De nuestros lectores
El divorcio
Acabo de volver a leer el artículo que ustedes publicaron “¿Es necesario este divorcio?” (22 de septiembre de 1982). Mi esposo ha cometido adulterio y ahora estoy en espera de que se finalice el divorcio. El artículo que ustedes publicaron describe con exactitud cómo mis hijos y yo nos sentimos. Con la esperanza de que él vuelva a la casa, voy a enviar este artículo a mi esposo para que lo lea. Hasta ahora, ha sido buen esposo. El problema fundamental era la falta de comunicación. Agradezco todo el buen trabajo que ustedes hacen.
P. F., Inglaterra
Cómo atender al niño
Nuestro bebé tenía tres días de nacido cuando leí el artículo que ustedes publicaron “¡Por favor, Juanito, no llores!” (22 de enero de 1983). No pudiéramos haber recibido mejor “alimento” al tiempo debido. Ya he leído el artículo cuatro veces y lo tengo a la mano para poder repasarlo. Es especialmente animador leerlo a las dos de la mañana, cuando nuestra hijita no quiere dormir. Les damos las gracias por este hermoso artículo.
R. D., Carolina del Sur
¡Cuánto les agradezco el artículo que publicaron recientemente sobre los niños que lloran! Tenemos un par de mellizos, quienes ya tienen 15 meses de edad, pero hubo seis meses en que lloraban incesantemente. Habíamos leído consejo similar y procuramos aplicarlo al mejor grado posible. Ahora hemos comprobado que hicimos lo mejor que pudimos por nuestros bebés. Aunque me hubiera gustado tener esta revista hace 15 meses, aun ahora me es útil. Por favor sigan publicando esta clase de información para nosotros los padres, a fin de que podamos criar correctamente a nuestros hijos.
J. F., Florida
Quiero expresar mi agradecimiento sincero por el artículo “¡Por favor, Juanito, no llores!”. En especial, me gustó la parte sobre cómo la madre de Jesús envolvió con bandas de tela a su hijito recién nacido para tranquilizarlo. Hace unas semanas di a luz. La primera noche que pasamos en casa fue agotadora, pues el bebé no quería dormir. Así que, como último recurso, lo envolví en una frazada, y durmió como una ovejita. Y desde ese entonces duerme bien. También me gustó cuando dijeron que el llanto del bebé es su modo de comunicarse con los padres.
Y. G., Florida
En el artículo “¡Por favor, Juanito, no llores!” se mencionó que es necesario mostrar cariño al niño. Entre las diferentes maneras de expresar cariño, se sugirió el hacerle cosquillas. Hace algún tiempo consideré con un pediatra el asunto de hacer cosquillas al niño. El declaró enfáticamente: “El hacer cosquillas al niño es maltratar al niño”. Quizás sea necesario efectuar más investigación para aclarar este asunto.
M. J., Ohio
Concordamos en que el hacer cosquillas al niño intensa y excesivamente, de modo que se le excitara tanto hasta el grado de atormentarlo, sería maltratar al niño. No obstante, éste no es el caso si se juega cariñosamente con el niño y se le hace cosquillas, como se mencionó en el artículo. El hacerlo así divierte al niño y hace que se sienta querido.—La dirección.