Los jóvenes preguntan...

¿Cómo me pueden ayudar las reuniones cristianas?

“No creo que las religiones ayuden a progresar espiritualmente. Quiero decir que es decisión de la persona si quiere ser espiritual o no.”—Kevin, de diecinueve años.

KEVIN tiene razón en muchos sentidos. Es cierto que cada persona debe decidir “si quiere ser espiritual o no”. Pero en vista de que estás leyendo este artículo, es muy probable que tú sí quieras ser espiritual, aunque quizás no estés del todo seguro de lo que en realidad implica y cómo llegar a serlo.

En términos sencillos, una persona espiritual es la que somete sus pensamientos, opiniones y acciones a la dirección del Altísimo Dios Jehová. Esa persona toma en consideración a su Creador en todas sus decisiones así como a la hora de establecer sus metas y prioridades en la vida. En otras palabras, una persona espiritual es la que está orientada hacia Dios.

Es posible que, como adolescente, descubras que “la inquietud de este sistema de cosas” entorpece tu adelanto espiritual. (Mateo 13:22.) La convivencia durante todo el día con compañeros de escuela que quizás estén ‘inclinados a hacer lo malo todo el tiempo’ también puede ser desanimador. (Génesis 6:5.) Es posible que algunos hasta ‘escarnezcan y hablen de lo que es malo’, y así te hagan difícil enfocar tu mente en lo que es bueno. (Salmo 73:8.) Además, si tus padres u otros miembros de tu familia no comparten tu fe, poco o ningún ánimo espiritual van a proporcionarte. ¿Qué puedes hacer para contrarrestar estas influencias negativas y crecer en sentido espiritual?

Una cosa que puedes hacer es asistir con regularidad a las reuniones que se celebran en el Salón del Reino de los testigos de Jehová. A diferencia de los servicios religiosos de las iglesias, las reuniones te infunden ánimo para esforzarte con la “devoción piadosa como mira” y te ayudan a dejar de ser un bebé para convertirte en un adulto en sentido espiritual. (1 Timoteo 4:7; Efesios 4:13, 14.)

Reuniones que te ayudan a aprender

En más de 63.000 congregaciones por toda la Tierra, los testigos de Jehová obedecen la admonición bíblica: “Congrega al pueblo, los hombres y las mujeres y los pequeñuelos [...] a fin de que escuchen y a fin de que aprendan”. (Deuteronomio 31:12.) De modo que entre los Testigos encontrarás a muchos jóvenes como tú.

En todas partes del mundo, los testigos de Jehová participan en el mismo programa educativo: cinco reuniones semanales de aproximadamente una hora de duración cada una, y que son:

Reunión pública: Una conferencia que desarrolla un tema de la Biblia.

Estudio de La Atalaya: Un estudio profundo de enseñanzas bíblicas mediante la revista La Atalaya, la publicación principal de los testigos de Jehová.

Escuela del Ministerio Teocrático: En ella se enseña el arte de la oratoria para el ministerio cristiano.

Reunión de Servicio: Presenta consideraciones y demostraciones de métodos de enseñanza eficaces para el ministerio de puerta en puerta y la obra de estudios bíblicos.

El Estudio de Libro de Congregación: Una consideración por preguntas y respuestas celebrada en grupos más pequeños, por lo general en hogares particulares, y utilizando una ayuda para el estudio de la Biblia.

El programa educativo que se ofrece en estas reuniones puede ayudarte a aprender “hasta las cosas profundas de Dios”. (1 Corintios 2:10; Proverbios 2:5.) Pero también se derivan otros beneficios de las reuniones.

‘El hierro se aguza con hierro’

“Resulta fácil ser cristiana cuando se está con otros que también sirven a Dios —dice Michelle, una joven de quince años—. Pero en la escuela cuesta más porque los compañeros de clase se rigen por otras normas y tienen otras metas.” Por consiguiente, un beneficio de asistir a las reuniones es que te dan la oportunidad de asociarte con compañeros de creencia.

El sabio rey Salomón dijo: “El fierro [hierro] se aguza con fierro, el hombre aguza su ingenio en contacto con su prójimo”. (Proverbios 27:17, Ricciardi y Hurault [79⁠^a ed.].) A veces, nuestro “ingenio” espiritual, es decir, nuestro conocimiento y perspicacia espirituales, necesitan aguzarse. Pero tal como para afilar un cuchillo literal hace falta destreza y disponer de las herramientas adecuadas, tú también necesitas el compañerismo de las personas adecuadas, las que tienen la habilidad de ‘impartirte algún don espiritual’. (Romanos 1:11.)

Esas personas, de diferentes edades, razas y nacionalidades, puedes encontrarlas en el Salón del Reino. Es comprensible que te sientas atraído hacia los que son de tu edad, pero presta particular atención a aquellas personas que llevan muchos años de servicio fiel a Jehová. (Levítico 19:32.) Su experiencia en la vida unida a su profundo conocimiento de la Biblia pueden serte de gran ayuda. ¿Cómo puedes llegar a conocerlas? Trata de hacerles preguntas similares a: “¿Cómo conoció la verdad?”, o: “¿Cómo se llevaba a cabo el servicio del campo cuando usted era joven?”. Es muy posible que estas personas maduras puedan impartirte algún don espiritual.

Es muy probable que cuando trates de abordar a otros miembros de la congregación al principio te sientas como Craig, de doce años, que dice: “Me daba miedo hablar con personas mayores. Pensaba que si decía algo incorrecto me darían consejo”. Craig reconoce que sus temores eran infundados. “Ahora me siento cómodo cuando hablo con ellos”, dice. ¿Por qué no te esfuerzas como hizo él para asociarte con los miembros maduros de la congregación? Eso te dará la valiosa oportunidad de observar e imitar a cristianos maduros. (2 Tesalonicenses 3:9.)

“La lengua de los enseñados”

Otro campo en el que puedes progresar es en el de la habilidad para enseñar. Por ejemplo, ¿puedes comunicar a otros con claridad las verdades de la Biblia? ¿Puedes captar la atención de un auditorio? ¿Sabes dar verdadero significado a tu lectura? El profeta Isaías dijo: “El Señor Soberano Jehová mismo me ha dado la lengua de los enseñados”. (Isaías 50:4.) Con entrenamiento, tú también puedes tener la lengua de los enseñados. A este respecto, la reunión para la Escuela del Ministerio Teocrático puede beneficiarte. ¿Ya te has matriculado?

La Escuela del Ministerio Teocrático tiene el propósito de instruir a los estudiantes cristianos para saber hablar a otros. No hay una edad límite ni es obligatorio estar bautizado, pero debes saber leer y escribir, asociarte de forma asidua con la congregación y vivir de acuerdo a los principios bíblicos. ¿Cómo funciona esta escuela?

Cuando te hayas matriculado recibirás la asignación de presentar un breve discurso sobre un tema bíblico. Esfuérzate por prepararlo bien. Por ejemplo, normalmente podrás encontrar información adicional sobre el tema que debes desarrollar si consultas varias publicaciones bíblicas con la ayuda de los Índices de las Publicaciones Watch Tower y te remites al libro Ayuda para entender la Biblia o a la enciclopedia bíblica en inglés Insight on the Scriptures.a Si necesitas ayuda en este aspecto, pídesela a tus padres o a algún cristiano con experiencia. La investigación que efectúes mejorará tu presentación y contribuirá a tu adelanto espiritual. (Proverbios 2:1-5.)

Cuando presentes un discurso ante la congregación, el ministro cualificado que conduce la escuela te escuchará con atención. Después de tu discurso, te dará estímulo y consejo apropiados basados en la publicación Guía para la Escuela del Ministerio Teocrático, preparada para ayudar a los oradores públicos. Escucha su consejo con atención. No se da con el propósito de criticarte ni abochornarte, sino que las sugerencias son para ayudarte. Si continúas “aplicándote a la lectura pública”, tu progreso espiritual será “manifiesto a todos”. (1 Timoteo 4:13-15.)

‘Alaba a Jehová con tus labios’

Otra manera de adelantar en las reuniones cristianas es mediante ofrecer respuestas o comentarios cuando se pide la participación del auditorio. La clave está en que te prepares de antemano.b Quizás te sea difícil comentar aunque te hayas preparado para la reunión. En tal caso, pide ayuda a Jehová, así como el rey David oró: “Oh Jehová, quieras abrir estos labios míos, para que mi propia boca anuncie tu alabanza”. (Salmo 51:15.)

Recuerda: Las respuestas no tienen que ser largas o complicadas para resultar edificantes. Rachel, de doce años, dice: “En lugar de dar una explicación larga, el comentario puede limitarse a tan solo una frase”. Al principio quizás te cueste expresarte en las reuniones, y puedes pedir ayuda, pero con el tiempo, te sentirás como Rachel: “Cuando das un comentario con tus propias palabras, es realmente tuyo y te sientes orgullosa de él”. Además, cuanto más te esfuerces mayor será tu adelanto espiritual.

En este mundo egocéntrico en el que vivimos, no resulta fácil tener una mente espiritual. Pero si asistes con regularidad a las reuniones, te preparas bien, participas en ellas y te esfuerzas por tener compañerismo con personas maduras de la congregación, seguro que las reuniones cristianas te ayudarán a aumentar tu espiritualidad.

[Notas a pie de página]

[Fotografías en la página 21]

La Escuela del Ministerio Teocrático ha preparado a miles de jóvenes para ser maestros competentes de la Palabra de Dios