BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • g84 8/4 págs. 9-12
  • ¿Será alguna vez una realidad mundial la no violencia?

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • ¿Será alguna vez una realidad mundial la no violencia?
  • ¡Despertad! 1984
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • ‘Tiempos llenos de peligro’
  • Reeducación del corazón
  • ¿Quiénes son los pacíficos?
  • ¿Anhela usted justicia?
  • Un gobierno que sostendrá los valores divinos
    ¡Despertad! 2003
  • Valores que enriquecen de verdad
    ¡Despertad! 2013
  • Valores eternos que nos marcan el rumbo
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 2007
  • Cómo acabará para siempre la violencia
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1996
Ver más
¡Despertad! 1984
g84 8/4 págs. 9-12

¿Será alguna vez una realidad mundial la no violencia?

“LA VIDA es simplemente asunto de supervivencia”, dijo la señora mientras el atestado tren se dirigía a toda velocidad a Bombay. Ella observaba el paisaje deteriorado por kilómetro tras kilómetro de barrios pobres que estaban empapados de las implacables lluvias relacionadas con los monzones. “La gente no tiene valores en estos días —siguió diciendo ella—. Ninguna persona se interesa en otras, sino en sí misma. Hasta los valores tradicionales han perdido su influencia.”

La observación que hizo ella reflejaba la vida que llevan millones de personas que no tienen un sistema fijo de valores éticos. Éstas, ricas o pobres, han rechazado o descartado hasta códigos morales heredados, al considerarlos ineficaces o demasiado comprometedores para la vida moderna. Los han reemplazado con la ley del yo... la propia supervivencia y satisfacción.

Sin valores estabilizadores, muchas personas han llegado a estar angustiadas o enojadas. En un mundo violento, la defensa propia se ha convertido en una estrategia común. Y puesto que muchos creen que ‘el ataque es la mejor forma de defenderse’, la violencia engendra violencia, tanto verbal como física.

‘Tiempos llenos de peligro’

El Creador de toda la humanidad previó un tiempo como éste... tiempo en que la gente rechazaría los valores dados por Dios y, por eso, andaría de manera incierta. Las consecuencias se nos declaran mediante la sabiduría que se expresó hace casi dos mil años: “Pero ustedes tienen que darse cuenta de que en los últimos días los tiempos estarán llenos de peligro. Los hombres llegarán a ser totalmente egocéntricos, avaros para el dinero, hinchados en toda su habla. Serán orgullosos e injuriosos, tendrán en poca estima lo que sus padres les enseñaron. Carecerán por completo de gratitud, reverencia y expresiones normales de cariño humano. [...] Conservarán una fachada de ‘religión’, pero su vida desmentirá la veracidad de ella”. (2 Timoteo 3:1-5, The New Testament in Modern English, de J. B. Phillips.)

¿No podemos ver la exactitud de esa declaración en nuestra vida cotidiana? En el caso de muchas personas, ¿no es el mundo un lugar muy cruel donde la gente carece de “expresiones normales de cariño humano”? Se abusa de las personas, tanto en sentido físico como sicológico. Se abusa de la dignidad humana en escala masiva. ¡Hasta los actos normales de bondad humana son a menudo tan raros en estos días de la filosofía egocéntrica que cuando alguien efectúa una acción bondadosa, humana, a menudo se considera al individuo como un sujeto extraordinario!

¿Hay alguna manera de poder cambiar todo eso? ¿Hay alguna fuerza, o poder, que pudiera desarraigar del corazón de la humanidad la violencia? ¿Existe alguna motivación poderosa para cambiar?

Reeducación del corazón

Se ha dicho que la educación debe tener como meta la formación de la personalidad... y, pudiéramos añadir, la formación de valores. Para que la no violencia sea algo más que simplemente una frase estereotipada o expresión trivial, la gente por todo el mundo tiene que ser reeducada para amar en verdad a Dios y a su semejante. Esa educación tiene que llegar no solo a la mente analítica, sino, de mayor importancia, al corazón motivador.

Pero ¿aceptaría usted un código de valores que simplemente proviniera de cualquier persona? ¡Claro que no! Usted insistiría en que la persona fuera competente en sus juicios e irreprochable en su historial. Los valores de tal persona tendrían que sobrevivir a la prueba del tiempo y aplicar a la amplia gama de seres humanos. Personas de todas las nacionalidades y antecedentes tendrían que integrarse. Sobre todo, habría que llegar al corazón de ellas.

