Su futuro... ¿escrito en las estrellas?
Es temprano en la mañana de un día de octubre en la antigua ciudad de Babilonia. Desde lo alto del imponente zigurat, ¡un sacerdote contempla un importante signo zodiacal sobre el levante! Es la constelación de Escorpión que sale brevemente antes de desaparecer en la luz del alba.
PARA los supersticiosos babilonios esto era muy significativo. Ya hacía mucho tiempo que sus astrólogos habían notado que parecía que las estrellas de cierta constelación representaban un escorpión con una larga cola curva. La denominaron girtab o Escorpión. Se imaginaban que este grupo de estrellas poseía las características de un escorpión. Dado que el escorpión es un animal nocturno, la constelación de Escorpión parecía ser un símbolo muy apropiado de la oscuridad. Su breve aparición, al amanecer, durante el mes de octubre señalaba la proximidad del invierno.
El Dr. Michel Gauquelin, en su libro The Truth About Astrology [La verdad sobre la astrología], explica: “Proyectaban mentalmente la figura de un escorpión al cielo que, supuestamente, ejercía influencia en los que nacieron bajo esa constelación. Esta clase de astrología inversa todavía existe. Libros de texto modernos afirman que cuando el Sol atraviesa a Escorpión al tiempo del nacimiento de un niño, este adquirirá las características del escorpión, insecto [arácnido] peligroso, agresivo y valiente que tiene un aguijón temible”.
¿Es científica la astrología?
La salida del Sol durante el mes de octubre ya no coincide con la de Escorpión. En el transcurso de los siglos, la relación de la Tierra con las constelaciones ha cambiado gradualmente. En la actualidad, en el mes de octubre, el Sol pasa por la constelación de Libra (que en latín significa “balanza”), la cual se dice que confiere las cualidades de belleza y tranquilidad. ¡Muy diferentes a las de Escorpión!
Aunque los astrólogos orientales se han mantenido al día con estos cambios astronómicos, la mayoría de sus colegas occidentales no lo han hecho. Por lo tanto, ¡estos basan sus predicciones en la configuración celestial de unos 2.000 años de antigüedad! Con respecto a esto, los doctores H. J. Eysenck y D. K. B. Nias declaran: “Si los astrólogos occidentales están en lo correcto en cualquier interpretación específica que hagan, entonces los astrólogos orientales están equivocados, lo mismo sucedería a la inversa. Sin embargo, ¡ambos bandos alegan que sus predicciones son sumamente exactas!”.
Esto de por sí arroja muchas dudas sobre la fiabilidad de la astrología. Además, un sicólogo examinó los registros de matrimonio y divorcio de 3.456 parejas. ¿Tuvo algo que ver la compatibilidad de los signos astrológicos de estas parejas con el éxito o fracaso de sus matrimonios? La revista Science 84 explica lo siguiente: “Las parejas cuyos signos eran compatibles se casaron y se divorciaron con la misma frecuencia que los que eran de signos incompatibles”.
Los astrólogos contrarrestan esto diciendo que el signo que aparenta atravesar el Sol al tiempo del nacimiento, de por sí, es de poca importancia y que debe estudiarse junto con otras influencias planetarias. Pero esto también crea problemas porque los babilonios creían en la influencia de solo cinco dioses planetarios, a saber, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. No obstante, con el telescopio se han descubierto tres planetas más: Urano, Neptuno y Plutón. Esto ha causado confusión entre los astrólogos. Louis MacNeice escribe en su libro Astrology: “Algunos astrólogos han usado estos [tres planetas] para justificar las inexactitudes cometidas por sus colegas del pasado; mientras que otros [...] han sostenido que estos nuevos planetas no podrían ejercer su influencia sobre seres humanos debido a que no se pueden percibir a simple vista”. Por ello, la mayoría de los astrólogos del oriente hace caso omiso a los planetas más distantes. Por otra parte, los astrólogos del occidente les atribuyen a estos planetas gran significado.
