Los jóvenes preguntan...
¿Qué hay de malo en que hablemos?
‘NO SALIMOS juntos, solo hablamos.’ Así describe Denny, joven de diecisiete años, su relación con Tina.a Se conocieron en una asamblea de los testigos de Jehová y desde entonces han mantenido largas conversaciones telefónicas con regularidad. Denny admite que son demasiado jóvenes para pensar en un noviazgo serio. Pero no ve nada malo en simplemente hablarse.
Muchos jóvenes a los que sus padres no les dejan cortejar formalmente tienen permiso para cultivar amistades con jóvenes del sexo opuesto mediante conversaciones frecuentes en persona o por teléfono. ¿Es tan solo una diversión inocente? Quizás. Pero algunos padres están preocupados. “Parece que está causando bastantes problemas el que adolescentes muy jóvenes ‘salgan’ con otros de su edad —escribe una madre preocupada—. No salen en parejas, pero sí forman parejas.”
Otros jóvenes cultivan esa relación por carta. Puede que las cartas no sean más que expresiones inocentes de amistad. Pero muchas veces van adoptando poco a poco un tono romántico. También es posible que se despierten sentimientos románticos cuando los jóvenes empiezan a cartearse con otros que tienen la reputación de no ser buenos ejemplos como cristianos. Quizás digan que la correspondencia empezó con el motivo sincero de tratar de ayudar a tales jóvenes.
¿Hablarse, o salir juntos?
La Biblia no condena el hablar o escribir a personas del sexo opuesto. Los cristianos deben “[tener] amor a toda la asociación de hermanos”, lo cual abarca a personas de ambos sexos. (1 Pedro 2:17.) Además, la Biblia también dice a los jóvenes que traten “a las mujeres [...] de menos edad como a hermanas, con toda castidad”. (1 Timoteo 5:2.) Cuando se aplica este principio, los jóvenes pueden disfrutar de relaciones sanas y limpias, sí, de verdaderas amistades con compañeros del sexo opuesto.
Por lo general, los jóvenes cristianos disfrutan de dichas amistades en grupo. Por eso, cuando dos jóvenes se aíslan de los demás para prestarse más atención, dicha relación empieza a adoptar la apariencia de un idilio, un noviazgo. ¿Es eso necesariamente lo mismo que salir juntos en pareja? La mayoría de los jóvenes probablemente diga que no. Sin embargo, los adolescentes no siempre saben con exactitud a qué se refieren los adultos cuando hablan de salir en pareja.
Cuando se pidió a un grupo de jóvenes que definieran lo que ellos entendían por salir juntos en pareja, más de la mitad dijeron que significaba ‘salir con alguien del sexo opuesto’. Algunos lo definieron como ‘llegar a conocer mejor a alguien’. Una encuesta informal llevada a cabo entre jóvenes cristianos produjo resultados similares. Un muchacho de trece años dijo: “Salir con una chica es llevarla al cine, estar con ella hasta tarde y luego acompañarla a casa dando un paseo”.
Una obra de consulta define “salir con” como “ir juntos de paseo, al cine, a un baile, etc., una muchacha y un muchacho. Hacerlo frecuentemente, como posible preludio de un noviazgo”. ¿No podría esto abarcar las conversaciones frecuentes con alguien del sexo opuesto? ¿Y si tales conversaciones, o trato frecuente, se tienen por teléfono? Un joven llamado Iván dice: “Es una manera de salir con alguien, especialmente si se ha fijado de antemano un día y una hora para llamar a esta persona y la conversación gira en torno a asuntos personales”.
El libro The Family Handbook of Adolescence (Manual familiar de la adolescencia) dice: “El contacto entre jóvenes de sexo opuesto [...] acostumbra a mantenerse mediante notas, cartas y el teléfono. [A los jóvenes] les gustan estos medios de comunicación porque permiten que exista una familiaridad a distancia”. Aun así puede desarrollarse un verdadero interés sentimental entre ambos, al igual que cuando salen literalmente juntos. Este fue el caso de un joven llamado Jack. Él pasaba mucho tiempo hablando por teléfono con una joven que le interesaba como posible cónyuge. “Es posible llegar a conocer a una persona por teléfono —dice Jack—. Pueden comunicarse pensamientos y hasta sentimientos por teléfono.” Jack y su amiga se casaron. Muchas parejas que viven lejos el uno del otro han mantenido la mayor parte de su relación sentimental mediante llamadas telefónicas y cartas.
Por lo tanto, la cuestión no es si dos jóvenes de sexo opuesto solo se hablan, se ven o salen juntos, sino de la clase de relación que están cultivando. Si se aíslan de los demás, puede parecer que está germinando un idilio entre ellos. Y muchas veces no solo lo parece. En su libro Teens Speak Out (Los adolescentes se expresan), la escritora Jane Rinzler, especializada en temas de la adolescencia, dijo lo siguiente: “Si dos personas se gustan [...] empezarán a verse. Probablemente la relación comenzará mediante alguna conversación telefónica o quizás unas cuantas”.
