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  • Los homosexuales, ¿cuál es la responsabilidad del clero?
  • ¡Despertad! 1989
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El punto de vista bíblico

Los homosexuales, ¿cuál es la responsabilidad del clero?

LOS homosexuales que sinceramente desean servir a Dios se encuentran ante un dilema. Uno de ellos dijo al respecto: “Si estás entregado a la Iglesia y te das cuenta de que también eres homosexual, ¿qué alternativas tienes?”.

A fin de aprender lo que se requiere para agradar a Dios, muchos homosexuales han recurrido a sus clérigos, como es lógico. ¿Da el clero la dirección correcta? ¿Qué responsabilidad tiene para con la comunidad homosexual? ¿Cuál es su deber básico con relación a la gente en general?

Los sacerdotes están obligados a sostener las normas de Dios

La Biblia responde de manera sencilla cuando dice que a los sacerdotes de la antigüedad se les nombraba “a favor de los hombres sobre las cosas que tienen que ver con Dios”. (Hebreos 5:1.) Cuando Abrahán sirvió de ese modo a favor de su familia, les ayudó a ‘guardar el camino de Jehová’. (Génesis 18:19.)

De modo similar, los sacerdotes del antiguo Israel desempeñaron un papel decisivo en sostener las normas divinas. Su obligación era ayudar a los miembros de la nación a que ‘continuasen como el pueblo de Jehová’. (2 Crónicas 23:16.) Al igual que entonces, la responsabilidad de los representantes de Dios hoy día es la de ayudar al rebaño a ‘continuar como el pueblo de Dios’ y a ‘guardar Su camino’.

Para conseguirlo, han de enseñar al rebaño la Palabra de Dios. (Malaquías 2:7.) ¿Han resultado ser ‘mensajeros de Dios’ que ayudan a la gente a ‘guardar Su camino’ los clérigos? En general, no, y eso se evidencia de modo especial en la cuestión de la homosexualidad.

Malos mensajeros ofrecen guía peligrosa

La Biblia condena sin ambages la homosexualidad. Ninguna treta verbal puede hacer que desaparezcan textos como el de Levítico 18:22 y Romanos 1:26, 27 (véase el recuadro adjunto). No obstante, un sacerdote jesuita se puso de parte de las actuales tendencias contrarias a la Biblia y dijo sobre las relaciones homosexuales: “Son la única solución posible para que un montón de gente lleve una vida feliz y significativa”. En esta misma línea, un obispo episcopal dijo que la homosexualidad era ‘algo sobre lo que [los homosexuales] no tenían ningún control’. No obstante, la Biblia dice lo siguiente de algunos que habían sido homosexuales en el primer siglo: “Eso era lo que algunos de ustedes eran. Pero ustedes han sido lavados”. (1 Corintios 6:9-11.)

Algunos de los que contradicen las normas bíblicas dicen que el amor justifica su proceder. Un sacerdote declaró que “el amor, en especial el amor al que está fuera y al rechazado, es la prueba esencial de nuestra vida espiritual”. Y concluyó con las palabras: “La homosexualidad nunca habría sido una cuestión importante para Cristo. Lo importante para él hubiera sido si esas personas vivían su vida, fuera la que fuera, de una manera que manifestara verdadero amor”.

La Biblia, sin embargo, no confunde amor con sentimentalismo. El amor piadoso está equilibrado con la justicia e incluye odio a lo que es malo. La Biblia amonesta con energía: “Oh amadores de Jehová, odien lo que es malo”. (Salmo 97:10.) El amor verdadero también incluye disciplina, pues “Jehová disciplina a quien ama”. (Hebreos 12:6.) Por consiguiente, los ministros religiosos están obligados a “exhortar por la enseñanza que es saludable y también censurar a los que contradicen”. (Tito 1:9.) Y recuerde esto: cuando el sacerdote de la antigüedad desempeñaba fielmente sus funciones, ‘muchos eran aquellos a quienes hacía volver del error’. (Malaquías 2:5, 6.)

Se socavan las normas bíblicas

No obstante, en general, los clérigos de hoy día se comportan como padres permisivos: temen dar una azotaina a sus hijos porque ‘eso no sería una muestra de amor’. De esa forma, el clero ha socavado por décadas las normas bíblicas. ¿Con qué resultado? “Por cuanto la sentencia contra una obra mala no se ha ejecutado velozmente, por eso el corazón de los hijos de los hombres ha quedado plenamente resuelto en ellos a hacer lo malo.” (Eclesiastés 8:11.) Por ejemplo: aunque la postura oficial de la Iglesia católica está en contra de las relaciones homosexuales, una encuesta indicó que el 55% de los católicos estadounidenses creían que alguien que mantuviera relaciones homosexuales podía ser un buen católico.

Algo similar les ocurrió a los antiguos israelitas cuando los sacerdotes no sostuvieron las normas divinas. Dios dijo: “Se [han] alejado de mí [...]. Y no han dicho: ‘¿Dónde está Jehová?’”. ¿Por qué? Porque “los sacerdotes mismos no dijeron: ‘¿Dónde está Jehová?’. Y los mismísimos que manejaban la ley no me conocieron”. (Jeremías 2:5-8.) El profeta Sofonías declaró: “El injusto no conocía la vergüenza” porque los “sacerdotes mismos profanaron lo que era santo; hicieron violencia a la ley”. (Sofonías 3:1-5.)

“Repudiar la impiedad”

Los homosexuales que desean servir a Dios tienen que acatar Sus condiciones, expuestas con claridad en la Biblia. Hoy día, al igual que en el primer siglo, hay homosexuales a los que se ha ayudado a ‘amortiguar los miembros de su cuerpo en cuanto a fornicación, inmundicia y apetito sexual’. (Colosenses 3:5.) Hay que reconocer que para algunos no ha sido fácil, pero han aprendido a amortiguar sus deseos inmorales, tal como muchos heterosexuales han tenido que amortiguar sus deseos incorrectos con relación al sexo opuesto. Tanto unos como otros han hallado apoyo en la asociación regular con la congregación cristiana verdadera, que puede ayudarlos a “repudiar la impiedad y los deseos mundanos y a vivir con [...] justicia y devoción piadosa”. (Tito 2:12.)

Los clérigos que suavizan las normas bíblicas y pasan por alto el pecado no hacen ningún favor a los homosexuales. Tal vez ‘les regalen los oídos’, pero no cumplen con su obligación de ‘predicar la palabra’. Esta es su responsabilidad tanto para con los homosexuales como para con toda la comunidad. (2 Timoteo 4:1-5.)

[Recuadro en la página 13]

“No debes acostarte con un varón igual a como te acuestas con una mujer. Es cosa detestable.” (Levítico 18:22)

“Por eso Dios los entregó a apetitos sexuales vergonzosos, porque sus hembras cambiaron el uso natural de sí mismas a uno que es contrario a la naturaleza; y así mismo hasta los varones dejaron el uso natural de la hembra y se encendieron violentamente en su lascivia unos para con otros, varones con varones, obrando lo que es obsceno y recibiendo en sí mismos la recompensa completa, que se les debía por su error.” (Romanos 1:26, 27)

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