¿Es cierto que la música puede perjudicarle?
IMAGÍNESE esta situación: Un conocido del trabajo le invita a cenar en su casa, y usted acepta. Durante el transcurso de la velada se entera de una serie de detalles espantosos acerca de su anfitrión. Es sádico, manifiesta tendencias suicidas, utiliza lenguaje grosero y promueve el culto al Diablo. ¿Estaría dispuesto a pasar otra velada en su compañía? “¡En absoluto!”, responde.
Además, ¿qué haría si hubiese grabado sus pervertidas opiniones y actitudes en una cinta y se la regalara? ¿Se expondría a sus efectos escuchándola una y otra vez? Probablemente no.
Sin embargo, lo cierto es que eso es lo que hacen millones de personas hoy día; de ahí que muchos de los que escuchan esta música adopten el pensamiento y la conducta que en ella se fomenta.
¿A qué música nos referimos? Bueno, pueden encontrarse influencias degradantes en casi cualquier estilo de música. Sea que prefiramos la música clásica, el jazz o cualquier otro estilo, hay que ser cauteloso y selectivo.
Sin embargo, en ciertos tipos de música se describen explícitamente los temas más inmorales. Esta circunstancia plantea un problema especial. La revista U.S.News & World Report define el tema principal de la música heavy metal diciendo que es “nihilismo adolescente, rematado con dosis liberales de sexo violento y alguna que otra idea suicida”. El Dr. David Elkind dice que algunos conjuntos de rock “se propasan tanto en lo que respecta al lenguaje y el comportamiento obscenos que dejan en mal lugar a toda la industria de la música rock”. En algunos lugares hasta hay álbumes que llevan una advertencia en la que se indica que contienen obscenidades explícitas.
¿Se trata simplemente de una reacción exagerada de algunos contra la música que no les gusta, o existen verdaderos motivos de preocupación? Analicemos detenidamente cierta música rock que está llegando actualmente a amplios sectores del público a través de álbumes, videocintas musicales en la televisión y conciertos en vivo. Vea los efectos de esta en la gente y luego juzgue por sí mismo si dicha forma de recreación es inofensiva o constituye un veneno mental. ¿Debería ser esa la música preferida de usted o de su familia, o siquiera una música para escuchar de vez en cuando?