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  • g94 22/4 págs. 17-19
  • ¿Por qué estoy tan gordo?

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  • ¿Por qué estoy tan gordo?
  • ¡Despertad! 1994
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  • ¿Por qué me veo así?
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¡Despertad! 1994
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Los jóvenes preguntan...

¿Por qué estoy tan gordo?

“De acuerdo con las tablas de peso que consulto, no tengo exceso de peso, y a pesar de ello, me siento realmente gorda.”—Patti.

“Cuando estás gordo, [...] el amor propio se te cae a los pies. He sido obeso desde que estaba en cuarto curso de la escuela primaria [...]. Fue entonces cuando empezaron a ponerme apodos.” —Judd.

EL PESO casi se ha convertido en una obsesión para algunos jóvenes, sobre todo para las muchachas. Cuando se entrevistó a un grupo de ellas en edad escolar, el 58% se consideraban gordas.

Según una encuesta realizada en Estados Unidos, el 34% de las adolescentes con sobrepeso han tomado pastillas para perderlo. Casi una de cada cuatro ha recurrido al vómito. The New Teenage Body Book (El libro sobre el nuevo cuerpo del adolescente) informa acerca de otra encuesta: “Resulta alarmante que casi la mitad de los niños de 9 años y alrededor del 80% de los de 10 y 11 años estuvieran a dieta. Más o menos el 70% de las muchachas de 12 a 16 años estaban intentando perder peso, y un 90% de las de 17 años seguían alguna dieta”.

La manía de la delgadez

Durante siglos se consideró que una figura algo rellena era atractiva tanto en el hombre como en la mujer. Sin embargo, en la década de los veinte, la industria de la moda estadounidense experimentó cierta revolución. El cuerpo delgado se convirtió de pronto en la figura ideal. Décadas después, la delgadez sigue imperando en la moda. La televisión y las revistas han contribuido a fomentar esta tendencia con un bombardeo constante de anuncios sutiles en los que aparecen modelos masculinos y femeninos esbeltos. Poco importa que muchos de estos prototipos de esbeltez se mantengan en un estado de ayuno casi constante. A millones de jóvenes (y adultos) se les ha convencido sutilmente de que ser delgado equivale a ser atractivo. Por lo tanto, no sorprende que los jóvenes que no son tan delgados suelan pensar que son obesos y poco atractivos.

La presión de sus compañeros tampoco ayuda. Los adolescentes con exceso de peso suelen ser objeto de burlas, ridículo y prejuicio interminables, que resultan en lo que un escritor calificó de “dolor psicológico grave”, que puede perdurar hasta que son adultos.

¿Quién decide si estás gordo?

Por suerte, el que tengas de verdad sobrepeso o no implica algo más que solo tu aspecto en traje de baño, al menos desde una perspectiva médica. Por lo general, los médicos consideran obesa a la persona con más del 20% de su peso ideal. Los modelos de las tablas de pesos se basan en promedios, de modo que solo pueden ofrecer una idea aproximada de lo que debería pesar una persona sana. Así que algunos médicos prefieren medir la obesidad no solo en términos de peso, sino en términos de exceso de grasa. Según A Parent’s Guide to Eating Disorders and Obesity (Guía para los padres sobre obesidad y trastornos del apetito), “la proporción de grasa en el tejido corporal debería ser del 20 al 27% en las mujeres y del 15 al 22% en los hombres”.

Algunos investigadores creen que hay relativamente pocos jóvenes con verdadero exceso de peso. Desde el punto de vista de tu salud, quizás no haya ninguna razón para que pierdas peso. En la entrevista que se mencionó al comienzo, más de la mitad de las muchachas entrevistadas se consideraban gordas, pero, en realidad, solo el 15% lo eran.

¿Por qué me veo así?

Puede que eso no te consuele cuando te miras en el espejo; quizás no tengas lo que considerarías un cuerpo atractivo. Una adolescente se lamentó: “Me gustaría perder peso, ser más alta y tener un cuerpo más armonioso”.

Recuerda, sin embargo, que por ser adolescente, tu cuerpo está cambiando con rapidez. “Tanto los muchachos como las muchachas suelen ganar peso durante la pubertad —explica la Dra. Iris Litt—, pero mientras que los chicos ganan principalmente tejido muscular, ellas ganan tejido adiposo. Durante la pubertad, la muchacha pasa de tener un 8% de grasa corporal (promedio que comparten ambos sexos durante la niñez) a tener casi un 22%. Al mismo tiempo, los cambios óseos acentúan la ganancia de peso en las chicas. Los muchachos suelen tener los hombros más anchos, mientras que en las muchachas se ensanchan las caderas.” Estos cambios toman tiempo. Pero una niña gordita de 11 ó 12 años puede que se convierta en una adolescente de buena figura al salir de la pubertad, o puede que no.

