Las escaseces de alimento... ¿prueba de qué?
AL INCLUIR este rasgo como parte de la “señal” de lo que la Biblia llama la conclusión del sistema de cosas, Jesús dijo que “en un lugar tras otro” habría “escaseces de alimento”. No obstante, dándonos motivo de esperanza, él explicó que estas escaseces de alimento serían prueba de que ‘se acercaba la liberación’. (Véase Lucas 21:7, 11, 28.)
¿Realmente hay prueba de que las escaseces de alimento de hoy día indiquen una liberación inminente? Muchas personas piensan que sí. ¿Opina usted lo mismo?
Considere los hechos
La guerra es una causa fundamental de las escaseces de alimento; por lo tanto, era solo de esperarse que al primer conflicto global, la I Guerra Mundial, le siguieran graves escaseces de alimento. Y así sucedió. La II Guerra Mundial fue aun más catastrófica, y también fueron más catastróficas las escaseces de alimento causadas por ésta.
De hecho, el problema era tan grave al final de la II Guerra Mundial que en 1945 las Naciones Unidas formaron su primera agencia permanente especializada: la OAA (Organización para la Agricultura y la Alimentación). Se formó para aliviar los problemas del hambre mundial, y logró hacer mucho bien durante sus primeros 20 años de actividad. Sin embargo, según reveló Britannica Book of the Year 1966, la situación básica no cambió. Leemos:
“La evaluación del desequilibrio en desarrollo entre la población del mundo y la probable capacidad de ésta para alimentarse a sí misma, efectuada en 1965 por la Organización para la Agricultura y la Alimentación, reveló una situación que muchos consideran seria, si es que no la consideran verdaderamente alarmante. [...] El senador George McGovern, de Dakota del Sur (E.U.A.), llamó al desequilibrio alimentario el ‘problema principal en el último tercio del siglo XX’”.
En 1978, más de diez años después, el problema persistía. De hecho, empeoraba (vea la gráfica), lo cual llevó al señor Carter, quien entonces era presidente de los Estados Unidos, a crear la Comisión sobre el Hambre Mundial, compuesta de 20 miembros. El propósito de ésta era determinar cómo se podría eliminar para fines del siglo el problema del hambre mundial. Era una meta admirable, pero ¿cómo se podría alcanzar?
¿Qué causó el problema?
Sería engañoso el simplemente atribuir toda la culpa a la superpoblación. El asunto es realmente mucho más complicado. La revista de temas científicos Bild der Wissenschaft hizo el siguiente comentario: “El factor determinante no parece ser en sí el índice de crecimiento de la población, sino el que los gobiernos no hayan podido seguir un programa agrícola adecuado”.
Tampoco deben pasarse por alto las llamadas causas naturales, como las sequías e inundaciones, que en 1981 fueron responsables de que unos 14.000.000 de chinos se vieran obligados a consumir raciones de emergencia. Además, las agitaciones políticas y obreras pueden crear una situación en que sea necesario formar filas para obtener alimento, como de hecho ocurrió en aquel mismo año en algunas naciones de Europa oriental.
El mejor ejemplo para ilustrar otra causa de las escaseces de alimento es el África. Con relación al continente más azotado por el hambre, donde se hallan 23 de los 29 países que la OAA alista actualmente en la categoría de víctimas de “escaseces anormales de alimento”, la revista New African escribe:
“Antes de las consecuencias del colonialismo, el África era autosuficiente en lo relacionado con la alimentación. Había excedentes que se vendían en el mismo continente. Pero cuando las potencias europeas dividieron al África, también obligaron a las sociedades africanas a cosechar productos agrícolas para satisfacer las demandas de ciertos mercados.
”Este cambio ha ido avanzando desde que terminó la II Guerra Mundial. Al África la han ‘desarrollado’ como productora de cosechas agrícolas que satisfagan las demandas del mercado de las naciones de Occidente. [...] Cosechas de lujo, como las de flores, té, café y cacao, y cosechas industriales, como las de caucho, algodón y sisal”.
Estos factores, y muchos otros, han contribuido a convertir las escaseces de alimento en un problema mundial. ¿Cuántos millones de personas más están condenadas a morir antes que se pueda resolver este problema?
Perspectivas para los años ochenta
En la conferencia celebrada en 1980 en Arusha, Tanzania, el Consejo Mundial para la Alimentación presentó un informe que decía que nunca habían sido tan sombrías las perspectivas para las naciones en vías de desarrollo. Predijo que la década de los ochenta bien pudiera convertirse en “la década de las escaseces de alimento”. Maurice Williams, director ejecutivo del Consejo, se sintió impelido a decir: “Quisiera decir que tengo esperanza para el futuro, pero temo que nos dirigimos hacia un período de crisis alimentaria permanente en el África”.
El éxito que el hombre ha tenido en cuanto a evitar las causas de las escaseces de alimento —las sequías, las guerras, la agitación política, las enfermedades o pestes, los desastres naturales— es, a lo más, limitado. Y el oportunismo político, la mala administración, los problemas de transportación, los obstáculos burocráticos, la falta de perspicacia, y la avaricia contribuyen a que el problema sea aun más difícil de resolver. En el libro The Doomsday Book, Gordon Taylor dice que, lejos de resolverse, “la crisis [...] se hará cada vez más inminente a medida que nos acerquemos al final del siglo”.
La Comisión Presidencial para Combatir el Hambre Mundial ha llegado a conclusiones similares. Al informar sobre los hallazgos de dicha comisión, la revista Time dijo: “El problema del hambre hoy día es muy diferente del que había en el pasado, cuando las escaseces recurrentes segaron la vida de millones de personas. Actualmente, año tras año, en muchísimas partes del mundo el alimento es tan escaso que por lo menos 25 por 100 de la población mundial está hambrienta o desnutrida, y, de cada ocho personas, una sufre de desnutrición debilitante. [...] El informe predice que en los siguientes 20 años pudiera ocurrir una grave escasez de alimento... con efectos desastrosos”. [Las cursivas son nuestras.]
En resumen, ¿qué muestran los hechos? Que las actuales escaseces de alimento afectan a más personas hoy día que en ninguna otra época de la historia; que en vez de ser de naturaleza temporal, como en el pasado, se están convirtiendo en un rasgo permanente del mundo actual; y que, a pesar del progreso científico, no se ve ninguna solución humana al respecto. Estos hechos contribuyen a que el fenómeno de las escaseces de alimento adquiera un nuevo aspecto, exactamente lo que esperaríamos ver en cumplimiento de la “señal” de Jesús.
Pero no olvide que Jesús dijo que las “escaseces de alimento” que se experimentarían “en un lugar tras otro” constituirían una prueba clara de que la ‘liberación se acercaba’. Los testigos de Jehová tendrán mucho gusto en ayudarle a aprender más sobre esta animadora perspectiva.
[Gráfico/Ilustración en la página 13]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
HAMBRE MUNDIAL
PERSONAS SIN SUFICIENTE ALIMENTO (EN MILLONES)
0 100 200 300 400 500 600 700 800 900 1.000
1970 360 1977 420 1981 800
(SEGÚN CIFRAS DE LA OAA)