El aguijón de la muerte dejará de existir

MUCHAS veces se lee que la muerte es algo natural o normal. Pero la Biblia indica que no es así. La muerte es un enemigo que se originó del pecado. “Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y la muerte mediante el pecado, y así la muerte se extendió a todos los hombres porque todos habían pecado”, dice la Biblia en Romanos 5:12.

Como Dios no se proponía que la humanidad muriese, facilitó amorosamente la solución. Él permitió que su Hijo muriese a favor nuestro para así suministrar un rescate correspondiente que compensase la pena de muerte. (Mateo 20:28; 1 Juan 2:⁠2.) Dios también ha prometido un paraíso terrestre y un gobierno totalmente nuevo que rija sobre toda la humanidad. Ese gobierno borrará por completo los efectos del pecado y la muerte. (Lucas 18:30.) En Revelación 21:3, 4, la Biblia dice: “Dios mismo estará con ellos. Y limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado”. Pero ¿qué pasará con los que ya han muerto?

Ellos tienen la esperanza de la resurrección: la perspectiva de volver a vivir como humanos con un cuerpo y una mente perfectamente sanos en esta Tierra convertida en un paraíso. Sí, “viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán”. (Juan 5:28, 29.) Jesucristo, a quien Dios envió para redimir a la humanidad, también nos garantiza: “Esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que contempla al Hijo y ejerce fe en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día”. (Juan 6:40.)

Esta esperanza de la resurrección sustenta a muchas personas que han perdido en la muerte a algún ser querido. Ellas comprenden que sus seres queridos simplemente “duermen” en la muerte, y, por lo tanto, no se ‘contristan como los demás, que no tienen esperanza’. (1 Tesalonicenses 4:13, Straubinger.) Esperan con anhelo el tiempo en que puedan disfrutar de nuevo de su compañía en el nuevo sistema de cosas prometido por Dios. Tienen fe en el Dios que da consuelo y esperanza. (Romanos 15:4, 13; 2 Corintios 1:3; 2 Tesalonicenses 2:⁠16.)

Por eso los funerales que celebran los testigos de Jehová se destacan de los demás. A fin de merecer el favor de Dios, los Testigos evitan todas aquellas prácticas que no armonizan con Su Palabra, la Biblia. También evitan los atuendos y costumbres basados en creencias que no se enseñan en la Biblia. Y como solo adoran al Dios verdadero Jehová, rehúsan dar a sus muertos cualquier honor que raye en adoración. Además, tampoco hacen ninguna ostentación de riqueza o posición social, pues saben que eso desagrada a Dios. (1 Juan 2:16.) Los funerales de los Testigos son ceremonias sencillas y dignas que ayudan a serenar el corazón de los dolientes. En ellos se presenta un discurso en memoria del difunto, que explica la esperanza que se da en la Biblia. Lloran la muerte de esa persona, pero sin llegar a extremos.

Los testigos de Jehová saben que pronto “el último enemigo, la muerte”, dejará de existir. Entonces se hará realidad lo que se predijo mucho tiempo atrás: “La muerte es tragada para siempre. Muerte, ¿dónde está tu victoria? Muerte, ¿dónde está tu aguijón?”. (1 Corintios 15:26, 54, 55.)