Las alergias... ¿qué se puede hacer?
JOYCE estornuda incesantemente cada mes de agosto. Una vez su esposo cayó en estado de choque y casi murió después de comer unos cangrejos. Uno de sus hijos respira con suma dificultad cuando hace esfuerzos físicos, y a una hija le salieron ronchas la última vez que recibió penicilina.
Afortunadamente, la familia de Joyce no es típica de la familia promedio. Pero considere la magnitud del problema de las alergias en un solo país, los Estados Unidos. Se dice que 17 por 100 de la población estadounidense padece de alergias importantes, porcentaje que representa el más grande sector de los que padecen de enfermedades crónicas. Además, la cantidad de malestares que reciben el diagnóstico de alergias indudablemente va a aumentar a medida que nuestro ambiente llegue a ser más complejo y a estar más contaminado.
El hecho de que muchas personas son hipersensibles a cosas que hay en su ambiente es un descubrimiento relativamente reciente. Sin embargo, cuatro siglos antes del nacimiento de Cristo, Hipócrates describió una enfermedad que hoy día reconocemos como asma. En la tumba de un antiguo rey egipcio, Menes, se descubrió lo que tal vez sea el registro más antiguo de una reacción alérgica mortal. Él murió después de ser picado por un avispón.
Se cree que el doctor John Bostock, de Inglaterra, quien vivió a principios del siglo XIX, fue el primero en utilizar la expresión “fiebre del heno”, después de notar que tenía regularmente un “catarro” veraniego. En 1906 cierto pediatra austriaco propuso la palabra “alergia”, derivada de dos palabras griegas que en términos generales se pueden traducir ‘reacciones alteradas’.
Alergenos y anticuerpos
Esa reacción alterada es lo que causa el problema de las personas alérgicas. Desde el nacimiento inhalamos, tragamos y tocamos muchas cosas que son extrañas a nuestro cuerpo. Para la mayoría de nosotros, este contacto parece ser inofensivo. Pero si alguien que tiene una alergia inhala, traga o toca siquiera una cantidad diminuta de la sustancia a la cual es extraordinariamente sensible, desarrollará varios síntomas específicos. Las sustancias que causan reacciones alérgicas se conocen como alergenos.
Algunos alergenos comunes son:
• Inhalados—pólenes, polvo, moho, escamillas de la piel de perro y de gato, y fragmentos del pelo de estos.
• Ingeridos—huevos, chocolate, nueces, mariscos, leche, antibióticos y aspirina.
• Tocados—zumaque venenoso, tintes, metales, lana y cosméticos.
• Inyectados—picadas de abeja y avispa, y penicilina.
Estos son solamente unos cuantos de los muchos alergenos. En realidad, la cantidad parece ilimitada.
No obstante, ¿qué es lo que sucede que causa reacciones alérgicas? Normalmente, el cuerpo de uno produce sustancias llamadas anticuerpos, para luchar contra invasores, como los gérmenes. Si uno es alérgico, estos mecanismos de defensa reaccionan de modo extremado. Atacan sustancias extrañas, como los alergenos que se mencionan arriba. Un tipo específico de anticuerpo, IgE, se produce en demasía en el cuerpo, lo cual causa resultados notables cuando se enfrenta con un alergeno que ocasiona molestia y problemas. La reacción causa una liberación de sustancias químicas como la histamina. La histamina hace que la nariz se hinche y los ojos sientan picazón.
¿Por qué, por qué, por qué?
Una pregunta importante que se hace cualquier víctima alérgica es: “¿Por qué yo?”. No se conocen todas las respuestas. Sí sabemos que la herencia es un factor importante. Cierta investigación muestra que 80 por 100 de las personas que padecen de la fiebre del heno tienen antecedentes relativos a esta alergia en la historia clínica de la familia. Aunque la tendencia se hereda, no tiene que ser así en el caso de la alergia específica... cierto padre tal vez tenga asma, pero el hijo quizás tenga fiebre del heno.
Por lo general también se concuerda en que la presión emocional, como la tensión, el trabajo excesivo, el cansancio, el miedo, y la cólera extremada, pueden ocasionar alergias. Pero sea que factores sicosomáticos por sí solos puedan realmente causar o no una alergia es una cuestión que requiere más investigación.
Por supuesto, además existe el factor del ambiente cada vez más complejo, junto con sus muchos agentes contaminadores. Se desconoce cuánto contribuye este al aumento en las alergias, pero no hay duda del mal efecto que el aire contaminado tiene en los que padecen de asma.
Gloria es una asmática de mediana edad que vive en una ciudad grande llena de contaminación ambiental. Durante los pasados 14 años, el asma la ha atormentado. Ella respira con dificultad mientras dice: “Cuando me da un ataque, no puedo respirar, y eso me da miedo. Ayer alguien me llamó, y ni siquiera pude contestar el teléfono porque no podía hablar. Así que dejé sonar el teléfono”.
A las personas saludables tal vez se les haga difícil creer que una alergia pueda afectar severamente a alguien. A menudo el enfermo tiene que hacer frente a miradas incrédulas y otras respuestas parecidas cuando habla acerca de su problema tocante a reacciones alérgicas, sea que se trate de asma u otra alergia. “Es muy difícil para otros comprender este problema”, dice un alérgico canadiense. “Necesitamos bondad, también, en vez de desconfianza y palabras poco amables.”
Si usted regularmente recibe invitados en su casa, quizás quiera desplegar consideración bondadosa a los que padecen de alergias y tratar de eliminar la fuente de molestia para ellos.
