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¡Despertad! 1995
g95 22/7 págs. 16-19

Las mujeres de la India rumbo al siglo XXI

POR EL CORRESPONSAL DE ¡DESPERTAD! EN LA INDIA

Unas son altas; otras, bajas. Unas, delgadas; otras, gruesas. Unas, chistosas; otras, adustas. Unas, inmensamente ricas; otras, terriblemente pobres. Unas, muy cultas; otras, del todo analfabetas. ¿Quiénes son? Las mujeres de la India. ¿Y qué dirección llevan? Van rumbo al siglo XXI.

EN EL extranjero, la imagen predominante de la mujer india es de gracia, belleza, misterio y encanto. Muchos hombres buscan esposa en este país, debido en parte a la reputación que tienen las indias de estar más dispuestas a ser sumisas, complacientes con los esposos y buenas amas de casa que sus hermanas más independientes de Occidente. No obstante, en vista de la gran mezcolanza de antecedentes étnicos, religiosos y sociales que existe en el país, resulta engañoso hablar de una típica mujer india. En esta fascinante tierra habitan mujeres de todo tipo.

En la historia de la India intervinieron muchas culturas que fueron fusionándose pacíficamente o por la fuerza. Existen diferentes teorías sobre el origen de los primeros pobladores, los drávidas. Al parecer, procedían de una mezcla de grupos australoides y del sur del Mediterráneo, relacionados particularmente con Creta. Cuando los arios y los persas penetraron en la India desde el noroeste y los mongoles desde el nordeste, los drávidas se retiraron hacia el sur. De modo que, por regla general, las mujeres del sur del país son de baja estatura y tienen la piel morena. Las del norte tienden a ser más altas y de piel más clara, pero también tienen el pelo y los ojos oscuros. En el nordeste son comunes los rasgos orientales.

La condición social de la mujer india ha sido determinada en gran medida por la religión. Puesto que la India moderna es un estado secular, se está intentando a toda costa cambiar los conceptos tradicionales que han impedido progresar a la mujer. Se están dando pasos importantes para que todas las mujeres, no solo las ricas o influyentes, tengan más oportunidades de recibir educación. Las clases de alfabetización, los cursos de aprendizaje de oficios en los pueblos y la enseñanza escolar gratuita para las niñas están aumentando el prestigio de las mujeres de este país.

El 22 de junio de 1994 se dio un gran paso hacia adelante en el estado de Maharashtra cuando se hizo pública una normativa gubernamental respecto a las mujeres. Calificada por el vicepresidente indio K. R. Narayanan de “histórica” y “revolucionaria”, contempla los problemas básicos de la mujer, tales como los derechos de copropiedad, la custodia de los hijos, los subsidios de vivienda y la igualdad de oportunidades de empleo.

Al aumentar el número de mujeres que ya no viven confinadas en casa, sino que estudian fuera del hogar y entran en el mercado laboral, se ha puesto sobre el tapete la cuestión de los cambios en la moralidad. Ciertos informes muestran que en los centros de enseñanza se consume droga y han decaído los valores morales. Los medios de comunicación desempeñan un papel importante en la metamorfosis que están experimentando algunas jóvenes. Comparando las películas indias de hace treinta años con las actuales, muchos ven que la imagen de la mujer ha cambiado enormemente. “La heroína recatada, apacible y abnegada de las películas de cuando yo estaba en la escuela ha sido reemplazada por la joven moderna que, si no es feliz, abandona a su esposo y a su familia política y lucha por sus derechos e independencia”, comentó una mujer india.

Pero, en general, las mujeres de la India siguen siendo moderadas en la conducta y la vestimenta, en comparación con las de muchos otros países. El traje más común, el bonito sarí, cubre modestamente casi todo el cuerpo. Entre las jóvenes, sobre todo las del norte, es popular el shalwar-kameez, un vestido holgado que se lleva sobre unos pantalones tipo pijama. La ropa occidental, que se ve sobre todo en Bombay, Goa y Calcuta, suele ser de estilo y largura discretos.

