De nuestros lectores
Buena salud
Deseo agradecerles el artículo titulado “Empleados en salud son buen negocio” (22 de febrero de 1987). Aunque no trabajo fuera del hogar, efectúo mucho mejor mis tareas domésticas desde que hace un año comencé a hacer ejercicio con regularidad, y, además, ahora peso 36 kilogramos menos.
J. W., Estados Unidos
Acné
Me interesó mucho su artículo sobre el acné (22 de febrero de 1987). Este problema me causó gran irritación cuando era adolescente. Lo que a mí me ayudó fue un remedio que me dio un anciano indio boliviano. Consiste en lo siguiente: comer mucho yogur natural, preferiblemente sin endulzar. Lavarse diariamente la cara con agua a la que se haya añadido jugo de limón (un limón por cada litro de agua). Aplicarse miel en la cara una vez a la semana, dejándola en el rostro durante, por lo menos, una hora.
J. D. S., Brasil
Nos alegramos de que el remedio le ayudase. “¡Despertad!” no recomienda ningún tratamiento en particular, pues lo que quizás le dé buen resultado a una persona puede que no le sea eficaz a otra.—La dirección.
Esperanza para los enfermos mentales
Nos impresionaron mucho la serie de artículos que publicaron bajo el tema: “Esperanza para los enfermos mentales” (8 de septiembre de 1986). Desde 1981 formamos una agrupación denominada: Amigos de Nueva Escocia de los Esquizofrénicos. Hemos experimentado mucha tensión y muchos problemas al tener seres queridos, amigos y parientes que sufren de esquizofrenia. Poco a poco vamos logrando que esta enfermedad no se esconda, sino que abiertamente nos enfrentemos a ella y la tratemos. La investigación que ustedes han hecho y la información exacta que recogen los tres artículos son excelentes y contribuyen en gran manera a ayudar en la educación del público para conseguir su comprensión y apoyo.
C. L. C., Canadá
¿Dar a luz o... abortar?
Leí sus artículos bajo el tema “¿Dar a luz o... abortar?” (8 de abril de 1987). Me parecieron excelentes, bien redactados e informativos. Les escribo para encomiarles, no solo como lector, sino también como médico. En mi consulta tengo que atender a pacientes que se enfrentan a la decisión de abortar. Voy a dar un ejemplar de este número a las que piensen hacerlo. Tengo experiencia en este asunto, no porque yo efectúe abortos, sino porque pude haber sido abortado. Mi madre quedó encinta solo unos meses después de haber dado a luz a mi hermana. Mis padres decidieron que era necesario un aborto, ya que ellos no podían asumir la responsabilidad de tener otro hijo tan pronto. De camino a la consulta del doctor, mi madre cambió de parecer. Nací un año y dos días después que mi hermana. Actualmente soy obstetra-ginecólogo, estoy casado y soy padre. Confío en que esos artículos ayudarán a las pacientes a ver la importancia que nuestro Padre celestial le da a la vida.
R. R., médico, Estados Unidos
Agradecido por lo que tengo
Acabo de leer el artículo titulado “Agradecido por lo que tengo”, según lo relató Lindsay Stead (8 de mayo de 1987). Es el relato más conmovedor que he leído en mucho tiempo. Hace que me sienta muy mal cuando pienso en cuánto me quejo a veces sin verdadera razón. El relato me hizo llorar.
S. V. A., Zimbabwe