BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • g94 8/7 págs. 17-19
  • La visita anual de las gigantescas tortugas laúd

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • La visita anual de las gigantescas tortugas laúd
  • ¡Despertad! 1994
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • Salen del mar
  • Cubre los huevos
  • Esfuerzos por conservarlas
  • Donde el hombre se encuentra con la tortuga
    ¡Despertad! 1993
  • Una mirada a la ‘tortuga del Lord Mayor’
    ¡Despertad! 1976
  • El sistema de navegación de la tortuga marina
    ¡Despertad! 2011
  • Considere la evidencia del mundo de los animales
    ¡Despertad! 1978
Ver más
¡Despertad! 1994
g94 8/7 págs. 17-19

La visita anual de las gigantescas tortugas laúd

POR EL CORRESPONSAL DE ¡DESPERTAD! EN MALAYSIA

ES CASI medianoche. La luna llena refleja un brillo dorado sobre un mar tranquilo. En la playa de Rantau Abang hay varios grupos de personas, unos de pie y otros sentados o agachados sobre la fina y fresca arena. ¿Qué hacen aquí a estas horas? Esperan pacientemente la visita de un enorme caparazón con cuatro aletas: la gigantesca tortuga laúd.

Estos misteriosos visitantes anfibios han dado fama internacional a esta playa, que, de otro modo, sería desconocida. Rantau Abang se encuentra en la costa este de Malaysia Peninsular, al norte de Dungun y a unos 400 kilómetros de Singapur. Es uno de los escasos lugares del mundo al que las tortugas laúd regresan todos los años con una noble misión.

La temporada de desove se extiende aquí aproximadamente de mayo a septiembre. Los meses de mayor actividad son junio, julio y agosto, y es bastante fácil ver el proceso de desove. Por lo general las tortugas salen del agua después que se hace de noche. ¿Habrán esperado en vano estos visitantes llegados de toda Malaysia, Singapur y Occidente?

Salen del mar

De repente, destacándose sobre la reluciente masa acuosa, se divisa algo que se mueve arriba y abajo como si flotara. La multitud se emociona. Al acercarse a la orilla, comienza a salir del agua un objeto abovedado. Es una tortuga que se acerca a tierra. Los pocos guías presentes nos advierten que, al observarla, guardemos el máximo silencio posible para evitar que el ruido la ahuyente.

Primero aparece la cabeza, luego el cuello, seguido de la parte delantera del caparazón y las aletas anteriores, hasta que por fin toda la tortuga está en la orilla. El suave oleaje acaricia su cola y las aletas posteriores. Es un verdadero gigante de unos dos metros o más desde la nariz al extremo de la cola que yace inmóvil sobre la arena.

Repentinamente, la tortuga se eleva sobre sus aletas delanteras y empuja su cuerpo hacia adelante, dando un golpe seco contra el suelo. Permanece quieta por un instante, como si respirara y cobrara fuerzas para el siguiente empuje. Así es como se mueve en tierra. Las personas que se agrupan a ambos lados se mantienen a cierta distancia. Los guías son muy estrictos en esto. Con cada movimiento que realiza hacia delante, la muchedumbre también avanza, pero sin hacer ningún ruido.

Conforme se aleja de la orilla, la tortuga laúd sabe instintivamente hacia dónde se dirige. Su instinto la capacita para hallar el emplazamiento donde los huevos disfrutarán de todas las ventajas posibles para que se incuben sin contratiempos. En ese lugar comienza a cavar un agujero. Las aletas posteriores se convierten en palas, con las que retira la arena.

Después de lo que parece un largo rato, uno de los guías, que también tiene autorización oficial para recoger los huevos, se adelanta y mete su brazo hasta el codo en el profundo agujero. Cuando lo saca, se oye un suspiro de asombro y emoción. ¡Tiene un huevo de la tortuga laúd!

El huevo es de color blanco mate. Su tamaño puede oscilar entre el de una pelota de ping-pong y el de una de tenis. Sin embargo, los últimos huevos de una puesta suelen ser del tamaño de una canica. A diferencia de los huevos de las aves, la cáscara del huevo de tortuga es en realidad una piel dura que se deforma con facilidad al presionarla. Curiosamente, la clara del huevo (albumen) se mantiene líquida incluso después de cocida. Se dice que el huevo de tortuga cocido tiene un gusto algo amargo y un ligero sabor a pescado. Una tortuga deja una media de 85 huevos por puesta. No obstante, en 1967 se informó de una puesta extraordinaria de 140 huevos.

