Los jóvenes preguntan...
¿Qué daño causa jugar con la inmoralidad?
“Un día mi novio vino a casa cuando mamá no estaba, según se suponía solo con la intención de ver la televisión —recuerda Laura—.a Al principio simplemente me tomó de la mano, pero de pronto empezó a deslizar sus manos por mi cuerpo. Tenía miedo de decirle que parara, pues pensaba que se enfadaría y querría marcharse.”
DE ESA forma Laura y su novio emprendieron un camino que los llevó a conducta cada vez más grave. Los besos apasionados los condujeron a actos aún más comprometidos. Claro que en el mundo actual pocas personas desaprobarían tal conducta. Es más, las encuestas muestran que la gran mayoría de los jóvenes de Estados Unidos ya han mantenido relaciones sexuales a la edad de 19 años. Los besos apasionados e incluso las caricias de las partes íntimas del cuerpo se consideran tan solo pasatiempos inocentes. Algunos jóvenes se jactan de hasta dónde han llegado en sus exploraciones sexuales.
Es triste decirlo, pero algunos jóvenes cristianos han participado en tal tipo de conducta impropia. Al parecer creen que mientras no hayan “llegado hasta el final”, no han hecho nada malo.
Daño espiritual
Esta suposición dista mucho de ser cierta. La Biblia condena a los que se toman libertades con personas del sexo opuesto. Lo que algunos no considerarían más que tocamientos “inofensivos” podría equivaler a lo que la Biblia llama inmundicia, conducta relajada o incluso fornicación. Estos son males graves que podrían resultar en la expulsión de la congregación cristiana. (Gálatas 5:19, 21.)
Por lo tanto, no se debe quitar importancia a jugar con la inmoralidad sexual. Constituye una “contaminación de la carne y del espíritu”, algo que podría dañar seriamente tu relación con Dios. (2 Corintios 7:1.) A la larga, podría hacer que tu mente fuera ‘corrompida y alejada de la sinceridad y castidad que se deben al Cristo’. (2 Corintios 11:3.) Un joven que se deja arrastrar o que arrastra a otro a conducta inmunda, no muestra en modo alguno “amor procedente de un corazón limpio y de una buena conciencia y de fe sin hipocresía”. (1 Timoteo 1:5, 19.)
La persona que se extralimita en sus muestras de afecto puede sufrir daño emocional, debido a que, como nos recuerda un artículo de la revista Seventeen, “las diferentes formas de tocarse dos personas [...] pueden resultar tan íntimas e intensas como el coito”. Por eso, aunque los besos y las caricias pueden producir excitación física, las jóvenes en particular pueden llegar a sentir que la experiencia las deja vacías y huecas en sentido emocional. La revista Journal of Marriage and the Family comenta: “Las mujeres hablan de sentimientos de miedo, culpabilidad, ansiedad, vergüenza e incluso asco”.
¿Es amor?
Considera el relato bíblico del capítulo 7 de Proverbios, en el que se relata cómo una prostituta sedujo a un joven. Aquella mujer inmoral le dijo: “De veras ven, saciémonos bebiendo del amor hasta la mañana; sí, gocemos el uno del otro con expresiones de amor”. Al joven sin duda le pareció atractiva la idea de que lo amaran, pero la prostituta en realidad ‘lo extravió con la abundancia de su persuasiva. Por la suavidad de sus labios lo sedujo’. No sentía amor verdadero por él; para ella era tan solo un cliente. Se aprovechó de él al máximo. (Proverbios 7:18-21.)
Del mismo modo, en la actualidad se explota a muchos jóvenes, sobre todo a las muchachas. Por lo general, a ellas hay que convencerlas para que traspasen los límites de lo que es propio. Según el libro The Compleat Courtship (El noviazgo completo), de Nancy Van Pelt, “un estudio reveló que el argumento más utilizado por los jóvenes es: ‘Si me amas, me permitirás hacerlo’”. La escritora dice que los hombres se han valido de este argumento “desde el principio de los tiempos”.
Ahora bien, ¿demuestra que te ama quien te induce a conducta inmunda que el Dios Todopoderoso condena? No según la Palabra de Dios. La Biblia nos recuerda que el verdadero “amor [...] no se porta indecentemente”. (1 Corintios 13:4, 5.) La escritora Nancy Van Pelt pregunta: “Si consigue lo que quiere, ¿qué prueba tendrás de que te ama cuando todo haya terminado? Lo más probable es que te haya utilizado”. (Compara con 2 Samuel 13:15.)
