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¡Despertad! 1990
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Quién contamina el entorno

“ESTA isla es propiedad del gobierno que está bajo experimentación. El suelo está contaminado con ántrax y es peligroso. Se prohíbe desembarcar.”a Este letrero situado en la costa escocesa frente a la isla de Gruinard sirve para advertir a los posibles visitantes de que no se acerquen. Durante los últimos cuarenta y siete años, desde que se produjo ahí una explosión experimental de armas biológicas durante la segunda guerra mundial, esta hermosa isla ha estado contaminada por los agentes causantes del ántrax.

La isla de Gruinard es un ejemplo extremo, pero formas menos severas de contaminación del suelo son un problema muy extendido y que va en aumento.

Aumenta la contaminación del suelo

Una de las causas de esta contaminación del suelo es la basura. Por ejemplo, según el periódico londinense The Times, la familia británica media compuesta de cuatro miembros tira cada año 51 kilogramos de metal y 41 kilogramos de plástico, “desechos que afearán aún más las calles, los arcenes de las carreteras, las playas y las zonas de recreo”.

La revista francesa GEO comentó que el enorme vertedero de basuras de Entressen, a las afueras de Marsella (Francia), había alcanzado en uno de los puntos la altura de 60 metros y, según cálculos, atraía a unas 145.000 gaviotas. A pesar de haber levantado una valla de alambre alrededor de todo el vertedero, esta no impedía que el viento se llevase papeles y plásticos. Debido a ello, y con el fin de paliar el problema de la basura, las autoridades locales compraron 30 hectáreas adyacentes de tierra de labrantío.

No es de extrañar que al organizar el Año Europeo del Medio Ambiente —que terminó en marzo de 1988— Stanley Clinton Davis, comisario de la CEE, pensase que la lista de problemas de contaminación era “infinita”.b Por consiguiente, se planeó una campaña para fomentar el reciclaje del 80% de los 2.200 millones de toneladas de basura que se producen en la Comunidad cada año.

La contaminación provocada por la basura no está en modo alguno limitada a Europa occidental. De hecho, en la actualidad constituye un problema mundial. Según la revista New Scientist, hasta ha sido necesario limpiar el remoto continente de la Antártida. Científicos australianos dedicados a la investigación recogieron más de cuarenta toneladas de maquinaria y materiales de construcción que habían sido tirados y se encontraban diseminados cerca de su base. The New York Times (19 de diciembre de 1989) informa que los americanos de la base antártica de McMurdo recogen la basura que se ha acumulado durante treinta años, incluido un tractor de 35.000 kilogramos que se hundió en el agua a 24 metros de profundidad.

No cabe duda de que en tierra seca hay mucha contaminación, pero ¿qué puede decirse de las aguas del planeta?

El agua sucia no es apta para la vida

“Por primera vez en más de un cuarto de siglo, los ríos de Gran Bretaña están cada vez más sucios”, dijo The Observer. “El Kattegat [mar entre Suecia y Dinamarca] se está muriendo. Debido a la gran contaminación y falta de oxígeno, se le hace cada vez más difícil sostener la fauna piscícola”, informó The Times. “Los ríos de Polonia se están convirtiendo rápidamente en cloacas, y no se prevé mucha mejoría.” (The Guardian.)

En noviembre de 1986 se produjo una catástrofe ecológica que el Daily Telegraph de Londres describió como “la ruina de la mayor y más carismática vía fluvial de Europa occidental”. Las aguas que los bomberos utilizaron para apagar el grave incendio ocurrido en una compañía de productos químicos cerca de Basilea (Suiza) arrastraron hacia el Rin de diez a treinta toneladas de sustancias químicas y pesticidas, lo que produjo el “Chernobil de la industria de conducción y distribución de aguas”. Este suceso acaparó los titulares. Sin embargo, lo que no se suele informar es el hecho de que en el Rin se vierten con regularidad residuos tóxicos en cantidades no tan alarmantes.

La contaminación de las aguas no se limita a la zona donde se produce, sino que sus efectos pueden ser mortíferos incluso a kilómetros de distancia. Los ríos europeos que desembocan en el mar del Norte transportan tales cantidades de pintura, sustancias blanqueadoras de pasta dentífrica, residuos tóxicos y estiércol, que ahora el Instituto Holandés para la Investigación de la Industria Pesquera califica los peces planos del mar del Norte no aptos para la alimentación. Los datos muestran que el 40% de las platijas de las zonas poco profundas de dicho mar padecen de enfermedades en la piel o tumores cancerosos.

¿Quién tiene la culpa de tal contaminación? La mayoría de la gente acusa a la industria, cuyas ansias de lucro superan por mucho su interés en el medio ambiente. Sin embargo, debido al creciente uso de nitratos como fertilizantes, los agricultores también son culpables de contaminar los arroyos y los ríos que pasan cerca de sus tierras.

