¿Cuán inteligente es un elefante?
“YO NO me creo eso de que ‘un elefante nunca olvida’”, escribió Jim Williams, autoridad en ese campo, en su libro Elephant Bill. Sin embargo, Jim respetaba mucho la inteligencia de estas bestias utilizadas en Birmania por la compañía maderera para la que trabajaba, una compañía especializada en madera de teca. Descubrió que a un elefante se le puede enseñar a obedecer 24 diferentes órdenes verbales, así como numerosas órdenes dadas en silencio mediante los movimientos del cuerpo de quien lo monta. La siguiente anécdota tiene que ver con un elefante de nombre Bandoola y el hombre que lo montaba, un birmano llamado Po Toke:
“Po Toke estaba verdaderamente encantado de demostrarnos las habilidades de Bandoola [...]. Puso diez artículos delante de él: un hacha, una sierra, tres cadenas de diferentes grosores, un martillo, etc.
”‘Dame la sierra’, dijo en birmano.
”Bandoola miró la hilera de utensilios e inmediatamente pasó la sierra a Po Toke con la trompa.
”‘Muy bien; déjala en el suelo —le dijo—. Ahora pásame el martillo.’ También lo recogió sin dudar un momento; y siguió pasándole el resto de los utensilios sin equivocarse ni una vez.
”‘Eres un buen hombretón’, dijo Po Toke, y Bandoola pareció interpretarlo como el cumplido que en realidad era.
”Entonces, Po Toke bajó de la cabeza del elefante, tomó uno de los extremos de una cadena en sus manos y le dijo a Bandoola que la anudase. Lo hizo con gran fuerza, apretando el nudo con su trompa de una manera que ninguna mano humana hubiese tenido la fuerza para desatarla. No obstante, cuando le dijo a Bandoola que aflojase el nudo, lo hizo como si se tratara de un cordel. Treve [el hijo de Williams] estaba encantado.
”‘Y aún puede hacer más cosas —dijo Po Toke con orgullo—. Vengan y miren lo que es capaz de hacer con un árbol.’
”Volvió a montarlo y avanzó unos metros hasta llegar a donde había unos arbolitos. Esta vez todas las órdenes fueron dadas sin una palabra; no tenía ni montura ni látigo, tan solo la presión de la parte interior de su muslo contra el cuello del animal y un toquecito [del entrenador] con el dedo gordo del pie detrás de la oreja.
”Siempre que iba a dar una instrucción, Po Toke nos decía lo que le iba a pedir a Bandoola que hiciese, y entonces transmitía sus deseos al animal en silencio; este le entendía de una manera extraordinaria. Le vimos responder a una serie de instrucciones dadas en silencio. Girar hacia la izquierda, girar hacia la derecha, subir la cabeza, bajar la cabeza, desgajar una rama, derribar un árbol, arrancar un arbolito o, sencillamente, protegerlo.” (Tomado de The Footprints of Elephant Bill [Las pisadas de Elephant Bill], escrito por Susan Williams.)
¿Qué cualidades se necesitan para adiestrar a un elefante a fin de que responda de esa manera? ¿Crueldad, o bondad? “La obediencia del elefante depende en gran manera del afecto —explica la supracitada autora—, por lo que su adiestramiento ha de efectuarse con gran delicadeza y bondad.”
También hay que empezar a adiestrarlo mientras el animal es joven. El adiestramiento de Bandoola comenzó cuando tenía seis años. Al principio lo utilizaban como bestia de carga, y no fue sino hasta que cumplió los veinte años que se le consideró lo suficientemente maduro como para efectuar el trabajo más pesado de trasladar troncos. ¿Merece la pena ejercer tanta paciencia en el adiestramiento? Parece que sí. Un elefante adulto puede arrastrar troncos pesados durante unos treinta y cinco años. ¿Cuántos vehículos de transporte modernos duran tanto?