El punto de vista bíblico
¿Es realmente incorrecto fumar?
“¿POR qué no he de fumar si me gusta? Si pongo en peligro mi salud, eso es asunto mío.” Los millones de personas que derivan placer de fumar piensan que tal “lógica” es convincente.
Sin embargo, en 1985, varias noticias culparon al tabaco de 100.000 muertes anuales en Gran Bretaña, 350.000 en los Estados Unidos y de 30% de todas las defunciones en Grecia. El sentido común dice que la sociedad no puede minimizar las implicaciones morales de estas cifras. Pero sí lo ha hecho. ¿Por qué?
Por una parte, muchos líderes religiosos rehúsan ejercer presión moral sobre su grey para que deje de fumar. El punto de vista de estos líderes religiosos es el que expresa el autor del libro The Christian Moral Vision. Él dice que no ve “ninguna justificación para ejercer presión moral” sobre alguien que, “habiendo considerado los riesgos [...], [continúa] fumando por el placer que le proporciona”. Pero, ¿es este el punto de vista bíblico? ¿Justifica el “placer” los riesgos innecesarios a que uno se expone?
No, no los justifica. ¿No tiene más sentido tratar de estar en la mejor forma física y mental? Por nuestro propio bien y por respeto a aquellos que queremos y a nuestro Creador, la Biblia estipula que debemos ‘limpiarnos de toda contaminación de la carne y del espíritu’. (2 Corintios 7:1.) ¿Es solo al cuerpo físico que perjudica el tabaco?
Cómo afecta su vida
El hábito del tabaco puede arraigarse firmemente en usted, no solo física, sino también mentalmente. Además de contaminar el cuerpo, el tabaco impregna totalmente el “espíritu” con el que los fumadores piensan, trabajan y juegan: el mismo estado mental y de ánimo con el que efectúan sus actividades diarias. Un periodista admitió en la revista Reader’s Digest: “Sin mi ración diaria de cigarrillos, no podría escribir, comer, dormir, hacer el amor ni divertirme con mis hijos”.
¿Por qué está tan arraigado el uso del tabaco en la gente que ni siquiera hace caso cuando se enfrenta al peor de los daños que ocasiona: la muerte? Refiriéndose a la Gran Bretaña, la siquiatra Judy Greenwood escribió en el periódico Glasgow Herald del 3 de enero de 1985: “Si las 100.000 personas que murieron hubieran muerto por causas evitables, [...] se hubiera suscitado una conmoción nacional. [...] Pero con el fumar es diferente [...] Este vicio social en particular está tan arraigado a nuestra cultura y comercio [...] que parece que hemos desarrollado un punto ciego en nuestro sentido común nacional”.
El perjuicio espiritual que ocasiona la adicción
Es la adicción y no solamente el placer lo que produce hoy día esa insensibilidad moral en el “espíritu” del público. Además, el Dr. Richard Pollin, director del Instituto Nacional contra el Abuso de las Drogas (E.U.A.), asegura que el fumar cigarrillos es la adicción de mayor gravedad y difusión del mundo, peor que la de la heroína.
El punto de vista bíblico no tiene tales puntos ciegos respecto a las sustancias que pueden esclavizarnos a un hábito y a los hombres que trafican con ellas: “Ustedes fueron comprados por precio; dejen de hacerse esclavos de los hombres”, dice 1 Corintios 7:23.
¿Era común en los tiempos bíblicos el uso de drogas y hierbas que crean hábito? Sí, dice el libro Tobacco and Kentucky, citando “la evidencia de pipas prehistóricas desenterradas [...] en la costa mediterránea y en Asia Menor [utilizadas para fumar] [...] cáñamo (marihuana) y otras hierbas”. El libro agrega también que “el hacer humear varias sustancias, así como la inhalación de este humo, ha sido una práctica sagrada, curativa y placentera [...] desde tiempo inmemorial. [...] Como con el cáñamo y el opio, así ha sido con el tabaco”.
Según la Cyclopedia de McClintock y Strong, el término “pharmacy” (farmacia) “en los primeros tiempos de la iglesia cristiana” significaba “el arte de inventar y preparar medicamentos para hacer daño”. ¿Qué punto de vista adoptó la Biblia con respecto a tales sustancias y los que con ellas traficaban?
El lado oscuro de la “farmacia”
La Biblia condena el abuso de las drogas, pero no su uso apropiado con propósitos curativos. Aunque actualmente la palabra “farmacia” tiene que ver con el uso apropiado de las drogas, su significado antiguo era el de abuso de estas con fines dañinos, no curativos. La Biblia agrupa tal “farmacia” con prácticas perversas: “las obras de la carne”, cuyos practicantes “no heredarán el reino de Dios”. (Gálatas 5:19-21.) The International Standard Bible Encyclopædia dice: “En Gálatas 5:20 Pablo clasifica con la inmundicia, la idolatría, etc., lo que él llama pharmakeía [...] drogas usadas en las artes mágicas”. Dése cuenta, entonces, del gran perjuicio espiritual que ocasionan las sustancias que crean hábito y que se usan por placer: Lo excluyen a uno del favor de Dios y de Su pueblo.
Debido a que en los tiempos bíblicos se usaban drogas en la magia, Gálatas 5:20, 21 vierte pharmakía como “práctica de espiritismo”. Pero la traducción Kingdom Interlinear la traduce literalmente como “druggery” (droguería) y la traducción de Ferrar Fenton la vierte como “poisoning” (envenenamiento). El erudito bíblico Adam Clarke especificó que se usaban “las drogas” y “el humo” “para producir efectos sobrenaturales”.
Destacando este lado negativo de la farmacia, el libro Word Pictures in the New Testament dice: “Si a uno le desconcierta el que esta palabra relacione la medicina con la brujería [...], solo tiene que recordar el curanderismo actual en la medicina [...] los hechiceros, los sanadores por fe profesionales y los curanderos de África”. También podemos recordar a “la piedra angular de fundamento de la religión amerindia”, es decir, el chamán o sacerdote que fuma “la pipa de la paz”.
Por lo tanto, no sorprende que Revelación 22:15 diga que “afuera” del Reino paradisíaco de Dios están “los drogueros [pharmakoi] y los fornicadores y los asesinos”. (Int.)
Verdaderamente, el uso general por placer que hoy se le da al tabaco tiene sus raíces en supersticiones de antaño que deshonran a Dios. Y tal como Jesús predijo acerca de los frutos de la religión falsa, el fruto de tales raíces del tabaco ha resultado ser, física y espiritualmente, nada menos que podrido. (Mateo 7:15-20.)
[Comentario en la página 20]
‘Si los 100.000 británicos hubieran muerto por alguna otra causa evitable, se hubiera suscitado una conmoción nacional’
[Comentario en la página 21]
La Biblia agrupa el uso por placer de sustancias que envician con prácticas perversas: “las obras de la carne”