De nuestros lectores
Las mujeres
Los artículos que ustedes publicaron sobre la mujer [“La mujer del siglo veinte”] no presentaron bien el asunto y además contenían ideas malsanas. Parece extraño que a la vez que se mencionó la ventaja del hombre con respecto a fuerza física no se haya dicho nada acerca de que es el hombre quien comete los crímenes en la Tierra; o cuando se habló tocante a las emociones de las mujeres, se haya dejado de señalar que la violencia y los homicidios generalmente se deben a que los hombres no dominan sus emociones.
S. M., Nueva York
Reconocemos que a través de la historia el hombre ha dominado a su semejante para perjuicio suyo, y a menudo hemos expuesto los delitos y la violencia que hombres egoístas han perpetrado. (Eclesiastés 8:9) En los artículos que se mencionan tratamos de presentar un punto de vista equilibrado en cuanto a la entera cuestión respecto a los hombres y las mujeres y las diferencias entre los dos sexos. Después de mencionar que muchas mujeres tienden a ser muy emocionales, el artículo también declaró: “Y, ¿cuántos hombres siempre se mantienen serenos, usan lógica y ejercen gobierno de sí mismos?” Es sobre los hombres que recae mucha de la responsabilidad de la opresión de las mujeres, como también la de otros hombres, y ni los hombres ni las mujeres jamás podrán remover esta opresión. Hay solo una esperanza para la remoción de toda opresión, y ésa se cifra en el reino de Dios por medio de su Hijo, Cristo Jesús.—La dirección.
Ya no puedo contenerme. Cuando leí los artículos sobre “La mujer del siglo veinte” sabía que no me quedaba otro recurso salvo el de escribir. Es muy impresionante la forma en que el material trata con el asunto respecto a los hombres y las mujeres, las diferencias entre los dos y, sobre todo, cómo Jehová Dios considera a la mujer y cómo el hombre debería tratarla. Yo he sido víctima de la opresión y del maltrato, y me dio un sentido de satisfacción saber que esta información excelente estará al alcance del público. Espero que la mayoría de los hombres también lean y aprecien esta información.
S. V., Luisiana
Deseo agradecerles de todo corazón los artículos sobre “La mujer del siglo veinte.” A medida que leía, a menudo tuve que parar porque se me hacía un nudo en la garganta debido al aprecio que sentía por el maravilloso consejo y consuelo que se ofrecía. Toda mi vida he observado penosamente y sentido personalmente las angustias de ser una criatura humana “inferior.” El llegar a conocer a Jehová y saber que él no aprueba que los hombres opriman a las mujeres ha sido para mí una gran ayuda. Estoy segura de que muchos de los hombres que lean estos artículos se darán cuenta de que el ejercer la jefatura no significa ser áspero ni macho. Durante los años que mi esposo se portó como dictador inconsiderado, se me hacía difícil amarlo. Ahora se me hace fácil tenerle profundo amor y respeto cuando, después del trabajo, en vez de sentarse en un sillón, él viene a la cocina a ayudarme. Luego los dos juntos podemos relajarnos y charlar acerca de las actividades del día con nuestros hijos.
E. S., Connecticut
El vuelo libre con ala delta
Desde la edad de diez años me ha interesado el vuelo en aparatos sin motor, y me gustaría comentar sobre el artículo “¿Vale la pena el riesgo?” en el cual se incluyó información sobre los deportes aéreos. Debido a las condiciones atmosféricas que no se pueden predecir, el vuelo libre con ala delta es, tal como el artículo apropiadamente señala, un deporte que impone gran riesgo. Por supuesto, el factor de mayor riesgo en cualquier clase de deporte es el hombre mismo.
M. S., Alemania