¿Qué se puede hacer?
El término “alergias” abarca diversas enfermedades reconocidas. Así que echemos un vistazo breve a estos males y veamos lo que se puede hacer al respecto.
El asma es la más grave de todas las enfermedades alérgicas y todavía causa la muerte, aunque muchos que padecen de ella pueden llevar una vida normal. El movimiento libre del aire hacia dentro y hacia fuera de los pulmones es obstruido... de ahí la típica dificultad para respirar durante un ataque. El problema se puede refrenar mediante la prevención... eliminando del ambiente doméstico o laboral los alergenos conocidos y haciendo ejercicios respiratorios. Además, ha habido varios adelantos recientes en el tratamiento, tanto con tabletas como con inhaladores. El asmático debe recibir estímulo para estar tan activo como sea posible sin hacer esfuerzos excesivos. Los parientes y amigos tienen que resistir la tentación de proteger en demasía a la persona que tiene asma.
La fiebre del heno es la reacción alérgica más común. Aunque por lo general la fiebre del heno no es peligrosa, el paciente sufre muchísimo cuando es severa. “Fiebre del heno” es un nombre engañoso, pues el heno no ocasiona los síntomas. Generalmente es el polen, o a veces el moho, y el paciente rara vez tiene una verdadera fiebre. La fiebre del heno ocurre comúnmente en la primavera o en el otoño, cuando los céspedes, las hierbas o los árboles están floreciendo. Los antihistamínicos e inhalantes tal vez controlen los peores síntomas.
La rinitis alérgica perenne es un estado de irritación nasal que dura todo el año y puede incluir la molestia común de una nariz que moquea o que se tapa. Con frecuencia afecta a los niños, y esto lleva a los padres a creer, equivocadamente, que los hijos se acatarran repetidas veces. Las causas más comunes son: polvo doméstico, escamillas de la piel y fragmentos de pelo o plumas de animales, y mohos. Las pruebas cutáneas tal vez sean útiles en este caso, pero los resultados pueden ser engañosos. De modo que considere estas pruebas solo como ayudas para identificar posibles alergenos. El mejor tratamiento para este mal es evitar el alergeno cuando sea posible, lo cual puede implicar el deshacerse del animal doméstico que tenga la familia. O quizás sea necesario tomar precauciones especiales en el hogar para disminuir el polvo, que se acumula fácilmente en colchones, alfombras, juguetes rellenos, y cosas parecidas.
La dermatitis es una inflamación de la piel, caracterizada por una apariencia de color rojo, la formación de ampollas, la exudación, o la formación de costras. Hoy día la palabra “eccema” es sinónima de dermatitis crónica. En el hogar y en el trabajo, la piel está expuesta a todo tipo de agentes irritantes, y normalmente puede resistir sus efectos perjudiciales. Pero algunos de tales agentes producen reacciones alérgicas en ciertas personas, y la cantidad de tales agentes está aumentando a medida que se desarrollan nuevos productos y compuestos. Para tratar la dermatitis por contacto o venenata, elimine primero el alergeno que causa la molestia o los problemas.
La urticaria consiste en ronchas elevadas que producen comezón y aparecen de súbito en la piel, generalmente duran unas cuantas horas, y luego desaparecen tan misteriosamente como llegaron. En algunos casos aparece de modo intermitente por unos meses antes de desaparecer. Puede que la causen muchas cosas, como el frío, el calor y la inquietud, así como una amplia variedad de alergenos. Es la plaga del alergista porque es difícil identificar la verdadera causa. Se puede utilizar algún medicamento para la comezón hasta que desaparezca la urticaria.
Las picadas pueden causar urticaria, desmayo, dificultades al respirar, y hasta la muerte a una persona alérgica. Algunos consejos para ayudarle a evitar las picadas son: Cuando esté al aire libre, no camine descalzo; evite las sustancias pulverizadas para el pelo, los perfumes o las lociones, los cuales pueden atraer a las avispas; lleve ropa de color claro en vez de oscuro. Si recibe una picada, aplique hielo para disminuir la absorción del veneno y saque el aguijón tan cuidadosamente como pueda. Para las personas que son muy alérgicas a picadas, ahora hay disponible desensibilización específica.
La alergia alimentaria es una enfermedad alérgica controvertible y la más difícil de determinar con precisión y de tratar. Huelga decir que los alimentos pueden causar molestias, y las causan, a muchas personas de diversas maneras; no obstante, la causa puede ser una alergia alimentaria, o puede que no lo sea. Algunos expertos opinan que la verdadera alergia alimentaria es poco común; sin embargo, casi cualquier alimento puede ser un alergeno para alguien. Desafortunadamente, las pruebas cutáneas son generalmente de dudoso valor al diagnosticar la alergia alimentaria. El tratamiento más eficaz es aislar el alimento que causa la molestia o los problemas, y luego no comerlo.
La alergia a medicamentos ha empeorado en los últimos años. Las reacciones alérgicas a medicamentos son desconcertantes. Las reacciones varían y pueden ser tan graves que ocasionen la muerte. Si usted percibe una alergia a cierto medicamento, considere el asunto con su médico.
Aunque ya sabemos mucho acerca de la alergia, y los científicos han progresado considerablemente durante la última década, todavía hay mucho que descubrir. Es muy posible que muchos de estos descubrimientos tengan que esperar hasta el Nuevo Orden de Dios. La humanidad será entonces restablecida a la perfección, y las causas, cualesquiera que sean, de esta enfermedad compleja serán erradicadas permanentemente. (Isaías 33:24.)