Cuando un muchacho presiona a una muchacha para que viole su formación y conciencia cristianas, se burla de cualquier afirmación de amor verdadero que haga. Y si se dice cristiano, niega con sus acciones su supuesto cristianismo. La joven que cede a la intimidación se ve explotada, utilizada, rebajada y, lo que es peor, ha cometido un acto inmundo, quizás incluso fornicación, lo que constituye una flagrante violación de la ley de Dios. (1 Corintios 6:9, 10.)
Es verdad que algunas consienten de buena gana. Pero consentir en una acción mala no la convierte en buena. Proverbios 14:12 dice: “Existe un camino que es recto ante el hombre, pero los caminos de la muerte son su fin después”.
Daño a la relación
Algunos piensan que las expresiones físicas de afecto favorecen una relación. No es así: tomarse libertades sexuales impropias no profundiza una relación, la rebaja. Como mínimo, acaba con el respeto y la confianza mutuos. “Después abrigué rencor al muchacho”, reconoce una joven que siguió conducta inmunda.
La falta de restricciones durante el noviazgo puede tener un efecto negativo incluso después que la pareja se casa. El autodominio, la paciencia y el altruismo sientan la base de una relación sexual satisfactoria en el matrimonio. (1 Corintios 7:3, 4.) Pero algunas parejas fijan un modelo durante el noviazgo de satisfacer sus deseos egoístas, dejar a un lado las restricciones y pasar por alto los sentimientos de la otra persona. Esto puede hacer que el matrimonio tenga un malísimo comienzo.
Cuando empiezan las caricias y los besos apasionados, la comunicación significativa suele interrumpirse. Al habla confidencial necesaria sobre metas, aspiraciones y sentimientos la sustituye la conducta inconsciente que aviva las pasiones. Proverbios 15:22 advierte: “Resultan frustrados los planes donde no hay habla confidencial”. Por no haber colocado una buena base para el matrimonio durante el noviazgo, muchas parejas experimentan mucha frustración y culpabilidad cuando por fin se casan.
Amortigua los malos deseos
Otro aspecto que debe tenerse en cuenta es el principio bíblico de Colosenses 3:5: “Amortigüen, por lo tanto, los miembros de su cuerpo que están sobre la tierra en cuanto a fornicación, inmundicia, apetito sexual, deseo perjudicial y codicia, que es idolatría”. En lugar de amortiguar “el deseo perjudicial”, los besos y las caricias solo sirven para avivarlo. Un joven llamado Jack confiesa lo que le ocurrió con su prometida: “Al principio solo nos besábamos, pero después empezamos a besarnos y tocarnos de forma apasionada, una vez hasta el punto de casi cometer fornicación. Sabía que no estábamos obrando bien a los ojos de Jehová”.
Una joven llamada Vera, que también siguió esta conducta impropia, admite que el besarse y tocarse le hizo desear “mantener relaciones sexuales”. A veces eso es precisamente lo que ocurre. La Biblia muestra que el pecado tiene un efecto endurecedor en la conciencia. (Hebreos 3:13.) Cuando uno se acostumbra a tomarse libertades indebidas, la maldad puede avanzar. Un avance sexual lleva a otro. “Antes de darte cuenta —confiesa Laura (mencionada al principio)—, estás tocándole apasionadamente. Y solo poco después estás cometiendo fornicación. Eso fue lo que me sucedió a mí.”
Lamentablemente les ha ocurrido lo mismo a muchos otros jóvenes. Un proverbio antiguo advierte: “¿Puede un hombre recoger fuego en el seno sin que se le quemen las mismas prendas de vestir?”. (Proverbios 6:27.) La respuesta es obvia. Y los jóvenes cristianos deberían tomar en serio la advertencia de Dios: “No se extravíen: de Dios uno no se puede mofar. Porque cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará”. (Gálatas 6:7.)
Además, la Palabra de Dios afirma: “Ningún fornicador, ni inmundo, ni persona dominada por la avidez —lo que significa ser idólatra— tiene herencia alguna en el reino del Cristo y de Dios”. (Efesios 5:5.) Jugar con la inmoralidad tiene consecuencias graves e incluso puede costarle a un cristiano su esperanza de vida eterna en el nuevo mundo de Dios. (Revelación 22:15.)
[Nota a pie de página]
a Se han cambiado algunos nombres.
[Comentario en la página 18]
Tomarse libertades sexuales indebidas rebaja la relación
[Fotografía en la página 17]
Las actividades sanas en grupo te ayudan a evitar situaciones comprometedoras