El tiempo que se elige como base para la composición de un horóscopo también hace surgir preguntas. La mayor parte de los astrólogos usan el momento en que nace el individuo. Pero la ley de la genética indica que los rasgos hereditarios se transmiten a la prole en el momento de la concepción y no en el del nacimiento. Según el libro Astrology: Science or Superstition? [La astrología: ¿ciencia o superstición?], el antiguo astrólogo Ptolomeo “esquivó esto hábilmente alegando que el nacimiento acontecería bajo la misma constelación que regía al momento de la concepción, aunque en realidad no existe razón alguna para suponer que esto sea cierto”.
La reacción de los científicos
Muchos científicos están alarmados por la creciente aceptación de la astrología. En 1975, los 19 ganadores del premio Nobel, en conjunto con otros científicos, emitieron un manifiesto titulado: “Objeciones a la astrología: una declaración de 192 científicos eminentes”. Esta dijo:
“En tiempos antiguos la gente [...] consideraba los cuerpos celestes como moradas o augurios de los Dioses y, por ello, muy conectados a los acontecimientos aquí en la Tierra; la gente no tenía un concepto de lo distantes que están los planetas y las estrellas de la Tierra. Ahora que es posible calcular estas distancias, lo que ya se ha hecho, podemos ver cuán infinitesimales son los efectos, tanto los de la gravedad como otros, que ejercen los planetas lejanos y las estrellas que aún quedan a mayor distancia. Es simplemente un error imaginarse que las fuerzas ejercidas por las estrellas y los planetas en el momento del nacimiento puedan, de una manera u otra, amoldar nuestro futuro”.
Es interesante mencionar que hubo un pueblo antiguo que no necesitó que la ciencia moderna explicara que la astrología era un error. Hace más de 2.500 años, Jehová Dios dijo a la nación de Israel: “No imitéis la conducta de los paganos, no os asusten los signos celestes que asustan a los paganos. Los ritos de esos pueblos son falsos”. (Jeremías 10:2, 3, Nueva Biblia Española.) O como lo expresa la Traducción del Nuevo Mundo: “Las señales de los cielos [...] son solamente una exhalación”. En otras palabras, las señales astrológicas tienen tanta solidez como el aliento que se exhala de los pulmones.
‘¿Qué importa si no es científica? —objetan algunos—. ¿No se puede ver como diversión inofensiva?’
[Comentario en la página 5]
“Libros de texto modernos afirman que cuando el Sol atraviesa a Escorpión al tiempo del nacimiento de un niño, este adquirirá las características del escorpión, insecto peligroso, agresivo y valiente que tiene un aguijón temible.”
[Fotografía en la página 4]
Estela babilónica que representa la constelación de Escorpión, del Museo Nacional de Francia
[Recuadro en la página 5]
¿A qué distancia están las estrellas?
Los astrólogos de la antigüedad creían que las estrellas habrían de estar muy cerca de la Tierra, a lo sumo a unos pocos kilómetros, para que pudieran ejercer lo que ellos se imaginaban que era una fuerte influencia en la vida de los hombres. Pero con el desarrollo del telescopio, se hizo obvio que ese no podía ser el caso. Porque cuando se les miraba a través de un telescopio potente, las estrellas seguían siendo pequeños puntos de luz.
En la década de 1830-40, sin embargo, el astrónomo alemán Friedrich Bessel desarrolló los medios para calcular la distancia de algunas de esas estrellas. Usando simple trigonometría pudo calcular que la estrella denominada 61-Cygni se encontraba a más de ¡diez años luz! (La luz viaja a 300.000 kilómetros [186.000 millas] por segundo.) ¡Y 61-Cygni es una de las estrellas más cercanas a la Tierra!
De modo que aunque parezcan estar cerca unas de otras, las estrellas de una misma constelación pueden encontrarse a ¡cientos de años luz unas de otras! “Es solo por casualidad —dice el libro Astrology: Science or Superstition?—, que, vistas desde la Tierra, [las estrellas] aparenten estar en grupos.” ¿Parece entonces razonable creer que una constelación como la de Escorpión pueda influir en su vida?