Cóctel mortífero
“UNA grave crisis”, declaró Bush, el presidente de Estados Unidos. Una “situación espantosa”, especificó The Star de África del Sur. “Una epidemia”, señaló U.S.News & World Report. “Una tragedia para la sociedad”, dijo una ciudadana preocupada.
¿Se refieren al temible virus del sida? No, se trata de otro tipo de plaga que actualmente, en la mayoría de los países, se cobra más víctimas que el sida. ¿Qué es? El resultado de un cóctel mortífero: alcohol y carretera.
Todos los años mueren en el mundo unas 300.000 personas en accidentes de tráfico y de los millones que resultan heridos, decenas de miles quedan lisiados para toda la vida. Los accidentes de tráfico suponen un coste de muchos miles de millones de dólares al año, y muchos de ellos son imputables al alcohol.
En la década de los ochenta unas 100.000 personas murieron de sida en Estados Unidos, mientras que en el mismo período los accidentes de tráfico relacionados con el alcohol se cobraron unas 250.000 vidas. El sida suele afectar más a quienes participan en promiscuidad sexual y a los drogadictos por vía intravenosa, mientras que el conductor bebido puede causar la muerte no solo del culpable sino también de otros seres inocentes.
El binomio alcohol y carretera muchas veces causa la muerte violenta de personas sin que estas se lo esperen y deja familias desgarradas. Priva a padres de sus hijos, a hijos de sus padres y a maridos y mujeres de sus cónyuges respectivos.
Esfuerzos por frenar esta ola
Se realizan muchos esfuerzos por frenar esta oleada devastadora. En Estados Unidos organizaciones populares como RID (Remove Intoxicated Drivers [Retirar a los conductores embriagados]) y MADD (Mothers Against Drunk Drivers [Madres contra conductores borrachos]) han lanzado campañas de concienciamiento general, y existen también programas como el Stop-DWI (Driving While Intoxicated [No conduzca embriagado]). Asimismo, otros países cuentan con organizaciones similares que fomentan reformas legales y ayudan a las víctimas a defender sus derechos.
Las instituciones dedicadas a promover la observancia de la ley intensifican su lucha para detener a los conductores afectados por el alcohol, valiéndose de controles de alcoholemia y otros métodos. También se han promulgado diversas leyes que permiten demandar a los que sirven bebidas alcohólicas y hasta se emplean vallas publicitarias para recordar a los conductores las leyes vigentes.
Continúa aumentando el número de muertes
A pesar de todo este esfuerzo, el número de muertes provocadas por conductores borrachos continúa aumentando por todo el mundo. En Brasil, cada veintiún minutos perece una persona en accidente de carretera causado por el alcohol (unas 25.000 al año), lo que representa aproximadamente el 50% de todas las víctimas mortales de accidentes de tráfico en ese país. En Inglaterra y Alemania se calcula que alrededor de una quinta parte de todas las muertes en accidentes de tráfico se deben al alcohol. En México, según diversas fuentes, el 80% de las 50.000 muertes en carretera se deben a ‘error humano, causado básicamente por conducir borracho’, informa el periódico El Universal de Ciudad de México.
En África del Sur se calcula que más del 25% de los accidentes mortales en carretera son imputables al alcohol. En Estados Unidos, en un año corriente, los accidentes relacionados con el alcohol provocan alrededor de 650.000 lesiones —de las que unas 40.000 son graves— y más de 23.000 muertes, aproximadamente la mitad de todas las que se producen en carretera.
En un esfuerzo desesperado por tratar de refrenar al conductor afectado por el alcohol, se formó en el estado de Washington (E.U.A.) un grupo de víctimas de conductores borrachos, llamado DWI Victims Panel, que coopera en los procesos judiciales contra los acusados por conducir bajo la influencia de alguna sustancia embriagante. El propósito del programa —que en la actualidad se realiza en muchas partes del país— es encarar a los infractores con las trágicas consecuencias de su uso irresponsable del alcohol. Cuando los tribunales los declaran culpables, los infractores reciben la sentencia de escuchar a las víctimas y a sus familiares para que se den cuenta del terrible precio que se ha pagado. ¡Despertad! recibió la invitación de presenciar una de esas sesiones.
[Reconocimiento en la página 4]
Dominic D. Massita, Sr./Accident Legal Photo Service of New York