De nuestros lectores
La religión y la guerra Quiero expresar mi gratitud por la serie “Cuando la religión toma partido en la guerra” (22 de octubre de 1994). Yo viví la masacre de serbios en Croacia, pero era muy pequeña para recordarla. Esta situación trágica y complicada me preocupa bastante. Me gustó mucho cómo expusieron el papel de la religión y sus continuas provocaciones a la división y al odio en esas naciones.
M. K., Estados Unidos
Me conmovió el artículo “Nosotros no apoyamos la guerra de Hitler”. Estaba redactado con tanto realismo que casi lloro. Tengo 15 años, y me animó mucho saber que, prescindiendo de las pequeñas persecuciones que tenga que afrontar en la escuela o en la predicación, podré superarlas.
A. M., Estados Unidos
Cuando leí las pruebas que afrontó la familia Wohlfahrt, no pude evitar que se me saltaran las lágrimas. Aquellas adversidades hacen que mis pequeños problemas parezcan realmente insignificantes. El artículo me ayudó a seguir adelante, consciente de que, a medida que este sistema se acerca a su fin, los cristianos tendremos que afrontar oposición como esa.
M. S., Estados Unidos
Obras de socorro Me preocupaba la situación de los testigos de Jehová de Ruanda. Cuando leí el artículo “Ayuda a las víctimas de la tragedia de Ruanda” (22 de diciembre de 1994), me enteré, en parte, de las cosas que están sufriendo. El artículo dice que muchos han muerto. La esperanza de conocerlos en el Paraíso me hace sentir un poco mejor. Mientras tanto, seguiré orando por mis hermanos ruandeses.
J. D., Japón
El escurridizo lobo Gracias por la variedad de artículos informativos, y con frecuencia entretenidos, que publican sobre la creación de Jehová. El artículo “Una escurridiza criatura, denostada y amada a la vez”, que habló del Canis lupus (8 de septiembre de 1994), me pareció sumamente interesante. Pero el animal representado en la primera página del artículo me parece muy pequeño como para tratarse de un lobo.
S. W., Alemania
Agradecemos la observación de tan perspicaz lectora. En efecto, la silueta que allí aparece fue basada en la fotografía de un coyote, y no de un lobo. Lamentamos el error.—La dirección.
El satanismo Los estereotipos y generalizaciones que hicieron sobre la música heavy metal en la serie de artículos “El señuelo del satanismo” (22 de septiembre de 1994), me parecieron de muy mal gusto. Aunque existen bandas que encajan muy bien en ese estereotipo, su artículo omitió decir que hay mensajes positivos en la música heavy metal.
C. C., Estados Unidos
Quizás no toda la música “heavy metal” promueva directamente el satanismo. De cualquier modo, las bandas de “heavy metal” son bien conocidas por su apariencia y comportamiento escandalosos. También se sabe que este género musical está vinculado con el consumo de drogas y la violencia. En vista de estos hechos, nos sentimos con la obligación de advertir a nuestros lectores del peligro que encierra esta música en todas sus variantes.—La dirección.
Todo lo que mencionaron fue exacto. Criamos a nuestra hija mayor como cristiana. Pero se hizo cada vez más rebelde. Nos dimos cuenta de que se juntaba con muchachos que oían música heavy metal. Ocultaba de nosotros los casetes de ese tipo de música y los escuchaba por las noches con auriculares. Algunas piezas eran cantos satánicos. Más tarde descubrimos que escondía símbolos satánicos en su habitación. Con el tiempo se fue de casa, y sigue estando muerta en sentido espiritual. Y todo comenzó con la música heavy metal.
D. B., Estados Unidos