Hospitalidad finlandesa
EL LAGO estaba congelado, totalmente cubierto con una capa de hielo de 41 centímetros de espesor, y la temperatura ambiental era de 15 °C bajo cero, algo bastante normal para un día de febrero en Finlandia. Martti, nuestro anfitrión, comenzó a abrir un agujero en el hielo. Era la primera vez que extendía hospitalidad finlandesa a un extranjero procedente de las islas del Caribe.
En Puerto Rico, con su clima tropical, lo que yo estaba a punto de hacer se consideraría una locura, pero en Finlandia, la inmersión en agua congelada es una vieja costumbre que cada vez es más popular. El idioma finés incluso tiene una palabra específica —avanto— para referirse al agujero que se abre en el hielo para darse un breve baño en el agua congelada.
Esta “fría hospitalidad” duró solo unos segundos y fue precedida y seguida por unos quince minutos de sauna a una temperatura bastante elevada: 85 °C. La experiencia me pareció vigorizante y hasta decidí repetir el proceso una segunda vez, lo que agradó mucho a mis amigos finlandeses.
Para algunos, esta práctica es tan solo una forma de entretenimiento. Otros afirman que mejora la salud, evita ciertas dolencias, reduce el estrés y aumenta la resistencia del organismo. Actualmente la ciencia investiga tales afirmaciones y otras cuestiones relacionadas con la sauna finlandesa y la práctica de nadar en invierno.—Contribuido.