidos (racemización), tenía 48.000 años de antigüedad, pero que tenía solo 11.000 años según la datación por radiactividad aceptada por la ciencia. El artículo explicó: “La proporción de racemización de aminoácidos depende en gran manera de la temperatura.” Pero dijo que ni siquiera el cambio en la temperatura puede explicar lo siguiente: Un esqueleto que, según la racemización de aminoácidos, tenía 70.000 años de edad, mostraba tener solo 8.000 ó 9.000 años de edad según la datación por radiactividad. La racemización no se considera confiable.—La dirección.

Por muchos años he disfrutado de leer “¡Despertad!,” pero este número acerca de la evolución es tan engañoso que no merece que le dé consideración seria ninguna persona que tenga un punto de vista liberal. Por ejemplo, en la página 9 ustedes dicen: “No hay nada en los fósiles que muestre las etapas mediante las cuales se realizó la asombrosa transformación de los reptiles en aves.” Esta declaración es enteramente inexacta. En los años treinta se descubrió un fósil, que ha llegado a ser conocido como “Archaeopteryx,” que representa exactamente la etapa intermedia entre el reptil y el ave.

P. E. R., Inglaterra

“Archaeopteryx” no era ninguna etapa “intermedia.” Tenía las alas completamente desarrolladas y cubiertas de plumas en su totalidad (no escamas parcialmente desarrolladas en plumas), y tenía patas especiales equipadas para posarse. Las proporciones relativas de la cabeza y de la caja del cráneo corresponden a las de un ave y difieren completamente de las de los reptiles.—La dirección.

Acabo de devorar el número especial sobre el tema de Evolución o Creación. Esas 25 páginas cubrieron el tema más eficazmente que una repisa llena de libros confusos que discutieran o trataran el tema. Además, “¡Despertad!” evitó el habla evasiva. Gracias por la concisión y la claridad con que trataron el tema. Aunque ustedes representan un lado determinado, nunca dejan de informar los hechos y los puntos de vista de modo cabal y con exactitud. “¡Despertad!” no recurre a la burla; se apoya en verdades.

S. E., Illinois

Acabo de leer el interesante número que publicaron sobre la polémica entre Evolución y Creación. Creo que los artículos que ustedes han publicado explican muy bien la posición que adoptan los creacionistas, y quiero pedir ejemplares adicionales para usarlos en una clase en que mis alumnos y yo estamos considerando este tema.

R. H., profesor de biología, California