Los jóvenes preguntan...

¿Cómo puedo conseguir verdaderos amigos?

JEFF pensaba que el conseguir amigos era sencillo. Después de todo, mientras estuvo en la escuela tuvo tantos amigos como quiso. Pero tan pronto salió de la escuela se mudó a otra ciudad. Luego sucedió algo insólito... se dio cuenta de lo difícil que le era conseguir amigos nuevos.

“Me sentía completamente solo,” dijo Jeff. “Sencillamente no poseía las cualidades necesarias para sentirme relajado y cómodo al conocer a otras personas. Viví allí seis meses... fue la época más difícil de mi vida.”

La experiencia de este joven es común. Como joven, quizás estés enterado de que no es preciso que uno se mude a otra ciudad para sentirse solo. El conseguir amigos puede ser difícil. ¿Por qué?

Requiere tiempo

Algunos creen que una amistada verdadera puede florecer y madurar de la noche a la mañana. Vivimos en una época en que nos hemos acostumbrado al “servicio instantáneo”... todo, desde comidas instantáneas hasta amistades instantáneas. Pero la intimidad viene como resultado de compartir experiencias y sentimientos por algún tiempo.

No obstante, ciertas cualidades pueden ayudarte a comenzar este proceso y hacer más fácil tu adelantamiento. Cierto hombre, quien consiguió amigos tan íntimos que murieron voluntariamente por él, puso el ejemplo al desplegar esas cualidades. También sufrió y murió debido a que amaba intensamente a sus amigos. ¿Qué hizo este hombre, Jesucristo, para entablar amistades tan íntimas con otros? ¿Cómo podemos imitarlo y tener el mismo éxito que él tuvo?

“Interés activo en otros”

Jesús se interesaba en la gente. Se esforzaba vigorosamente por ayudar a otras personas. Su interés en otros no estaba limitado a ilusiones de ayudar, sino que entró en acción porque ‘quería’ hacerlo. (Mateo 8:3) Aquello contribuyó a trabar amistades íntimas en aquel tiempo, y dará el mismo resultado hoy día.

Por ejemplo, a un joven del día moderno se le preguntó cómo lograba conseguir amigos, pues esto se le hacía muy fácil. El seguía el ejemplo de Jesús de desplegar interés en otras personas. David dijo: “Es el amar genuinamente a la gente y el desplegar interés activo en otros. Una de las cosas más importantes es saber el nombre de la persona. A menudo, otras personas quedan impresionadas por el hecho de que uno se interesa suficientemente en ellas como para recordar su nombre. El resultado de esto es que quizás compartan con uno alguna experiencia o algún problema, y la amistad comienza a edificarse.”

La reacción de algunos ante esto pudiera ser: ‘¿Quiere decir que tengo que ser extrovertido, y andar saludando a todo el mundo? ¡Es que sencillamente no soy así!’ El tener interés en la gente no siempre se muestra de esa manera. Jesús era “humilde de corazón,” de modo que no llamaba la atención a sí mismo ni era ostentoso. (Mateo 11:28, 29) Es el interés sincero en otras personas lo que hace que uno ‘llegue’ al corazón de ellas. Por ejemplo, había cierto cultivador y vendedor de plantas desconocido a quien un ciudadano describió como el “hombre más tímido que haya conocido.” Sin embargo, cuando este cultivador murió, su funeral fue el más concurrido de la historia de su pueblito natal. ¿Por qué?

“Hubert sabía conseguir amigos,” recordó Alan Loy McGinnis en su libro The Friendship Factor. “Había dominado los principios relacionados con el desplegar interés en otras personas, y por más de 60 años había puesto a la gente en primer lugar.” ¿Es eso lo que tú haces? Al interesarte más en la gente y hacer cosas con ella, en vez de dar énfasis a las posesiones materiales, podrás cultivar muchas amistades duraderas. A menudo, las circunstancias más sencillas, como participar juntos de una comida o ayudar a un amigo a efectuar alguna tarea, pueden contribuir a una amistad más estrecha.

“El camino al corazón”

Jesús recomendó: “Presten atención a cómo escuchan.” El sabía que su mensaje sería muy valioso para los que lo escucharan y lo obedecieran. (Lucas 8:18) Pero el ser buen oyente también es vital en lo que toca a edificar una amistad. “A veces lo que uno necesita es simplemente que alguien escuche,” dijo Guy, de 22 años de edad. “El que uno esté dispuesto a escuchar es lo que produce la intimidad.” Sí, como escribió Voltaire: “El camino al corazón es el oído.”