Nuevas posibilidades de trabajo

¿Qué clase de empleos se ofrecen a las mujeres indias que van rumbo al siglo XXI? Una gran proporción de los habitantes del país vive en pueblos y se dedica a la labranza. Millones de personas trabajan en los campos. Las mujeres efectúan toda clase de labores agrícolas mano a mano con los hombres. También cargan el agua desde ríos y pozos lejanos hasta sus casas, y recogen laboriosamente leña para usarla de combustible. Mientras trabajan, llevan a los bebés a la cadera o los dejan en hamacas suspendidas de los árboles.

Desde comienzos del siglo XX, se ha producido un éxodo masivo de familias de las zonas rurales hacia las ciudades en busca de empleo. Las mujeres han trabajado en fábricas textiles y de otros tipos. La modernización de la industria, sin embargo, las ha perjudicado más a ellas que a los hombres. Solo a estos se les enseñó el manejo de la maquinaria, lo que causó muchas dificultades a las mujeres. Las relegaron a trabajos mal remunerados, como transportar materiales de construcción en las obras, tirar de carretillas cargadas con sacos pesados o vender ropa usada.

Los reformadores sociales intentaron mejorar la situación de la mujer. Aparecieron organizaciones como SEWA (siglas en inglés para Asociación de Trabajadoras Autónomas) que pretendían ayudar a las obreras iletradas a cuidar su salud para poder trabajar, a aprender a leer lo suficiente como para no verse entrampadas en prácticas corruptas, a mejorar sus técnicas de trabajo y a aprender a ahorrar para hacer su propio capital y no tener que pagar intereses elevados a prestamistas sin escrúpulos. A la pregunta de si el feminismo podría servir de instrumento social, la destacada socióloga Zarina Bhatti contestó: “En la India, feminismo significa escuchar los problemas de las mujeres, organizarlas, intentar impartirles conocimientos técnicos, así como sanitarios y dietéticos”.

También ha ido cambiando el parecer sobre la situación de las mujeres educadas de familias pudientes, a quienes se atribuía una posición social superior, y de las mujeres de familias de clase media. Ahora puede encontrarse a mujeres provenientes de ambas clases sociales en todo campo de actividad, no solo en la enseñanza y la medicina. Ejercen como pilotos de aviación, modelos, azafatas de líneas aéreas y policías, además de desempeñar altos cargos directivos. El puesto de primer ministro de la India estuvo ocupado durante muchos años por una mujer, elegida en la democracia más populosa del mundo. Las mujeres indias ostentan grados de oficial en las fuerzas armadas, son abogadas y juezas presidentas, y miles de ellas han montado negocios.

Cambios en el ámbito conyugal

En vista de la tendencia al empleo independiente, ¿qué piensa la mujer india moderna sobre el matrimonio? En los siglos XIX y XX se han producido grandes cambios en la situación de las casadas. La costumbre antigua llamada sati, es decir, la incineración voluntaria de las viudas sobre la pira funeraria de sus maridos, fue abolida durante el dominio británico. La legislación actual prohíbe el matrimonio infantil, de modo que ninguna menor de 18 años puede casarse legalmente. También está prohibido pedir dote a la familia de la novia, aunque esta perniciosa práctica persiste. Muchos miles de jóvenes recién casadas han sido asesinadas de un modo u otro, porque su familia no aportó suficiente dote, o porque se podía obtener más dinero de un segundo matrimonio.

Poco a poco están tratándose las causas subyacentes de las muertes por motivo de la dote. Tradicionalmente, la joven india que se casaba, se juntaba con su esposo en casa de sus suegros y allí permanecía hasta su muerte. Los padres de ella no podían traérsela de nuevo a su hogar por ningún concepto. Como carecían de formación académica, la mayoría de las mujeres no podían abandonar el domicilio de su esposo y trabajar para mantenerse. Por consiguiente, en muchas ocasiones se las torturaba, y sobre ellas pendía la amenaza de muerte. Si los padres no podían aportar más dinero o bienes para satisfacer a los codiciosos consuegros, las recién casadas se consumían en silencio esperando su destino, normalmente un accidente mortal provocado en el que explotaba una cocina o empezaba a arder un sarí de tela muy fina.

En el presente, tanto la legislación como los tribunales, grupos de apoyo y unidades de policía dedicados a la mujer brindan su ayuda a las casadas que creen que su vida está en peligro. Al tener más acceso a los estudios y ofrecérseles más oportunidades de trabajo, algunas mujeres optan por permanecer solteras o se casan a una edad madura, después de forjarse una carrera. De ese modo su dependencia del hombre, quien a menudo las avasalla, no es tan grande.