Si es así en tu caso, se debe en parte al código genético que has heredado de tus padres. Algunos médicos creen que junto con el color de la piel, la textura del pelo y la altura, la forma básica del cuerpo quedó ‘escrita’, tal como dijo el salmista, en el código genético durante la concepción. (Salmo 139:16.) En el libro The Weighting Game (El juego del peso), el Dr. Lawrence Lamb hace resaltar la misma idea que el salmista escribió por inspiración: “Nacemos con un guión vital que determina lo que pesaremos y cuánta grasa tendremos en las diferentes etapas de nuestra vida”.

Hay estudios que han comprobado la influencia de los genes en la forma del cuerpo. Un niño adoptado tendrá un tipo corporal similar al de sus padres biológicos, con independencia de la complexión de sus padres adoptivos. Y como los gemelos tienen el mismo patrón genético, no es extraño que suelan pesar lo mismo.

¿Y esto qué significa en tu situación? Por ejemplo, supón que tus padres son obesos. En ese caso, tendrás un 80% de probabilidades de serlo también. Las posibilidades se reducen a la mitad si solo uno de tus padres lo es. El ejercicio y la dieta pueden ayudarte hasta cierto punto. No obstante, en la mayoría de los casos, mantenemos más o menos nuestros tipos corporales básicos. Si eres ectomorfo, eres delgado y anguloso por naturaleza. Pero si por tus genes eres endomorfo —con una figura más redondeada y más grasa corporal—, simplemente no serás delgado. Incluso teniendo el peso ideal desde una óptica médica, parecerás más grueso de lo que tal vez prefirieras.

Siéntete cómodo con tu cuerpo

¿Es descorazonador? Quizás. Pero es una buena noticia saber que Jehová Dios creó a la primera pareja humana, Adán y Eva, con un físico perfecto. A pesar de que llegaron a ser imperfectos y transmitieron esta imperfección a sus descendientes, Dios se encargará de que en su justo nuevo mundo se corrija cualquier falta física. (Job 14:4; Romanos 5:12; 2 Pedro 3:13.)

Recuerda: los cánones de belleza quizás sean producto de condicionamientos sociales y preferencias personales. Así, lo que se considera bello puede variar según la región del mundo y cambiar con el paso del tiempo. Por eso, ¿por qué ‘amoldarse a los modelos del mundo actual’? (Romanos 12:2, Nueva Versión Internacional, 1985.) ¿Por qué ceder a sus normas y puntos de vista, a menudo torcidos?

No hay ninguna necesidad de que te menosprecies o deprimas tan solo porque no eres delgado. Dios no nos juzga ni por nuestra altura ni por nuestra figura. “El simple hombre ve lo que aparece a los ojos —dice la Biblia—; pero en cuanto a Jehová, él ve lo que es el corazón.” (1 Samuel 16:7.) Sí, para Dios cuenta “la persona secreta del corazón”, no la medida de las caderas ni de la cintura. (1 Pedro 3:4.) Y si eres alegre, bondadoso, generoso y te preocupas por otros, la gente por lo general se sentirá atraída a ti.

No quiere decirse que no puedas hacer nada para mejorar tu aspecto. Pero si no estás demasiado contento con tu físico, no tienes por qué castigar tu cuerpo con cualquier dieta que esté de moda. Quizás tan solo sea cuestión de tener más cuidado con los estilos y colores que utilizas, así como seleccionar ropa y colores que disimulen lo que consideras faltas y que acentúen tus encantos.

Aun así, quizás pienses que te vendría bien perder algo de peso. O quizás tengas un auténtico problema de obesidad y quieras perder peso, no solo para tener mejor aspecto, sino por motivos de salud. En el próximo artículo se verá cómo lograrlo sin problemas.

[Fotografía en la página 18]

Muchas suponen que tienen exceso de peso porque su figura no es como la de las modelos de las revistas de moda

[Recuadro en la página 19]

“Estoy demasiado delgado”

No todos los jóvenes están de acuerdo en que estar delgado es encantador. “Soy un muchacho de 15 años muy delgado y siempre se están metiendo conmigo”, se queja un joven llamado Mark. La delgadez a menudo no es más que un efecto secundario de la pubertad. Un cuerpo en crecimiento consume una enorme cantidad de calorías. Quizás el joven no comience a engordar hasta que se detenga el estirón del crecimiento. La genética desempeña también un papel importante. Desde luego, una enfermedad o desequilibrios hormonales también pueden causar delgadez excesiva, y en estos casos es esencial la atención médica. Tal vez sea necesaria asimismo la ayuda profesional en el caso de jóvenes que dejan de comer porque están deprimidos o porque sufren de un trastorno grave del apetito, como la anorexia nerviosa.

En cualquier caso, si crees que estás demasiado delgado, convendría que contaras con la opinión de un médico. Puede que solo tengas que aprender a aceptar tu apariencia, e incluso a que te guste.

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