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¡Despertad! 1995
g95 22/11 págs. 24-26

El vidrio. Sus primeros fabricantes vivieron hace muchísimo tiempo

LAS diatomeas, microorganismos unicelulares suspendidos cerca de la superficie en el agua de los mares, constituyen más de seis décimas partes del plancton oceánico. La palabra “plancton” significa “lo errante”, y se dice que las diatomeas “son tan pequeñas y frágiles que sencillamente se abandonan a merced de las corrientes”.

Es cierto que son pequeñas, pero difícilmente puede decirse que sean frágiles. Cuando las tormentas remueven los nutrientes del sedimento marino, estas algas unicelulares, conocidas como diatomeas, se alimentan vorazmente y pueden duplicarse en un par de días. Al hacerlo, se duplica también su producción de vidrio. Abundando en el tema, el libro La vida... ¿cómo se presentó aquí? ¿Por evolución, o por creación? dice:

“Las diatomeas, organismos unicelulares, toman el silicio y el oxígeno del agua de mar y componen vidrio o cristal, con lo cual construyen diminutos ‘estuches’ que contengan su verde clorofila. Un científico las alaba por su importancia y por su belleza: ‘Estas hojas verdes encerradas en joyeros son pastos para nueve décimas partes del alimento de todo lo que vive en los mares’. Una gran parte de su valor como alimento se halla en el aceite que las diatomeas elaboran, que también las ayuda a flotar cerca de la superficie, donde su clorofila puede bañarse en la luz solar.

”Sus bellas envolturas silíceas semejantes a cajitas de cristal, nos dice este mismo científico, tienen una ‘sorprendente variedad de formas —círculos, cuadrados, escudos, triángulos, óvalos, rectángulos—, siempre delicadamente ornamentadas con grabados geométricos. Están afiligranadas en cristal puro con pericia tan excelente que un cabello humano tendría que ser cortado a lo largo en cuatrocientas hebras para caber entre las marcas’” (páginas 143 y 144).a

Otro orden de diminutas obras de arte que se dan en el plancton oceánico son los radiolarios. Estos protozoarios, tan minúsculos que más de veinte de ellos cabrían holgadamente en la cabeza de un alfiler, también fabrican vidrio a partir del silicio y el oxígeno del océano. La intrincada belleza y los sorprendentes diseños de las estructuras que estas criaturas fabrican desafía cualquier descripción, pues exceden incluso a los de las diatomeas. Observe con cuidado esta fotografía de un radiolario de tres cápsulas concéntricas, como las muñecas rusas, con seudópodos protoplásmicos emitidos a través de los orificios de su esqueleto cristalino para atrapar y digerir sus presas. Un científico comenta: “Este superarquitecto no está satisfecho con un solo domo geodésico; tiene que hacer tres domos del más depurado encaje cristalino, uno dentro de otro”.

Algunas esponjas segregan esqueletos de vidrio; la más impresionante es la regadera de Filipinas. Cuando se introdujeron por primera vez en Europa, a principios del siglo XIX, su vistosidad cautivó tanto la atención, que se las trató como objetos muy valiosos de colecciones zoológicas hasta que se descubrió que no eran una rareza, sino que “formaban la alfombra del lecho marino próximo a Cebú (Filipinas) y a lo largo de las costas japonesas, a profundidades de entre 200 y 300 metros”.

Un científico quedó tan asombrado y perplejo ante esta variedad que expresó: “Cuando uno observa el complejo esqueleto de una esponja, como el que está formado de espículas silíceas y se conoce como [regadera de Filipinas], se queda atónito. ¿Cómo es posible que un conjunto de células, más o menos independientes, colaboren para segregar un millón de esquirlas vítreas y construyan una retícula tan compleja y hermosa? No lo sabemos”.

La esponja tampoco lo sabe, pues carece de cerebro. Lo hace porque fue programada para ello. ¿Quién la programó? No fue el hombre, pues aún no existía.

El papel del hombre en la historia del vidrio

Pero es patente que en la actualidad el hombre tiene la primacía en la fabricación del vidrio. Lo vemos en todas partes: en ventanas, lentes, pantallas de computadoras, cristalería y miles de productos más.

Su versatilidad y belleza han contribuido a mantener su popularidad. Aunque puede quebrarse con relativa facilidad, es resistente en otros aspectos. Sigue siendo el material predilecto para los alimentos. A diferencia de los metales, no transmite ningún sabor a la comida. Hay enseres de vidrio que sirven para cocinar. Usted difícilmente podría concebir que en su restaurante favorito le sirvieran un vino de buena cosecha en copas de plástico.

Job comparó el valor del vidrio con el del oro. (Job 28:17.) Aunque en sus días no fuese tan común como lo es hoy, es probable que ya se hubiera estado usando por más de mil años.

Con el tiempo, el arte de fabricar vidrio llegó a Egipto. Los egipcios emplearon el método del núcleo de arcilla. Se hacía un núcleo de arcilla y estiércol, se derramaba vidrio sobre él y se moldeaba haciéndolo girar sobre una superficie suave. Después, se añadían diversos diseños en la superficie con hebras de vidrios coloreados. Cuando el vidrio se enfriaba, se removía el núcleo de arcilla con un instrumento cortante. Teniendo en cuenta lo rudimentario que era este método, puede decirse que se elaboraron objetos de vidrio de asombrosa belleza.

Mucho tiempo después, un método nuevo, el del vidrio soplado, revolucionaría la producción de este material. Es probable que este arte se haya desarrollado en la costa mediterránea oriental, y sigue siendo la técnica principal en la manufactura de objetos de vidrio. Soplando por la boquilla de una caña, el soplador experto puede convertir rápidamente la “posta” de vidrio plastificado en el extremo opuesto en objetos complejos y simétricos. El vidrio también puede soplarse dentro de un molde. Cuando Jesús estuvo en la Tierra, el soplado del vidrio estaba en su infancia.

Las innovaciones de esta técnica, y el apoyo que recibió del poderoso Imperio romano, pusieron los objetos de vidrio al alcance de la gente común; dejaron de ser posesión exclusiva de nobles y ricos. La influencia romana difundió el arte del vidrio en muchos países.

Para el siglo XV, Venecia, la destacada sede del comercio europeo, se convirtió en la principal productora de vidrio del continente. La industria veneciana del vidrio se centralizó en Murano. Se tenía en gran estima a los vidrieros, pero se les prohibía abandonar la isla de Murano a fin de impedir que diseminaran sus valiosos secretos industriales.

La preciosa cristalería veneciana contribuyó mucho a popularizar el vidrio, pero su fabricación no era, de ninguna manera, una labor sencilla. El libro A Short History of Glass (Una breve historia del vidrio) cita una publicación de 1713 que explica cómo se fabricaba. “En el crudo invierno, los hombres, medio desnudos, se mantienen cerca de los ardientes hornos [...]. Su vigor y su aspecto [...] se consumen en el calor sofocante.” En los años siguientes, los cortadores pulían el vidrio con un disco giratorio y polvos abrasivos.

Innovaciones posteriores

Inglaterra merece una mención especial en la historia del vidrio. En 1676 un vidriero inglés perfeccionó la fórmula del vidrio de plomo. Al añadirse óxido de plomo se produce un vidrio más denso, fuerte, transparente y brillante.

En la época victoriana, cuando el Imperio británico alcanzó su cenit, también llegó a ser uno de los principales productores de vidrio. La gran exhibición del Palacio de Cristal en 1851, durante la primera feria mundial —que atrajo a expositores del arte industrial y artesanos de unos noventa países—, fue especialmente notable. Aunque el vidrio sobresalió en las exhibiciones, el Palacio de Cristal mismo, con su fuente de cristal de 8,2 metros, fue lo que acaparó la atención del público. En esta colosal estructura se utilizaron unas cuatrocientas toneladas de vidrio plano, es decir, 300.000 hojas de vidrio laminado a mano.

El siguiente paso trascendental en la industria del vidrio tuvo lugar en Estados Unidos. Consistió en el perfeccionamiento de la prensa automática en el decenio que inició en 1820. El libro A Short History of Glass explica: “Con una prensa automática, dos hombres de poca experiencia pueden producir cuatro veces más vidrio que un equipo de tres o cuatro sopladores expertos”.

A comienzos del siglo XX, se perfeccionó en Estados Unidos la máquina automática de moldeo de botellas. En 1926, una planta de Pennsylvania, contaba con una maquinaria automática de soplado capaz de producir 2.000 bombillas por minuto.

Muchos artistas y diseñadores se han sentido atraídos por las virtudes del vidrio. Ello se ha traducido en la creación innovadora de objetos y obras de arte de cristal.

El vidrio es realmente una maravilla. Piense en los múltiples usos que tiene, además de los domésticos: en el telescopio espacial Hubble, en los objetivos de las cámaras, en los sistemas de comunicación por fibra óptica y en los instrumentos de laboratorios químicos. ¿Frágil? Tal vez, pero sumamente versátil y hermoso.

[Nota a pie de página]

a Editado por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.

[Reconocimiento en la página 25]

Fotos superior e inferior: The Corning Museum of Glass

[Reconocimiento en la página 26]

The Corning Museum of Glass

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