Más atención a las niñas

Otro problema que afecta a las mujeres y que está cambiando al aproximarse el siglo XXI es el deseo desmesurado de tener hijos varones. Esta preferencia, basada en creencias religiosas antiguas y en cuestiones económicas, ha llevado en muchos casos al asesinato de recién nacidas y al maltrato de niñas, ya que se les ha dado menos alimento, educación y atención médica que a los niños.

En tiempos recientes se ha hecho común el empleo de la amniocentesis para determinar el sexo del feto, lo que ha resultado con frecuencia en que se aborte a las niñas. Aunque se emitió una ley para regular el procedimiento, su práctica sigue bastante extendida. Se está haciendo lo posible por cambiar el concepto de que es preferible tener un hijo varón.

Las filosofías humanas han degradado a la mujer en muchos sentidos. Un ejemplo de ello es el trato que se da a las viudas. En la India antigua, las viudas podían volver a casarse, pero desde aproximadamente el siglo VI E.C. los legisladores se opusieron, y la situación de las viudas se tornó lastimosa. Se les prohibía contraer segundas nupcias y los parientes a menudo les robaban las posesiones de sus difuntos esposos y las trataban como si fueran una desgracia para la familia. Por consiguiente, muchas viudas preferían inmolarse en la pira funeraria de su esposo a soportar una vida de abusos e indignidades.

Desde finales del siglo XIX los reformadores intentaron aligerar la carga de tales mujeres, pero los sentimientos profundamente arraigados tardan mucho en desaparecer. En muchas comunidades, las viudas, a veces mujeres muy jóvenes que se casaron con hombres mayores, llevan una vida miserable. El doctor Saharada Jain, del Instituto de Estudios sobre el Desarrollo, dice: “El trauma de la viudez procede principalmente del hecho de que las mujeres están tan condicionadas que todo su psique se fundamenta en la identidad del esposo”. Se está tratando de ayudar a las viudas a avanzar hacia el siglo XXI con dignidad.

Diferencias entre las zonas rurales y urbanas

Hay una gran diferencia entre las mujeres de la ciudad y las del campo. Se calcula que el 25% de las últimas saben leer y escribir, mientras que en las ciudades, el porcentaje de muchachas que se benefician de la educación escolar y universitaria es muy superior. Con el objeto de ayudar a las mujeres de las zonas rurales, los asistentes sociales organizan clases de alfabetización, cursos para el cuidado de la salud y planes de empleo. Los gobiernos de algunos estados del país han reservado para las mujeres el 30% de las vacantes de trabajo del sector público, de las sociedades cooperativas y de la administración de su propio gobierno autonómico. Las organizaciones feministas tratan de aliviar el dolor y la miseria de millones de mujeres indias, y lo han conseguido hasta cierto punto. Por lo tanto, ¿qué se puede decir sobre el futuro de las mujeres de la India?

¡Hacia el siglo XXI!

¿Está cambiando el papel de la mujer india al acercarse al siglo XXI? Sí, y además rápidamente. Pero las indias se enfrentan a una situación parecida a la de sus hermanas de todo el mundo. Se ven ciertos progresos, pero también reveses. Hay esperanza, pero también desesperación. Hay casas hermosas y modos de vida opulentos, pero también barrios pobres, miseria absoluta y hambre espantosa. Millones de personas tienen que contentarse con subsistir, mientras que otras parecen poseer todo lo que el mundo ofrece. El futuro de la mayoría de las mujeres indias es incierto; tienen sueños, pero también tienen sus reservas.

Para algunas, en cambio, el futuro es prometedor, sobre todo para las que esperan vivir en la Tierra paradisíaca bajo la gobernación del Reino de Jehová en manos de Cristo Jesús. (Revelación [Apocalipsis] 21:1, 4, 5.) Estas esperan con confianza la llegada de un siglo XXI en el que todas las mujeres disfrutarán de la vida a plenitud.

[Fotografía en la página 16]

Transportando ladrillos hasta una obra

[Fotografía en la página 17]

Obteniendo agua para uso doméstico

[Fotografías en la página 18]

En una conferencia con hombres

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