Pobreza, riqueza y religión
A través de los siglos, la ostentosa riqueza de las religiones que profesan ser cristianas ha perturbado a mucha gente. Los papas, obispos y otros dignatarios religiosos han vivido en esplendor mantenidos por sus feligreses, muchos de los cuales estaban sumidos en la pobreza. La situación no ha cambiado en tiempos modernos.
“Cristo —hizo notar recientemente la revista U.S.News & World Report— fue un hombre humilde que renunció a la acumulación de bienes materiales.” Al comparar su ejemplo con el estilo de vida de los televangelistas, este popular semanario dijo: “Los Bakker, por el contrario, conducían un Mercedes-Benz y un Rolls-Royce. Oral Roberts tiene casas en Oklahoma, Beverly Hills y Rancho Mirage (California). Swaggart lleva un reloj Rolex de 5.000 dólares y vive en una finca de ocho hectáreas valorada en 2,4 millones de dólares y protegida por un muro de ladrillo y cámaras ocultas. Según se dice, el dormitorio principal cuenta con una Jacuzzi (una pequeña piscina de hidromasaje) con cuatro columnas”. (Número del 7 de marzo de 1988, página 63.)
Cuando los que profesan ser líderes cristianos adoptan estilos de vida opulentos, ¿no es lógico que otros duden de sus credenciales como verdaderos seguidores de Cristo, en especial si se tiene en cuenta que el apóstol Pedro dijo que Jesucristo dejó a sus seguidores un “dechado para que sigan sus pasos con sumo cuidado y atención”? (1 Pedro 2:21.)