A estas alturas la gente puede tomarse mayores libertades. Algunos tocan y examinan tímidamente la tortuga. Otros se suben encima o posan apoyados en ella a fin de obtener una foto para el álbum familiar. Un examen más detenido del animal permite apreciar una secreción mucosa espesa y traslúcida llena de granos de arena que fluye de sus ojos. Se dice que la provoca el cambio de un medio acuoso al contacto con el aire. De vez en cuando, la tortuga abre la boca para respirar, emitiendo un sonido similar a un rugido.

Cubre los huevos

Después de un buen rato, comienza a mover sus aletas posteriores para tapar el agujero con arena. En cuanto lo cubre, la tortuga laúd comienza a mover enérgicamente sus aletas traseras como si fueran un limpiaparabrisas, y lanza arena en todas direcciones. La multitud presente se retira de inmediato para protegerse el rostro y el cuerpo. El continuo aleteo prosigue por algún tiempo. ¡Qué poder y resistencia tiene! Cuando finaliza, el hoyo que la tortuga laúd había cavado ha desaparecido por completo. Verdadera sabiduría instintiva. Pero ¡cuánto mayor es la sabiduría de su Creador!

Antes de que la tortuga regrese al mar, un recolector de huevos autorizado pone una etiqueta en una de sus aletas anteriores. Esto se hace con el propósito de poder seguir sus posteriores visitas a tierra y sus movimientos en mar abierto. Cada temporada desova de seis a nueve veces, con un intervalo de nueve a catorce días entre las puestas.

De repente la tortuga laúd se alza y se echa hacia delante. Se gira para colocarse en dirección al mar, arrastrándose bastante más deprisa que cuando llegó. Al tocar el agua, introduce primero la cabeza, y después, el caparazón. Por fin desaparece. Cuando vuelve a asomar la cabeza, se encuentra ya a bastante distancia. Nada rápidamente mar adentro mientras la luz de la Luna le ilumina la punta de la nariz. ¡Qué agilidad y velocidad tiene en el agua! Qué diferencia con la torpeza y lentitud que la caracterizan en tierra.

Esfuerzos por conservarlas

Al igual que una cantidad cada vez mayor de otras especies, las tortugas laúd se hallan en peligro de extinción debido a los estragos que causan la contaminación y la avaricia humana. A mediados de la década de los setenta, centenares de tortugas jóvenes aparecieron flotando en las costas del vecino estado de Pahang: estaban muertas. Además, los huevos de las tortugas se recogen sin ningún escrúpulo para satisfacer los gustos exóticos de algunos paladares.

Afortunadamente para estos animales, la honda preocupación que existía en Malaysia por su disminución motivó la adopción del Decreto sobre las Tortugas en 1951. Se prohibió la recolección privada de huevos. Sin embargo, como conseguir una buena ganancia es una tentación muy grande, hay quienes violan esta ley. Aun así, los esfuerzos por conservar las tortugas no han sido inútiles.

Alegra ver filas enteras de diminutos carteles clavados en la arena de la playa de Rantau Abang. Cada uno señala el lugar donde se encuentra enterrada una puesta de tortuga laúd. La señal especifica la cantidad de huevos, la fecha en que se colocó el letrero y un número que identifica la puesta. Unos cuarenta y cinco días después de esta, se coloca una red de alambre alrededor del letrero para evitar que escapen las crías. La incubación dura de cincuenta y dos a sesenta y un días. Cuando las crías salen, por lo general después de la puesta del Sol, se anota la cantidad de cada agujero. Luego se las coloca en contenedores y más tarde se las suelta en la orilla del mar.

El programa de conservación ha criado con éxito miles de pequeñas tortugas para luego devolverlas a su hogar acuático. No obstante, la baja proporción de supervivencia y la disminución en la cantidad de tortugas laúd que vienen a Rantau Abang siguen siendo causas de preocupación.

[Fotografías en la página 18]

La tortuga laúd, con una envergadura de 1,8 metros desde la cabeza hasta la cola, deposita docenas de huevos. Unas ocho semanas después salen las crías

[Reconocimientos]

C. Allen Morgan/ Peter Arnold

David Harvey/SUPERSTOCK

Leathery turtle. Lydekker

[Reconocimiento en la página 17]

C. Allen Morgan/Peter Arnold

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir