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¡Despertad! 1987
g87 8/8 págs. 25-27

¡Use la cabeza... al estilo africano!

Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Sierra Leona

¿QUÉ es lo que la gente suele llevar sobre la cabeza? Si se hiciera esta pregunta a niños en edad escolar, en muchos lugares de la Tierra tal vez contestasen: “El sombrero”. Y seguramente no añadirían nada más.

Sin embargo, cuando se la hicimos a jóvenes africanos, contestaron: “Pues llevan cubos de agua, plátanos, libros, bolsas de sal, leña, televisores, pescado, sacos de cemento, sacos de arroz, neveras, cestos de verdura, piedras, cajas de gaseosa...”. La lista era interminable.

Por todo el continente africano, acarrear cargas sobre la cabeza es lo más común. Y así ha sido desde tiempos remotos. La Biblia muestra que allá, en los días de José, los panaderos egipcios cargaban el pan sobre la cabeza. ¡Y eso fue hace unos tres mil setecientos años! (Génesis 40:16, 17.)

¿Lo puede hacer usted?

¿Ha observado usted alguna vez a personas que saben llevar muy bien cargas sobre la cabeza? Para ellos no encierra más dificultad que llevarlas en la mano.

Pero pruébelo usted. Por ejemplo, póngase un libro sobre la cabeza e intente andar. (Recomendamos que escoja un libro que no le importe que sufra algún desperfecto.) Si usted es un principiante, probablemente se moverá despacio, andará rígido, con mucho cuidado, a fin de no desestabilizar el precario equilibrio. Un primer paso..., dos..., ¡de prisa, agarre el libro antes de que caiga al suelo!

“Pero —tal vez proteste usted— es que yo no tengo la cabeza plana. ¿Cómo puede esperar que lleve un libro plano sobre una cabeza redonda?” Una solución es: ¡practique! Otra solución es: haga uso de un kata. Un kata es una pieza de tela o de hoja de palma que se dobla y se retuerce para formar un anillo. Se coloca sobre la cabeza, y sobre él, la carga, para que sirva de cojín y ayude a equilibrar los bultos de materiales duros, como un atado de madera. Para cosas más blandas, como una bolsa de harina, rara vez se necesita un kata, ya que la bolsa se acomoda a la cabeza.

Sea que usted emplee un kata o no, es importante centrar la carga. Edward, un sierraleonés, comenta sobre sus años jóvenes: “Cuando empecé a llevar cargas sobre la cabeza, solía llevar la leña con la cabeza ladeada. Luego, al llevar bultos más pesados, el cuello me dolía debido al esfuerzo. Pero el verdadero problema comenzó cuando empecé a cargar cubos de agua. Como no se puede mantener el agua en equilibrio a menos que uno mantenga la cabeza recta, el agua se derramaba y yo quedaba empapado. Eso me molestaba mucho. Más que ninguna otra cosa, fueron las mojaduras las que me hicieron enderezar la cabeza”.

Sin embargo, este arte requiere más que solo centrar y colocar cómodamente la carga que ha de llevarse. Una persona experimentada la mantiene en su lugar por medio de numerosos movimientos ligeros del cuello, que sirven para compensar el equilibrio. Es como si uno tratara de mantener un palo erguido sobre la punta del dedo. No basta con colocarlo y esperar que no se caiga. Más bien, usted debe ir constantemente ajustando la posición del dedo según el movimiento del palo. Tal como es más fácil mantener en equilibrio un palo pesado que uno ligero, por lo general también es más fácil mantener en equilibrio sobre la cabeza una carga pesada.

La mayoría de los africanos desarrollan esta habilidad desde pequeños mediante imitar a otros niños mayores y a los adultos. Emmanual tiene un año y medio de edad y aún anda un poco a tumbos. Cuando le dieron una pequeña lata de agua para llevarla sobre la cabeza, la sostuvo en ella con las dos manos. La lata se le resbalaba un poco y algo del agua se vertió, pero era evidente que ya había captado la idea. Cuando tenga cinco años, no se le derramará el agua. A los siete, será un experto.

Una habilidad práctica y provechosa

Lejos de ser tan solo una manera singular de llevar cargas, esta es una habilidad práctica para la vida en África. The Cambridge Encyclopedia of Africa dice: “El porteo humano [...], sin duda, todavía es en África uno de los medios principales de trasladar mercancías a nivel local”. Y para los que están acostumbrados, es mucho más fácil llevar la carga sobre la cabeza.

Un superintendente viajante de los testigos de Jehová dijo: “A la mayoría de los pueblos y aldeas que yo visito se puede llegar por transporte rodado, pero a algunos no. A estos últimos solo se puede llegar a pie. Por lo general, compañeros Testigos salen a mi encuentro y me ayudan a cargar mi equipaje, y la manera más cómoda de hacerlo es sobre la cabeza. En otras ocasiones, cuando viajo solo, llevo un bolso en una mano, me cuelgo otro del hombro, pero el más grande lo llevo sobre la cabeza”.

Aparte de la comodidad, llevar la carga sobre la cabeza le permite tener las manos libres. Además, incluso le protege del sol y de la lluvia.

A esto hay que añadir algunos beneficios para el cuerpo: desarrolla gracia al andar, equilibrio y fortaleza. El libro Tropical Surgery dice: “Los campesinos [en el trópico], que están acostumbrados a andar con cargas sobre la cabeza, tienen músculos dorsales bien desarrollados y una buena postura. Rara vez sufren de dolores de espalda”.

Es evidente: el llevar cargas sobre la cabeza es una habilidad que no se debe desmerecer. Un joven de Freetown alardeó: “Puedo ponerme una botella sobre la cabeza y correr con ella sin tener que tocarla con las manos”. Su afirmación quedó probada cuando efectivamente lo demostró. Pero, a menos que usted sea un experto, ¡no lo intente!

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