¿Quién puede darnos dirección de esa índole en estos tiempos peligrosos y dificultosos? ¿Quién puede suministrarnos un conjunto de valores que nos ayude a aguantar, que pueda hacernos vivir con esperanza, en lugar de desesperanza? ¿Quién puede llegar a nuestro corazón y cultivar en él sosiego y bondad, en vez de violencia y odio?

La historia ha mostrado que ningún ser humano puede llevar a cabo esa tarea. Así que consideremos brevemente lo que el anciano y respetado Moisés escribió acerca de nuestro Creador, Jehová Dios: “Porque yo declararé el nombre de Jehová. ¡Atribuyan ustedes grandeza, sí, a nuestro Dios! La Roca, perfecta es su actividad, porque todos sus caminos son justicia. Dios de fidelidad, con quien no hay injusticia; justo y recto es él”. Piense en eso... un Dios justo y perfecto, que también es fiel. (Deuteronomio 32:3, 4.)

El rey David de la antigüedad escribió: “La ley de Jehová es perfecta, hace volver el alma. El recordatorio de Jehová es fidedigno, hace sabio al inexperto. Las órdenes de Jehová son rectas, hacen regocijar el corazón; el mandamiento de Jehová es limpio, hace brillar los ojos” (Salmo 19:7, 8). Sí, las leyes y los recordatorios de Jehová pueden penetrar hasta el corazón y cambiar nuestro modo de pensar y, por ende, nuestras acciones. Las personas violentas pueden llegar a ser pacíficas y bondadosas.

¿Quiénes son los pacíficos?

Hace casi dos mil años el maestro más amoroso que ha habido entre la humanidad, Jesucristo, dijo a una muchedumbre reunida en la ladera de una montaña: “Felices son los de genio apacible, puesto que ellos heredarán la tierra. [...] Felices son los pacíficos, puesto que ellos serán llamados ‘hijos de Dios’” (Mateo 5:5-9). ¿Existe en la Tierra hoy día un pueblo pacífico y de genio apacible, como ése? Sin duda, no se puede reconocer a la belicista cristiandad como esa clase de pueblo.

Sin embargo, por todas partes del mundo hoy día hay personas de todas las nacionalidades que han cambiado su anterior punto de vista violento y han adoptado un nuevo conjunto de valores dados por Dios. Han sido reeducadas. Se ha llegado al corazón de ellas, y ellas han respondido de buena gana a esta invitación: “’Vengan, y subamos a la montaña de Jehová [...] y él nos instruirá acerca de sus caminos, y ciertamente andaremos en sus sendas.’ [...] Y él ciertamente dictará el fallo entre las naciones y enderezará los asuntos respecto a muchos pueblos. Y tendrán que batir sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni aprenderán más la guerra”. De acuerdo con esta profecía, se formaría un pueblo no violento “en la parte final de los días”. ¿Quiénes componen ese pueblo? (Isaías 2:2-4.)

Se les conoce como testigos de Jehová, y hay millones de ellos por todo el mundo. Es probable que haya algunos de ellos en la comunidad donde usted vive. Son un pueblo pacífico y van de casa en casa hablando a otros acerca de los caminos justos de Jehová. No toman las armas en ninguna nación. No se envuelven en la política ni en la violencia de ésta. Son en verdad un pueblo que ama la paz, teme a Dios y no es violento. Abogan por el gobierno del Reino de Dios por Cristo como la solución para los males de la humanidad. Saben que pronto el Reino de Dios eliminará de la Tierra toda la violencia y a los que la practican. La vida de ellos da testimonio del hecho de que la no violencia no es solamente un ideal, sino una realidad. (Daniel 2:44; Revelación 21:3, 4.)

Los testigos de Jehová saben que la Biblia declara que “Dios no es parcial, sino que en toda nación el que le teme y obra justicia le es acepto” (Hechos 10:34, 35). Por consiguiente, respetan la dignidad de todo hombre, mujer y niño, prescindiendo de sus antecedentes sociales o su color de piel. No hay un sistema de clases o castas que divida la hermandad de ellos.

¿Anhela usted justicia?

