De nuestros lectores
La comunicación Hoy he recibido el número del 22 de enero de 1994, que incluye la serie de artículos “La comunicación en el matrimonio”. Son posiblemente los mejores artículos que jamás he leído. Mi esposo y yo llevamos año y medio casados. Aun cuando tenemos una buena relación y somos muy felices, a veces surgen entre nosotros problemas de comunicación. ¡Despertad! expuso muy bien varias de las razones por las que esto sucede. Antes de empezar a leerlos por tercera vez, permítanme dar las gracias a Jehová y a ustedes por publicar información tan oportuna.
C. M., Estados Unidos
A mi esposo le va bien como anciano cristiano y evangelizador de tiempo completo. No obstante, nuestra comunicación ha sido deficiente desde que nos casamos, y hemos atravesado momentos difíciles. Los artículos expusieron con franqueza las raíces del problema. Estamos seguros de que nos ayudarán a mejorar nuestra relación.
C. A., Japón
Cuando leí las reacciones de “Silvia”, me di cuenta de que yo misma no hubiera podido describir mejor mis sentimientos, y en el comportamiento de “Juan” vi reflejado el de mi esposo. El artículo trata de las causas más bien que de los efectos. Además, me agradó el tono simpático que emplearon al abordar un tema tan importante.
E. F., Italia
Aunque apenas he cumplido 17 años y no tengo deseos de casarme por ahora, les agradezco mucho que hayan examinado a fondo las razones por las que la gente actúa como lo hace. Voy a guardar el artículo para leerlo de vez en cuando en los próximos años. Lo necesitaré, sobre todo, cuando esté lista para contraer matrimonio.
N. B., Estados Unidos
Mi padre se parece mucho a “Juan”. Ahora comprendo que cuando se refugia en el silencio y no me habla, está en su derecho. Aun cuando el artículo fue instructivo, temo que él lo utilice para confirmar que su forma de actuar es correcta.
A. B., Estados Unidos
El propósito de los artículos era ayudar a los lectores a comprender por qué los hombres y las mujeres tienden a sentir o actuar de determinada manera. Sin embargo, no era nuestra intención dar a entender que de algún modo unos u otros tienen el derecho a permanecer callados o a comportarse indebidamente. Las Escrituras exhortan a los padres a ‘no exasperar a los hijos’. (Colosenses 3:21.) Ello excluye el sumirse en largos períodos de silencio cuando los hijos desean y necesitan los consejos paternos.—La dirección.
Estoy seguro de que están recibiendo una infinidad de cartas con comentarios positivos sobre estos artículos. Por favor, incluyan los míos. En el artículo sobre “Juan” y “Silvia”, bien hubieran podido sustituir sus nombres por los de mi esposa y mío. ¡Cómo quisiera haber entendido antes los sentimientos de mi esposa! Yo era igual que “Juan”, siempre esforzándome por cubrir sus necesidades, pero haciéndolo como yo hubiera querido que cubrieran las mías. Ahora la que fue mi esposa durante veinte años se ha divorciado de mí. ¡Ojalá que estos artículos toquen su corazón e intentemos rehacer nuestro matrimonio!
J. K., Estados Unidos
Examen bíblico Disfruté mucho del artículo “¿Se lo ha preguntado alguna vez?”, que apareció en el número del 8 de enero de 1994. Hice copias de la página y las envié a varios amigos, familiares y personas interesadas, animándolas a comprobar las citas bíblicas y a apuntar cualquier pregunta que tuvieran. Este artículo resulta de gran utilidad para hablar de la Biblia con ellos. Por favor, sigan publicándolo.
M. S., Estados Unidos