El peligro de salir en pareja prematuramente
Ahora bien, si dos personas están en posición de contraer matrimonio no está mal que comiencen una relación romántica. Pero pocas parejas de adolescentes salen juntos con miras a casarse. Según el libro Adolescent Development (El desarrollo de los adolescentes), de Barbara y Philip Newman, el que dos adolescentes salgan juntos muchas veces no es más que una “forma de diversión”, una manera de ‘ganar prestigio’ entre otros jóvenes y una manera de “aprender acerca del sexo opuesto”.
Pero en lo que respecta a los cristianos, el matrimonio es sagrado, honorable. (Hebreos 13:4.) Por consiguiente, las relaciones sentimentales de cualquier tipo constituyen un asunto serio; no son un juego. Y cuando se es demasiado joven para casarse, cualquier relación estrecha con alguien del sexo opuesto puede fácilmente terminar en amargura y pesar. La Biblia dice al respecto: “¿Puede un hombre recoger fuego en el seno sin que se le quemen las mismas prendas de vestir?”. (Proverbios 6:27.)
A la edad de trece años, María empezó a hablar con muchachos por teléfono. Por un tiempo le pareció divertido. Pero como no tenía edad suficiente para casarse, aquellas conversaciones la dejaban desanimada y frustrada. “La expectación pospuesta enferma el corazón”, dice Proverbios 13:12. Vivía además en tensión, procurando que sus padres no supieran de aquellas conversaciones. “Cada vez que sonaba el teléfono temía que respondiera alguien que no fuese yo, en especial si ese alguien era mi madre. Me sentía abochornada cuando ella preguntaba: ‘¿Quién es?’, y luego colgaba porque nadie respondía.”
Hasta el escribir cartas tiene sus riesgos. Charlene, por ejemplo, desarrolló un profundo afecto hacia un joven que no era creyente. Ella confiesa: “Empecé a escribirme con él, y ahora somos más que simplemente amigos. Él es alcohólico, pero estoy haciendo todo lo posible por ayudarle. ¿Creen que hay alguna manera de hacer que beba menos?”. Pero el esfuerzo de Charlene por hacer el papel de consejera de un alcohólico es imprudente y tiene pocas posibilidades de resultar bien. Dicha relación podría fácilmente terminar en un matrimonio desdichado.b (2 Corintios 6:14.)
Que la capacidad de pensar te sirva de protección
En Proverbios 2:10, 11 se ofrece un buen consejo: “Cuando la sabiduría entre en tu corazón y el conocimiento mismo se haga agradable a tu mismísima alma, la capacidad de pensar misma te vigilará, el discernimiento mismo te salvaguardará”. Los jóvenes con frecuencia se dejan guiar por sus emociones. No obstante, la capacidad de pensar y el discernimiento pueden contribuir mucho a “[quitar] de tu corazón la irritación, y [evitar] a tu carne la calamidad”. (Eclesiastés 11:10.)
El discernimiento te ayuda a apreciar que estás en “la flor de la juventud”, un tiempo en el que la sexualidad y las emociones románticas son muy fuertes. (1 Corintios 7:36.) La asociación estrecha con alguien del sexo opuesto —sea en persona, por teléfono o hasta por carta— tiende a excitar la pasión. ¿Por qué prestar, pues, atención especial a alguien en particular? Es cierto que quizás quieras aprender la manera de comportarte con el sexo opuesto. Pero eso normalmente puedes conseguirlo relacionándote con grupos compuestos de jóvenes de ambos sexos. Y hablando de grupos, evita limitarte a un círculo reducido de amigos. ‘Ensánchate’ para incluir a más personas en tu círculo de amistades. (2 Corintios 6:13.) Si lo haces, reducirás la posibilidad de desarrollar interés romántico por alguien en particular.
¿Significa esto que no puedes hablar nunca por teléfono ni escribir a nadie del sexo opuesto? No. El peligro radica en que se despierte un apego emocional hacia una persona concreta. Ten cuidado de no herir los sentimientos de nadie, ni los tuyos propios. Y si a pesar de tus buenas intenciones notas que empieza a brotar una relación sentimental, quizás lo más prudente sería renunciar a dicha amistad.
También puede ayudarte hablar del asunto con un adulto de tu confianza, como por ejemplo, tus padres. (Proverbios 23:26.) Es posible que al principio no te atrevas a revelar lo que sientes o te avergüence hacerlo. Pero tus padres posiblemente entenderán tus sentimientos mejor de lo que te imaginas.
Tal vez pasen años antes de que estés preparado para cultivar un interés romántico en alguien del sexo opuesto. Mientras tanto, si tienes cuidado y te interesas altruistamente en otros, podrás disfrutar de compañerismo equilibrado con jóvenes del sexo opuesto.
[Notas a pie de página]
a Algunos nombres se han cambiado.
b Véase el capítulo 30 del libro Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas, publicado por la Sociedad Watchtower Bible and Tract de Nueva York, Inc.
[Fotografías en la página 18]
¿Podría ser lo mismo hablar por teléfono que salir juntos?