Disminuyen los bosques, aumentan las temperaturas
LA DEFORESTACIÓN tropical y el efecto invernadero son dos problemas que acostumbran a mencionarse juntos. Y con buena razón, pues el primero contribuye a provocar el segundo. A medida que el hombre quema, excava e inunda vastas regiones selváticas con el fin de construir carreteras, haciendas y embalses para producir energía hidroeléctrica, las selvas liberan a la atmósfera las enormes cantidades de carbono que tienen almacenado. El dióxido de carbono resultante es tan solo uno de los muchos gases que hacen que la atmósfera retenga el calor y caliente poco a poco el globo terráqueo.
Informes recientes de Naciones Unidas revelan que ambos problemas pueden ser peores de lo que antes se pensaba. Por ejemplo, en mayo de 1990 más de trescientos especialistas de todo el mundo en cuestiones del clima advirtieron que si el hombre no invierte ese proceso, la temperatura media en todo el mundo aumentará 2 °C durante los próximos treinta y cinco años y 6 °C para finales del próximo siglo.
Los científicos afirman que esto representaría el cambio de temperatura media más drástico que ha visto la Tierra en diez mil años. Aunque el efecto invernadero ha sido tema de controversia entre los científicos, The Washington Post comenta: “Los especialistas que escribieron el informe [...] dijeron que había habido un notable consenso entre centenares de científicos por lo general polemistas”.
Mientras tanto, un informe titulado World Resources 1990-91 calculó que el mundo pierde sus selvas tropicales hasta un 50% más deprisa de lo que indicaban los cálculos anteriores. El índice combinado de deforestación en nueve países —de Asia, África y América del Sur— aumentó durante la década de los ochenta a más del triple. Según el informe, la extensión total de selva tropical destruida cada año oscila entre los 16 y los 20 millones de hectáreas.
La deforestación ya se está cobrando muchas víctimas. La revista International Wildlife comenta, por ejemplo, que las pluviselvas del mundo constituyen el hábitat de al menos 5 millones y quizás hasta 30 millones de especies de plantas y animales, “más de los que viven en todos los demás ecosistemas terrestres juntos”. Estas especies están al borde de la extinción. Algunos observadores de aves en regiones septentrionales ya han empezado a notar que las aves migratorias procedentes de las selvas tropicales son cada vez más escasas.
Alrededor del 80% de las especies de plantas de flor de Madagascar no se encuentran en ninguna otra parte del planeta; una de ellas, el nomedejes, sirve de base para fabricar algunas de las drogas contra el cáncer más eficaces del mundo. Sin embargo, es de lamentar que más de la mitad de los bosques de Madagascar ya han sido mermados o destruidos.
No cabe duda de que en estos últimos días el hombre está “arruinando la tierra”, tal como hace mucho la Biblia indicó que sucedería. (Revelación 11:18.)
[Reconocimiento en la página 15]
Abril Imagens/João Ramid