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  • Una Tierra sin bosques... ¿es eso lo que encierra el futuro?
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¡Despertad! 1987
g87 22/7 págs. 6-8

Una Tierra sin bosques... ¿es eso lo que encierra el futuro?

GRANDES zonas que durante milenios estuvieron cubiertas de exuberantes pluviselvas tropicales están quedando desérticas. Estos hermosos lugares de la Tierra, verdes y palpitantes, en un tiempo el hábitat de aves y animales exóticos que se refugiaban bajo la prolífica cobertura de millones de especies de plantas y árboles, algunos de más de sesenta metros de altura, están convirtiéndose rápidamente en tierra yerma.a

Con destructiva eficiencia, el hombre está causando estragos en las montañas valiéndose del hacha, la sierra, la excavadora y el fuego. Las está convirtiendo en desiertos abandonados de tierra desnuda, cicatrizada y carbonizada. Esta inexorable destrucción de las selvas tropicales de la Tierra se está produciendo a la asombrosa proporción de 20 hectáreas por minuto, lo que significa más de 100.000 kilómetros cuadrados por año: una superficie equivalente a la de Austria.b

Para el año 2000, según algunos expertos, aproximadamente el 12% de las pluviselvas tropicales que quedaban en 1980 habrán desaparecido: un logro nada desdeñable para el hombre, a pesar de su reputación de destructor. También habrán dejado de existir las aves exóticas, la fauna silvestre y las variedades de vida vegetal que no se encuentran en ninguna de las demás zonas climáticas de la Tierra. El hombre está destruyendo una parte del complejo ecosistema que es tan fundamental para su propia vida y que le provee incalculables beneficios.

Más de la mitad de los medicamentos que el hombre usa provienen de las plantas, y muchos de ellos de plantas tropicales. ¿Qué haría la industria sin el caucho, la trementina, la rota o el bambú —todos ellos recursos procedentes de las selvas tropicales— y sin la gran cantidad de fibras, resinas, tintes y especias? Ciega e indiscriminadamente, el hombre está destruyendo un tesoro de inmenso valor.

Estas extensas selvas también producen grandes cantidades de oxígeno, un gas vital. Algunos científicos advierten que la reducción masiva de estas selvas productoras de oxígeno puede intensificar el temido efecto de invernadero, lo que provocaría la subida del nivel de los mares y los consiguientes efectos catastróficos.

La deforestación ha tenido ya un impacto importante e inmediato en gran parte del mundo. Naciones como Brasil, Indonesia y Filipinas han visto convertirse rápidamente sus densas junglas en zonas prácticamente desérticas. “En diez millones de hectáreas del sudeste asiático, en un tiempo cubiertas de bosques, ahora solo crecen juncias, hierbas persistentes que no sirven ni para alimento ni para combustible ni para forraje”, dice el Instituto de Recursos del Mundo.

La tala y venta de grandes extensiones de arboledas garantiza la deforestación de Fiji en veinte años, de Tailandia para fin de siglo y de la pluviselva de las tierras bajas filipinas para 1990, dice Science Digest. En Australia se está produciendo una extensa devastación de sus bosques: han desaparecido ya dos terceras partes de sus pluviselvas. Por su parte, la India está perdiendo debido a la tala 1.300.000 hectáreas de bosque cada año.

“Desde mediados de la década de los ochenta —dice la revista Natural History de abril de 1986— todos los países de África están perdiendo arbolado. De hecho, los déficit arbóreos son ahora lo común en todo el Tercer Mundo.” En 63 países, 1.500 millones de personas están talando los árboles a una velocidad mayor de la que pueden crecer, creando un déficit que solo puede conducir a la quiebra de los bosques y de la madera para combustible. Los expertos esperan que el déficit se haya duplicado para el año 2000.

La destrucción de los bosques afecta al mismo fundamento de la existencia del hombre: la agricultura. Para empezar: cuando el hombre tala los árboles de las montañas para plantar semilla, el suelo, al no tener vegetación que lo mantenga en su lugar, es arrastrado con facilidad. Además, en los países en los que hay escasez de madera para combustible, “se calcula que se queman 400 millones de toneladas de estiércol cada año [...]. Se cree que esta quema de fertilizante potencial va a reducir las cosechas de grano en más de 14 millones de toneladas”.

¿Están en realidad condenados los bosques y selvas de la Tierra por fuerzas irreversibles?, ¿o dejará esta generación muchos de los recursos y bellezas de la Tierra para sus hijos? Se habla mucho sobre el tema, se escribe más, pero se hace poco. Así pues, ¿qué futuro dejará esta generación para sus hijos? El tiempo lo dirá, y queda poco tiempo.

[Notas a pie de página]

a 1 metro = 3,3 pies

b 1 hectárea = 2,5 acres

[Comentario en la página 7]

Las naciones están convirtiendo densas junglas en zonas desérticas

[Comentario en la página 7]

En 63 países, 1.500 millones de personas están talando los árboles a una velocidad mayor de la que pueden crecer

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