BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • g90 22/6 págs. 10-11
  • Conozca al tapir

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • Conozca al tapir
  • ¡Despertad! 1990
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • En peligro de extinción
  • El rey de la selva americano
    ¡Despertad! 2010
  • El escurridizo gato de la jungla
    ¡Despertad! 1990
  • Una mirada cautelosa a la selva amazónica
    ¡Despertad! 1978
  • “El mundo perdido” en Bolivia
    ¡Despertad! 2009
Ver más
¡Despertad! 1990
g90 22/6 págs. 10-11

Conozca al tapir

Por el corresponsal de ¡Despertad! en Brasil

LO MÁS probable es que usted no conozca al tapir, pues este manso animal solo se encuentra en lugares aislados de América Central y del Sur y en la parte meridional de Asia. El tapir es del tamaño de un burro pero con las patas más cortas, lo que hace que se parezca más a un cerdo. Un zoólogo dijo que las crías de tapir eran como “sandías rayadas con patas”.

Los tapires llegan a medir unos dos metros de longitud y entre 80 centímetros y casi un metro de altura. Pesan de 230 a 290 kilogramos. Su cuerpo es robusto, el cuello grueso y la cola corta. Tienen los ojos pequeños y la vista pobre. Su prolongado hocico forma una pequeña trompa movible que les es muy útil cuando hozan en busca de alimento. “De todos los animales grandes del mundo —dice The International Wildlife Encyclopedia— probablemente son los más indefensos.”

Este tímido animal suele quedarse en las partes más densas de la selva para evitar a posibles enemigos como el jaguar o el tigre. Cuando un jaguar salta sobre un tapir, se dice que este en seguida corre a refugiarse entre la espesa maleza de la jungla, la cual obliga al jaguar a desviarse, mientras que el tapir, gracias a que su piel es gruesa y sana pronto, no acostumbra a sufrir heridas graves.

Los tapires siempre viven cerca de algún río o lago, y pasan mucho del tiempo nadando y chapoteando en el agua, o revolcándose en el fango. De ese modo consiguen refrescar su piel del calor y se protegen contra las picaduras de los insectos de los trópicos. A pesar de su corpulencia, cuando es necesario pueden correr muy deprisa. La forma de su cuerpo —muy compacto y con el cuello corto— está perfectamente adaptada a su ambiente y les permite penetrar con facilidad en la densa vegetación.

En América Central y del Sur se encuentran tres especies de tapires: el tapir norteño (anteburro), el tapir americano (o brasileño) y el tapir de montaña (pinchaque); el sudeste de Asia, por otra parte, constituye el hábitat del tapir malayo. Los fósiles de tapires que se han encontrado en Europa, China y Estados Unidos confirman que hubo un tiempo cuando estos animales existían en todo el mundo.

Por lo general los tapires son animales poco sociables. Viven solos o en parejas, y raras veces se ven más de tres juntos salvo en un parque zoológico. Y aun en esas condiciones, se prestan muy poca atención unos a otros. Su dieta vegetariana consiste solo de plantas terrestres rastreras o de vegetación acuática. Les gusta mucho la sal y viajan largas distancias para llegar a alguna salina. Son principalmente de hábitos nocturnos y pueden vivir hasta treinta años.

Al parecer, los tapires se reproducen en cualquier estación y las hembras paren una sola cría después de unos trece meses de gestación. Los pequeños se caracterizan por su pelaje moteado y listado de amarillo y blanco sobre un fondo de color pardo rojizo, lo que les proporciona un excelente camuflaje en la penumbra de las selvas tropicales, y no toman el color de sus padres hasta que tienen ocho o diez meses. Para entonces, el tapir malayo tiene la parte anterior del cuerpo y las extremidades posteriores negras, y todo el resto blanco, mientras que los tapires de Sudamérica son de color gris oscuro o pardo.

En peligro de extinción

El hombre ha cazado tapires para servirse de su carne como alimento. Con frecuencia lo ha hecho por la noche, que es cuando los animales están más activos. A veces se esparce sal para atraerlos y, después de lamerla, los tapires se dirigen a la corriente de agua más próxima. Para convertirlos en un blanco aún más fácil, los cazadores les enfocan una luz a los ojos, cegándolos momentáneamente.

La carne, que no tiene mucha grasa, se suele asar a la parrilla y dicen que es muy sabrosa. Su fuerte y tosco cuero también es muy valioso; se utiliza para la fabricación de látigos, lazos y bridas. A veces los indios brasileños hasta han tenido al tapir como animal de compañía.

Debido a que el hombre los ha cazado para alimentarse o por deporte, y en especial debido a que ha reducido su hábitat selvático, en muchas de las zonas donde antes abundaban los tapires, ahora hay muy pocos. Tanto es así que el pinchaque, el anteburro y el tapir malayo se consideran hoy especies en vías de extinción.

Aunque hoy día la posibilidad de ver a un tapir en libertad es bastante remota, ¿por qué no se propone ver uno la próxima vez que vaya a un parque zoológico?

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir