Los jóvenes preguntan...
¿Cómo puedo divertirme?
“LA JUVENTUD es probablemente la época más llena de tensión de tu vida.” Eso dijeron los autores del libro Teenage Stress. Es natural que los jóvenes no quieran trabajar ni estudiar todo el tiempo. De vez en cuando necesitan alguna distracción. Hasta Jesucristo reconoció la necesidad de ‘descansar un poco’ a veces. (Marcos 6:31.)
Desafortunadamente, los jóvenes no siempre usan buen juicio cuando se trata del entretenimiento. Frecuentemente lo que comienza como diversión termina en angustia. Por ejemplo, una joven dice lo siguiente de una fiesta de adolescentes a la que asistió: “La música era estupenda, se bailó mucho, había muy buenos refrescos y nos reímos muchísimo. Alguien trajo marihuana. Después trajeron bebidas alcohólicas. Entonces todo empezó a andar mal”. El resultado fue inmoralidad sexual. La joven confesó: “Desde entonces me he sentido infeliz y deprimida”.
Sin embargo, un caso más típico es el de los adolescentes cuyas ideas de “divertirse” equivalen a una colosal pérdida de tiempo. Por ejemplo, se pudiera decir que en los Estados Unidos los centros comerciales se han convertido en lugares de reunión donde jóvenes ociosos pasan las horas holgazaneando.
Es necesario ser cauteloso
Puede que el ir a fiestas y el holgazanear tengan algún atractivo. Pero el hecho de que algo sea agradable no lo hace provechoso; tampoco significa que te ayudará a desarrollar una personalidad cristiana y equilibrada. El apóstol Pablo advirtió a los cristianos: “Cuidado, hermanos, [...] por temor de que alguno de ustedes se deje endurecer por el poder engañoso del pecado”. (Hebreos 3:12, 13.) A menudo ciertas cosas agradables pueden ser engañosas en el sentido de que nos roban el tiempo y nos privan de los valores morales.
Por ejemplo, ¿recuerdas el relato bíblico acerca de 24.000 israelitas que fueron destruidos? Fueron invitados a un banquete por unas hermosas moabitas y madianitas. Los israelitas quizás hayan razonado de este modo: ‘Después de todos estos años en el desierto, seguramente tenemos derecho a divertirnos un poco. El participar de tan solo un poco de vino y comida con otros no nos va a perjudicar’. Pero sí los perjudicó, ¡pues les causó la muerte a 24.000 israelitas que se vieron implicados en relaciones sexuales inmorales e idolatría! (Números 25:1-9.)
¿No sería igual de peligroso —sin mencionar la pérdida de tiempo— estar en fiestas con compañeros de escuela que no son cristianos, o andar holgazaneando con ellos? (Gálatas 5:21; 1 Corintios 7:29.) Recuerda: ¡muchas veces sucede que lo que es inmoral para los cristianos es la manera de vivir de otras personas! Lo mismo sería cierto respecto a asociarse con gente mala por medio de la música inmoral, los bailes sugestivos o libros y películas cuyo tema sea la violencia y la inmoralidad sexual. (1 Corintios 15:33.)
Sin compañía
Es verdad que el seguir los principios bíblicos limita lo que puedes hacer para entretenerte. Pero eso no quiere decir que tengas que llevar una vida insípida en la que todo sea trabajo. Por ejemplo: María es una joven cristiana; no se asocia con jóvenes que tratarían de inducirla a cometer males. ¿Qué hace para entretenerse? “Toco piano y violín, y dedico tiempo a practicarlos.” Otra adolescente, Melissa, se expresa de manera similar: “A veces me pongo a escribir cuentos y poesías de que yo misma disfruto”.
No, no tienes que estar en una fiesta ni rodeado de compañeros para divertirte. Puedes aprender a usar tu tiempo productivamente, desarrollando destrezas como la lectura o la carpintería, o tocando un instrumento musical.
En actividades de familia
Seguro, no querrás estar a solas siempre. Pero el estar acompañado no siempre significa estar con otros jóvenes. Una encuesta entre los jóvenes estadounidenses reveló que los adolescentes “disfrutan de salir de vez en cuando a pasear y participar en otras actividades con la familia”. La actividad como grupo de familia no solo es divertida, sino que puede promover la unidad hogareña.
Esto significa más que simplemente mirar juntos la televisión. El Dr. Anthony Pietropinto dice: “El problema en cuanto a mirar la televisión es que, aunque se pueda hacer en compañía de otros, es básicamente una actividad solitaria. [...] Sin embargo, pasatiempos como juegos en la casa, juegos en el patio, una comida, proyectos de artesanía y leer en voz alta ciertamente ofrecen mayores oportunidades de comunicación, cooperación y estímulo intelectual que las que se ofrecen cuando la familia moderna se dedica pasivamente a ver la televisión”.
Juan, que tiene siete hijos, recuerda esto: “Siempre estábamos activos y viajábamos juntos como familia. A veces, en los fines de semana, nos íbamos a acampar o a jugar a los bolos. Visitábamos parques y museos locales. Pero también nos recreábamos en casa por medio de participar en juegos como el volibol y el bádminton. Hasta limpiar el patio o pintar la casa podía ser divertido cuando lo hacíamos como familia”.
Si todavía tu familia no participa como grupo en tales actividades, toma la iniciativa y sugiéreselo a tus padres. Trata de proponer ideas interesantes y excitantes para paseos o proyectos de familia.
Reuniones sociales entre cristianos
Sin embargo, de vez en cuando también es agradable reunirse con amigos. ¿Por qué no les pides a tus padres que te ayuden a planear una reunión de ese tipo? Puedes organizar una variedad de actividades, como juegos de mesa y cantar en grupo. Si algún amigo tuyo sabe música, quizás puedas lograr que toque o cante unas cuantas piezas musicales. Algo que también contribuye a animar la ocasión es servir alguna comida apetitosa, pero no necesariamente platos complicados ni caros. En ciertas ocasiones los invitados podrían contribuir diferentes comestibles.
¿Hay cerca un parque o un área al aire libre que permita actividades como nadar o jugar a la pelota? ¿Por qué no tener de vez en cuando una comida campestre? De nuevo, la responsabilidad de traer los alimentos puede dividirse entre los grupos familiares para que no caiga una pesada carga financiera sobre nadie.
La moderación es la clave. La música no tiene que ser estridente para que se pueda disfrutar de ella; tampoco tiene que ser sensual ni vulgar el baile para que sea divertido. Hay que cuidarse también contra el que los juegos se hagan muy reñidos. Un padre cristiano dice: “A veces los jóvenes discuten casi hasta el punto de pelear”. Todos deberían seguir el consejo de la Biblia de no estar “promoviendo competencias unos con otros”. (Gálatas 5:26.)
¿A quiénes debes invitar? La Biblia dice: “Tengan amor a toda la asociación de hermanos”. (1 Pedro 2:17.) Entonces, ¿por qué limitar los invitados a jóvenes de tu edad? ‘Ensánchate’ en tus asociaciones. (2 Corintios 6:13.) Un padre dijo: “A personas de edad avanzada, aunque quizás no puedan participar en algunas de las actividades, les gusta venir y ver lo que está pasando”. A menudo la presencia de adultos ayuda a evitar el desenfreno en lo que se haga. Sin embargo, no es posible invitar a “toda la asociación” a una sola reunión social. Y se pueden crear problemas cuando las reuniones son demasiado grandes e incontrolables. Limita a pocos la cantidad de invitados a tus reuniones sociales y evita dificultades.
Las reuniones sociales entre cristianos también ofrecen la oportunidad de edificarse unos a otros espiritualmente. Es cierto que algunos jóvenes creen que el añadir espiritualidad a las reuniones las hace menos divertidas. “Cuando nos reunimos como amigos —se lamentó un joven cristiano—, lo que hacemos es sentarnos, sacar la Biblia y jugar juegos bíblicos.” No obstante, el salmista dijo: “Feliz es el hombre [...] [cuyo] deleite está en la ley de Jehová”. (Salmo 1:1, 2.) Por eso, las consideraciones —o hasta los juegosa— que giran en torno a la Biblia pueden hacer más agradable la ocasión.
Otra idea es hacer que algunas personas relaten cómo se hicieron cristianos. O puedes añadir algo de cordialidad y jovialidad invitando a otros a relatar anécdotas humorísticas. A menudo se aprenden así lecciones valiosas.
Los mejores momentos
Pero aunque las reuniones sociales o fiestas y los paseos tienen su lugar, los mejores momentos que pases se relacionarán con adorar a Jehová. Hace siglos, Dios hizo arreglos para que los israelitas subieran cada año a Jerusalén a celebrar la Fiesta de las Cabañas. Dio el mandato: “Tienen que regocijarse delante de Jehová su Dios”. (Levítico 23:40.) Hoy también los testigos de Jehová celebran asambleas. ¡Para muchos jóvenes cristianos tales ocasiones son los momentos más agradables del año!
Pero como señala un artículo de la revista ’Teen: “La vida no puede estar siempre repleta de acción y excitación... ¡y si lo estuviera, probablemente quedarías exhausto!”. Además, hay “mucho que hacer en la obra del Señor”. (1 Corintios 15:58; Mateo 24:14.) Pero, a veces, cuando sientas la necesidad de un poco de esparcimiento, disfruta de él de manera equilibrada y sana.
[Nota a pie de página]
a Véase ¡Despertad! del 22 de mayo de 1979, páginas 10-12, para más información sobre estos juegos.
[Fotografía en la página 11]
Las reuniones cristianas pueden ser muy agradables cuando se planean diferentes actividades y hay personas de diferentes edades presentes