De nuestros lectores
Investigación animal Como es un tema tan emotivo, no sabía si leer el número sobre la investigación animal (8 de julio de 1990). Pero reconozco que han tratado el asunto con tacto y de forma equilibrada.
N. V., Estados Unidos
Como trabajo en el campo de la investigación, tenía gran interés en leer lo que ¡Despertad! diría sobre el tema. Está claro que la Biblia no condena la investigación animal, pero eso no justifica la crueldad con los animales. Si en el futuro mi trabajo requiere su utilización, procuraré que sea lo mínimo posible y no tratarlos con crueldad.
O. O., Estados Unidos
Sus artículos me decepcionaron. Dedican cinco párrafos a los actos de violencia cometidos por activistas (algo que no está muy generalizado) y, sin embargo, las “historias de terror” las resumieron en un solo subtema. ¿Cómo puede una persona mantener una actitud equilibrada frente a una crueldad tan degradante? Es cierto que la investigación animal ha contribuido al progreso en el campo de la medicina pero, ¿no podríamos ponerle coto ya?
S. F., República Federal de Alemania
Parecía que sus artículos aprobaban la investigación animal, siempre y cuando no causara sufrimiento intenso a los animales. Sin embargo, ¿qué valor tiene algo que se consigue con el sufrimiento y la muerte de animales inocentes?
M. B., Estados Unidos
La investigación animal es una cuestión que afecta las emociones, y nuestros artículos impulsaron a muchos lectores a escribirnos. La Biblia no condena categóricamente el uso de animales para el beneficio del ser humano. Sin embargo, es comprensible que a muchos les repugne cualquier tipo de sufrimiento que se les cause, por lo que respetamos profundamente sus sentimientos a este respecto.—La dirección.
La adicción al “crack” Tenía que escribirles para comunicarles que sus artículos sobre la adicción al crack (22 de julio de 1990) fueron muy informativos. Yo había sido adicta a esta droga y únicamente pude librarme del hábito cuando empecé a estudiar la Biblia y asociarme con los testigos de Jehová. Para conseguirla solía utilizar el dinero del alquiler, de los plazos del automóvil y hasta dinero robado. Me quedé tan delgada que parecía un esqueleto. Pero con el apoyo y la guía de los testigos de Jehová, encontré la forma de dejarlo.
C. H., Estados Unidos
Películas El artículo “Los jóvenes preguntan... ¿Importa qué películas veo?” (22 de julio de 1990) me ayudó a darme cuenta del poder que ejercen las películas en la gente. Ya no veré más películas clasificadas R [no toleradas].
W. R., Estados Unidos
Como ya no voy tanto al cine he empezado a leer libros sobre animales, trabajos manuales e historia. Hay muchos libros estupendos, que son buenos y educativos y que no utilizan lenguaje obsceno.
L. H., Estados Unidos
Me gustó mucho su artículo “Los jóvenes preguntan... ¿Cómo puedo escoger una película adecuada?” (8 de agosto de 1990). Pero hay algo que todavía no tengo claro. ¿Estaría bien que un cristiano fuese a ver una película clasificada PG-13?
R. J., Estados Unidos
En Estados Unidos las películas clasificadas PG-13 son aptas para todos los públicos “pero se da la firme advertencia a los padres de que supervisen la asistencia de niños menores de trece años”. (“World Book Encyclopedia.”) Todo cristiano, por supuesto, debería tener cuidado si una película hubiese recibido semejante clasificación. No obstante, las clasificaciones reflejan las normas mundanas, no los principios bíblicos, y tales normas muchas veces no son consecuentes. De modo que en los países que tengan un sistema de clasificación de películas, cada persona debe decidir hasta qué grado se dejará guiar por él. En el caso de los jóvenes, deben seguir el criterio de sus padres. Pero si a pesar de su clasificación aparentemente favorable, cierta película resulta censurable, uno siempre puede marcharse del cine o apagar el televisor.—La dirección.