La gente también utiliza los ríos como si fuesen vertederos de basura. Se afirma que el río Mersey, con una cuenca hidrográfica en la región noroeste de Inglaterra, es el más sucio de Europa. “Hoy día solo nadarían en el Mersey los insensatos o los que lo ignoran”, comentó el Daily Post de Liverpool, y añadió: “Cualquiera que tenga la desgracia de caerse en el río probablemente enfermará y tendrá que ser llevado al hospital”.

Las aguas negras también ocupan un lugar importante entre los ingredientes de la contaminación marina. Se informó que en una popular playa de veraneo de Inglaterra el mar contenía el equivalente a “una taza de aguas negras en una bañera doméstica de término medio”, lo cual supera cuatro veces el límite especificado por la CEE.

Además, hay otro peligro, y este proviene del cielo.

Lluvia ácida: una amenaza preocupante

Hubo un tiempo en Inglaterra en el que morían personas por respirar el aire o, mejor dicho, el smog. Hoy día las muertes por ese tipo de contaminación son poco frecuentes. El smog de Londres, que en 1952 mató a unas cuatro mil personas, ya no es una amenaza. Algunas centrales eléctricas que quemaban carbón, con lo cual contribuían al smog, se han llevado fuera de la ciudad. Cuentan con chimeneas altas y, en algunos casos, con depuradoras que eliminan un gran porcentaje de los gases más mortíferos.

De todas formas, esto no ha detenido la contaminación atmosférica. Tal vez las chimeneas altas hayan eliminado el peligro en las inmediaciones, pero ahora los vientos dominantes transportan las sustancias contaminantes muy lejos, a menudo a otros países. Como resultado, los países escandinavos sufren los efectos de la contaminación británica, y muchas personas se refieren a Gran Bretaña como el “Viejo sucio de Europa”. De manera similar, la industria del Medio Oeste americano es la causa de gran parte del problema de la lluvia ácida que cae sobre Canadá.

Durante años los científicos han acusado al dióxido de azufre de ser el principal culpable de la contaminación atmosférica que provoca la lluvia ácida. En 1985, Drew Lewis, representante de la presidencia de Estados Unidos para el tratamiento bilateral con Canadá del problema de la lluvia ácida, afirmó: “Decir que los sulfatos no provocan la lluvia ácida es lo mismo que decir que fumar no provoca cáncer de pulmón”. Por lo visto, cuando el dióxido de azufre entra en contacto con el vapor de agua, reacciona con esta y produce ácido sulfúrico, que puede acidificar la lluvia, o acumularse en las gotas de las nubes y empapar con esa humedad mortífera los bosques de los altiplanos.

Al caer la lluvia ácida o, peor aún, al derretirse la nieve ácida, el suelo se ve afectado. Científicos suecos que repitieron un estudio efectuado en 1927 llegaron a la conclusión de que a una profundidad de 70 centímetros, la acidez del suelo forestal había aumentado diez veces. Este cambio químico afecta gravemente la capacidad que tienen las plantas de absorber minerales vitales como el calcio y el magnesio.

¿Qué efecto tiene todo esto en el hombre? Cuando los lagos y ríos que en un tiempo estaban llenos de vida se vuelven ácidos y mueren, el hombre sufre. Por otra parte, científicos noruegos deducen de sus estudios que la mayor acidez del agua, bien en los lagos o en el suelo, disuelve el aluminio. Esto plantea un grave peligro para la salud. Los científicos han visto “una clara relación entre un mayor índice de mortalidad y el aumento en las concentraciones de aluminio” en el agua. La posible vinculación entre el aluminio y la enfermedad de Alzheimer y otras dolencias de las personas de edad avanzada siguen siendo motivo de inquietud.

Es cierto que en zonas como el río Mersey de Gran Bretaña y el vertedero francés de Entressen se han hecho esfuerzos por mejorar la situación. No obstante, este tipo de problema no desaparece, sino que se vuelve a presentar por todas partes del mundo. Además, todavía hay otra clase de contaminación, y esta es invisible.

El ozono: enemigo invisible

La quema de combustibles fósiles, ya en centrales eléctricas o en estufas domésticas, produce otras sustancias contaminantes aparte del dióxido de azufre. Entre ellas están los óxidos de nitrógeno y los hidrocarburos no quemados.

Hoy día la opinión científica culpa cada vez más a estos óxidos de nitrógeno por la contaminación atmosférica. Bajo el efecto de la acción de la luz solar, ayudan a producir un gas mortífero: el ozono. “El ozono es el contaminante atmosférico más importante de Estados Unidos que afecta a la vegetación”, declaró David Tingey, de la U.S. Environmental Protection Agency (Agencia Estadounidense de Protección del Medio Ambiente). Él calculó que en 1986 esto costaba a su país mil millones de dólares anuales. Para entonces las pérdidas que sufría Europa se calculaban en cuatrocientos millones de dólares anuales.