¿Qué hay de usted? ¿Es una víctima silenciosa de la discriminación? ¿Clama su corazón por las injusticias que usted ve y siente? ¿Anhela justicia e imparcialidad? ¿’Suspira y gime por las cosas detestables’ que se cometen en el nombre de la religión? Entonces, puede tener la seguridad de que Dios está al tanto de sus necesidades. (Ezequiel 9:4.)

Bajo inspiración divina cierto poeta escribió en la Biblia: “El deseo de los mansos ciertamente oirás, oh Jehová. Prepararás su corazón. Prestarás atención con tu oído”. ¿Está usted dispuesto a permitir que Jehová prepare el corazón de usted ahora para un nuevo sistema de cosas no violento que pronto ha de venir? Si así es, le instamos a ponerse en comunicación con los publicadores de esta revista o con algún testigo de Jehová. Los Testigos le ayudarán con mucho gusto a entender cómo hará el Reino de Dios que la no violencia sea pronto una realidad mundial. (Salmo 10:17.)

[Ilustración en la página 11]

Pronto todo indicio de violencia, injusticia y pobreza será para siempre cosa del pasado

[Recuadro/Ilustración en la página 12]

La vida a través de los ojos de una “intocable”

Rukhmani tiene 40 años de edad. Habla mahárata. Uno puede hallarla sentada junto al borde de la carretera atestada de gente, en la esquina de un bazar de Bombay, vendiendo hortalizas.

“Soy hindú de nacimiento —explica ella—. Éramos harijans [gente del dios Visnú], que se considera una clase baja de personas entre los hindúes. Cuando era tan solo una niñita, solía preguntarme por qué no se me permitía jugar con otras niñas que tenían la misma edad que yo. Mi padre me decía que se debía a que nuestra casta era inferior a la de ellas. Yo me sentía muy herida, pues hasta en la escuela los hijos de harijans teníamos que sentarnos en un banco separado. Otros estudiantes no nos miraban ni nos hablaban. Ni siquiera se nos permitía entrar en templos hindúes o sacar agua de pozos que pertenecieran a una casta superior de hindúes. Éramos intocables, y eso nos trajo desdicha a mí y a mi familia.”

Para tener un mejor modo de vida, Rukhmani y su familia comenzaron a seguir a un reformista hindú conocido como Dr. Ambedkar. En 1956 él instó a toda la comunidad de harijans a convertirse al budismo. Aun después de su conversión, Rukhmani no era feliz. ¿Por qué? Ella dice: “Aunque los hindúes y los budistas se consideran iguales entre sí, no era realmente así. No podíamos casarnos con hindúes, pues todavía se nos consideraba inferiores”.

Con el transcurso del tiempo, Rukhmani dejó la adoración de Buda y comenzó a adorar al difunto Dr. Ambedkar. Estaba confundida y acongojada. “Ahora había comenzado a adorar a un hombre. Todos los días compraba una guirnalda para su retrato y oraba ante él.” Pero ¿hizo eso feliz a Rukhmani? “No. En mi corazón no era feliz. No tenía ningún porvenir. Procuré encaminar mi vida en la dirección correcta, pero no pude hallar ninguna ayuda.

Entonces, cierto día, una vecina vino y nos ofreció un folleto titulado ¿Hay un Dios que nos quiera? Explicó que pertenecía a una organización limpia de personas que adoraban al Dios verdadero, Jehová. Yo mostré interés en este mensaje y comencé a estudiar el folleto junto con la Biblia. Aquello cambió todo mi concepto de la vida. Pronto me deshice de las imágenes de Buda y del retrato del Dr. Ambedkar. Comencé a asistir a las reuniones de los testigos de Jehová en el Salón del Reino de la localidad. ¡Imagínese cómo me sentí cuando hice mi primera presentación de cinco minutos de información bíblica ante un auditorio! ¡Allí estaba yo, una intocable, haciendo mi presentación en la congregación de los testigos de Jehová!”

¿Qué atrajo a Rukhmani hacia los Testigos? “El amor y la unidad que hay entre ellos —contesta ella—. No hay distinción de castas en esta religión. Eso fue muy importante para mí, pues por años fui víctima silenciosa de esa discriminación. Entre los Testigos ya no soy ‘intocable’... ¡soy hermana! A diario me regocijo de conocer a este bondadoso Dios, Jehová.”

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir