El punto de vista bíblico
¿Es Dios un misterio?
“¿Qué es un misterio? En términos generales, es una verdad que por su naturaleza es imposible de entender o demostrar. [...] ¿Qué es un misterio religioso? Es una de las verdades divinas que estamos obligados a creer, aunque no podamos entenderla ni demostrarla. ¿Cuáles son los principales misterios religiosos? El misterio de la Santísima Trinidad, el de la Encarnación y el de la Redención.” (Abrégé de l’exposition de la doctrine chrétienne, 1901 [Breve explicación de la doctrina cristiana].)
ASÍ resume una obra francesa publicada a comienzos de este siglo la doctrina católica sobre los misterios religiosos. La obra de reciente publicación Guide des difficultés de la foi catholique (Guía de las dificultades de la fe católica, 1989) dice a este respecto que estas cuestiones doctrinales aún son de interés público: “Si el cristiano admite la existencia de determinados misterios en su credo religioso, no se debe solo a la atracción por lo oculto. Cree en ellos sobre la base de lo que dice la Palabra de Dios”. Pero, ¿qué dice la “Palabra de Dios”? ¿Dice acaso que Dios es un misterio?
¿Se puede saber todo acerca de Dios?
La Biblia da muchos detalles sobre la persona de Dios, sus cualidades y sus tratos con la humanidad. No obstante, también indica que su sabiduría e inteligencia escapan al entendimiento humano, de ahí que el profeta Isaías dijera que los caminos y pensamientos de Dios son más altos que los del hombre. (Isaías 55:8, 9.)
La imposibilidad de saberlo todo acerca de Dios no debería sorprendernos. Por ejemplo, la ciencia reconoce que aunque nuestro conocimiento sobre el universo aumenta de día en día, es muy probable que nunca se lleguen a desvelar los misterios de lo infinitesimal o de lo inconmensurable. Por consiguiente, ¿cómo podría criatura alguna conocer plenamente la profundidad de la sabiduría de Dios, el Creador? Job le confesó a Jehová: “[Yo] no entendía [aquellas] cosas demasiado maravillosas para mí, las cuales no conozco”. (Job 42:3; compárese con Romanos 11:33.) Luego el conocimiento pleno de Dios está en algunos respectos fuera del alcance de nuestro limitado entendimiento. Sin embargo, las doctrinas de muchas religiones van más allá de estas sencillas apreciaciones.
¿Pero es tan misterioso?
Una enciclopedia católica reciente, Théo, dice: “Según las enseñanzas de la Iglesia, el término misterio también se puede aplicar a lo que Dios revela de sí mismo, como, por ejemplo, su existencia trinitaria”. El concepto implícito en este comentario, así como en muchas otras obras teológicas, es que ‘dado que el conocimiento de Dios es ineludiblemente misterioso, no debe sorprendernos que Dios sea trino y que esa trinidad sea un misterio’. ¿Está bien fundado este razonamiento?
En primer lugar, hay muchas obras, como las enciclopedias Hispánica y Salvat Universal, que admiten que “el Nuevo Testamento no habla explícitamente de la Trinidad” y ni siquiera menciona el término. Además, la historia de esta doctrina demuestra que en ella se han combinado muchas ideas tomadas de filosofías paganas e incorporadas al credo de la Iglesia muchas décadas después de la muerte de los apóstoles. Por lo tanto, no hay prueba firme alguna de que el misterio de la Trinidad se base en la Biblia.a
Piense en lo siguiente: si es imposible llegar a saber todo lo concerniente a Dios, ¿tendría sentido que Él ocultara su identidad? No, su deseo es que toda persona le conozca. (Juan 17:3; compárese con Hebreos 8:11.) Además, ¿tendría sentido que quienes desean agradarle oculten Su identidad? Pongamos un ejemplo: si solo tuviésemos una ventana para ver un bello paisaje, ¿sería inteligente dejar que se empañasen los cristales, alegando: “Da igual, de todos modos no se pueden apreciar los detalles”? ¡Claro que no! Aunque la Biblia y el sentido común nos dicen que nuestro conocimiento de Dios está necesariamente limitado, eso no justifica el que transformemos dicho conocimiento en una misteriosa doctrina como la Trinidad, que solo sirve para confundir nuestro entendimiento acerca de Él.
Misterios paganos y cristianos
Además, cuando las Escrituras emplean el término “misterio”, no le dan el sentido de “conocimiento oculto”, como por lo general se piensa. La enciclopedia Théo indica: “El término misterio no tiene aquí el mismo sentido. Para los cristianos denota aquello que por lo general está oculto o inaccesible, pero que Dios quiere revelarles [...] y hacer que experimenten”.
El apóstol Pablo empleó la palabra griega my·stḗri·on (“misterio” o “secreto sagrado”) unas veinte veces con un sentido especial: con referencia al secreto sagrado por mucho tiempo escondido, pero que Dios reveló cuando envió a Jesús a la Tierra. Este, el Salvador de la humanidad, era la parte principal de la “simiente” prometida que Dios usaría para redimirla, Aquel ‘mediante el cual se bendecirían todas las naciones de la tierra’ y que tendría coherederos que estarían con él en el cielo. (Génesis 3:15; 22:18; Romanos 8:17.) Estos aspectos inaccesibles o ‘misteriosos’ permanecieron ocultos para los siervos precristianos de Dios hasta que Jehová los reveló a su debido tiempo. (Efesios 1:9; Colosenses 1:26.) Felizmente, este conocimiento no es privativo de unos pocos escogidos —como ocurre con los misterios de ciertas religiones—, sino que ha de proclamarse al mayor número posible de personas sin excepción. (Efesios 6:19, 20.)
Dios debe ser adorado con verdad
La Biblia contiene suficiente información para que adoremos a Dios como le place. Lejos de enseñar una Trinidad, expone con absoluta claridad la supremacía de Jehová y la posición subordinada de Jesús. Por ejemplo, el propio Jesús dijo: “El Padre es mayor que yo”. (Juan 14:28; 1 Corintios 15:28.) La Biblia también muestra que el espíritu santo es la fuerza activa de Dios, que Él usa para dirigir a sus siervos leales. (Hechos 2:1-4.)
Jesús explicó a una samaritana que para agradar a Dios, hay que “adorarlo con espíritu y con verdad”, y añadió: “El Padre busca a los de esa clase para que lo adoren”. (Juan 4:21-24.) Tenemos la responsabilidad de buscar ese conocimiento exacto, que nos proporcionará bendiciones si lo fundamentamos en la Palabra de Dios y no en misterios basados en tradiciones humanas que la falsean.
[Nota a pie de página]
a Véase el folleto ¿Debería creer usted en la Trinidad?, publicado por la Sociedad Watchtower Bible and Tract de Nueva York, Inc., 1989.
[Reconocimiento en la página 26]
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