Por consiguiente, aunque la lluvia ácida está arruinando las vías fluviales, muchos creen que el ozono, derivado mayormente de los gases de escape de los automóviles, es más culpable de la muerte de los árboles que la lluvia ácida. La revista The Economist dijo: “Los árboles [en Alemania] mueren antes de tiempo, no por la lluvia ácida, sino por el ozono. Aunque el golpe mortal puede provenir de la escarcha, la niebla ácida o la enfermedad, es el ozono lo que hace vulnerables a los árboles”. Lo que sucede en Europa es tan solo un reflejo de las condiciones que reinan en otros continentes. “Contaminación atmosférica que quizás provenga de lugares tan lejanos como Los Ángeles afecta a los árboles de los parques nacionales de California”, informó la revista New Scientist.

No obstante, hay una clase de contaminación peor que ensucia la Tierra. Se trata de un factor causativo fundamental en la contaminación física de la tierra, el agua y el aire de nuestro planeta.

Contaminación moral

Es fácil que la apariencia de la gente nos engañe. Jesucristo lo ilustró de una manera muy gráfica. Dirigiéndose a los líderes religiosos de su día, él dijo: “¡Ay de ustedes, [...] porque se asemejan a sepulcros blanqueados, que por fuera realmente parecen hermosos, pero por dentro están llenos de [...] toda suerte de inmundicia”. (Mateo 23:27.) Sí, una persona puede tener por fuera una apariencia limpia, y hasta atractiva, pero quizás su habla y su conducta revelen su verdadera personalidad, una personalidad degradada. Es lamentable que tal contaminación moral esté tan extendida hoy día.

Entre los diferentes aspectos de la contaminación moral está el abuso de la droga, más extendido que nunca antes. Las estrellas de la música “pop”, los ídolos del teatro y del cine, y hasta los hombres de negocios, que parecen respetables, se han convertido en objeto de escándalo debido a su drogodependencia. Otro aspecto de la contaminación moral es la inmoralidad sexual, que puede ser la causa de familias rotas, divorcios, abortos y epidemias de enfermedades de transmisión sexual, entre las que se cuenta el siniestro azote del SIDA.

La raíz de esta contaminación moral es el egoísmo, el cual también es raíz de mucha de la contaminación física que aflige a la humanidad. Tereza Kliemann, especializada en el tratamiento del SIDA en el estado de São Paulo (Brasil), identificó el problema: “La prevención [del SIDA] implica un cambio en el comportamiento de los grupos de alto riesgo, y eso es difícil”. La inmensa mayoría de personas insisten en hacer lo que ellas quieren, en lugar de tomar en consideración cómo afectan a otros sus acciones. Como resultado, las publicaciones, el entretenimiento y prácticamente la entera cultura humana está infestada de contaminación moral.

A las personas pensadoras, la mayoría de los esfuerzos que se realizan hoy para limpiar el mundo tanto en sentido físico como moral no les parecen más que remedios superficiales. Por eso es posible que usted se pregunte si existe alguna esperanza confiable de disfrutar de una Tierra limpia física y moralmente. No se desanime, pues la Biblia nos asegura que el fin de la contaminación está a la vista.

[Notas a pie de página]

a El ántrax es una enfermedad infecciosa de los animales que se transmite al hombre produciéndole nódulos ulcerosos en la piel o infecciones pulmonares.

b CEE es la sigla para Comunidad Económica Europea, o Mercado Común.

[Recuadro/Fotografía en la página 7]

Peor que los estragos de los años

Después de años expuesto a los elementos, este rostro tallado en la piedra parecía tan solo la efigie de la muerte. No obstante, peores que los estragos de los años son los efectos corrosivos de la contaminación ambiental. Edificios antiguos de todo el mundo sufren la erosión corrosiva de la lluvia ácida que cae sobre ellos, desde el ayuntamiento de Schenectady (Estados Unidos) hasta los famosos edificios de Venecia (Italia). Según informes, los monumentos de Roma se derrumban con tan solo tocarlos. Se cree que el conocido Partenón de Grecia ha sufrido más daños en los últimos treinta años que en los anteriores dos mil. Dichos daños son generalmente agravados por una combinación de factores ambientales como la temperatura, el viento y la humedad, además de por bacterias que viven en los muros de los edificios. En vista de las consecuencias que tiene la contaminación en los objetos inanimados, ¿qué efecto tendrá en las criaturas vivas?

[Fotografía]

Talla en una catedral de Londres

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