El que nos interesemos genuinamente en lo que otras personas digan, por lo general resulta en que ellas se sientan atraídas a nosotros. Pero esto requiere que uno “no [esté] vigilando con interés personal solo sus propios asuntos [tal vez solo lo que uno quiera decir], sino también con interés personal los de los demás.”—Filipenses 2:4.

Por eso, pregúntate: Cuando otros hablan, ¿realmente escucho, o estoy planeando lo que voy a decir después? ¿Hago preguntas para conseguir que las otras personas hablen? ¿Muestro por mis ademanes o expresiones faciales que me interesa la conversación?

Sé leal

Jesús fue fiel a sus amigos. “Los amó hasta el fin.” (Juan 13:1) Comprendiendo esto, Gordon, de 22 años de edad, dijo después de trabar amistad estrecha con su compañero: “La cualidad principal de un amigo es la lealtad. ¿Realmente será fiel a uno cuando los tiempos se pongan difíciles? Mi amigo y yo nos defendíamos mutuamente cuando otras personas nos dirigían comentarios de desprecio. En realidad éramos fieles uno al otro... pero solo si estábamos en lo correcto.”

Ciertamente se aprecia esta clase de lealtad, pues hoy hay mucha hipocresía y murmuración. “Existen compañeros dispuestos a hacerse pedazos [o a ‘hacer pedazos’ la reputación del otro mediante chismes], pero existe un amigo que se adhiere más estrechamente que un hermano.”—Proverbios 18:24.

Comparte tus sentimientos con otras personas

Debido a que Jesús estuvo dispuesto a revelar sus sentimientos más íntimos, sus amigos se encariñaron con él. A veces mostraba que ‘se compadecía,’ ‘sentía amor’ y estaba ‘hondamente contristado.’ En por lo menos una ocasión “cedió a las lágrimas.” Jesús no se avergonzaba de expresar lo que sentía delante de las personas en quienes confiaba.—Mateo 9:36; Marcos 10:21; Mateo 26:38; Juan 11:35.

Por supuesto, uno no debe revelar todo lo que siente como si uno fuera un libro abierto ni abrumar a alguien a quien apenas conozca con todas sus aprensiones. “Uno tiene que ser uno mismo,” dijo Felicia, de 14 años de edad. Hay que ser sincero con los demás. Cuando las personas ocultan sus verdaderos sentimientos, éstas se aíslan. El aprender a tenerle empatía, “sentimientos como compañeros,” a otras personas y ‘sufrir’ con ellas es imprescindible si uno quiere entablar amistades íntimas.—1 Pedro 3:8.

Sin embargo, hay que tener cierto cuidado. Si trabas una amistad íntima con una persona del otro sexo, siempre hay el peligro de que te enamores. Es fácil llegar a depender emocionalmente de dicha persona. Por eso, si ninguno de los dos está preparado para casarse, pudieran surgir situaciones llenas de gran angustia. Es mucho mejor que busques amistades íntimas entre los del mismo sexo tuyo hasta que estés preparado para buscar cónyuge.

No esperes la perfección

Vas a pasar momentos difíciles en tu esfuerzo por hacer amigos. “Todos cometemos muchos errores; ahora bien, si alguien no comete ningún error en lo que dice, es un hombre perfecto.” (Santiago 3:2, Versión Popular) Muchas personas han dicho que como resultado de trabajar duro para conseguir amigos han disfrutado de muchas amistades duraderas.

Aun cuando hayas logrado establecer una amistad, no esperes perfección. Cierto joven que se crió en el campo, hijo único, cultivó una amistad íntima con otro joven que solo conocía la vida de ciudad y pertenecía a una familia en la que había cinco hijos. ¿Cómo se las arreglaron para llevarse bien aunque tenían antecedentes tan diferentes? “Uno tiene que estar dispuesto a dar,” dijo Presley. “Eso constituye una parte importante de la amistad. Uno tiene su opinión personal de las cosas, pero está dispuesto a tomar en consideración las opiniones y sentimientos de su amigo.”

Sí, todo esto toma tiempo y requiere que uno llegue a conocer los sentimientos de la otra persona. Pero el no desplegar amor resultará más costoso. Resultará en una vida vacía y solitaria. Sin embargo, puedes confiar en que si muestras interés genuino en la gente, podrás decir a algunas personas lo que dijo Jesús: “Ustedes son mis amigos.”—Juan 15:14.

[Nota a pie de página]

[Ilustración en la página 16]

¿Te es difícil conseguir amigos?

[Ilustración en la página 17]

¿Realmente escuchas cuando otros hablan?