¿Valora usted la libertad religiosa?
Por el corresponsal de ¡Despertad! en Estonia
PARNU es una localidad portuaria y turística de Estonia, pequeño país báltico que fue parte de la extinta Unión Soviética. La población de la ciudad supera los cincuenta mil habitantes. En la actualidad, gozan del derecho a practicar la religión que prefieran, libertad de la que carecían hace solo unos años. El 17 de junio de 1995, el diario local Pärnu Leht anunció que iba a publicar una serie de artículos sobre las once confesiones que hay en la ciudad.
El primero dijo: “Comenzaremos por una congregación cuya actividad, por lo visto, repercute en todos nosotros: los testigos de Jehová, que ahora se reúnen en el salón de actos de una fábrica de cerveza. [...] En 1931, los Estudiantes de la Biblia pasaron a denominarse con su nombre actual: testigos de Jehová. Hay más de cinco millones de Testigos en el mundo. En Estonia, la sede de los testigos de Jehová se halla en Tallin.
”La congregación de los proclamadores de Jehová de Parnu —prosigue el reportaje— se fundó hace año y medio con 25 integrantes, que ahora ya son 120 [...].
”La primera impresión es muy positiva. Los fieles, en su mayoría matrimonios jóvenes, son amigables, están bien vestidos y tienen una actitud abierta. Es asombrosa la disciplina de los niños, pues aunque no es fácil para los pequeños quedarse sentados en el mismo lugar durante hora y media, lo hacen.”
Al explicar las diferencias entre los testigos de Jehová y otras religiones, el periódico señaló: “Subrayan que se avecina el paraíso. Es notable, asimismo, lo bien que la congregación conoce la Biblia, de la que citan a cada momento”. El artículo termina diciendo: “Estas 120 personas, proclamadores de Jehová, han hecho su elección, y viven convencidas de haber acertado. La fe y su proclamación constituyen el eje de su vida”.
Pero este primer reportaje de la prevista serie sobre las religiones de Parnu no agradó a todos sus habitantes. El 8 de julio de 1995, el diario Pärnu Leht comentó: “Deseamos publicar una petición de las iglesias referente al inicio de una nueva columna”. Esta petición al periódico iba firmada por los representantes de la Iglesia Ortodoxa de Estonia, la Iglesia Evangélica Luterana de Estonia, la Unión Estonia de Cristianos y Bautistas Evangélicos y la Iglesia Metodista de Estonia.
Los cuatro dirigentes eclesiásticos presentaron la siguiente protesta: “Nos extraña mucho que comenzaran la serie con un reportaje sobre los testigos de Jehová”. También agregaron: “Con relación a la serie, deseamos manifestar que estimamos imposible conceder una entrevista a Pärnu Leht”.
Los eclesiásticos terminaron diciendo: “En una comunidad donde muchos viven confundidos por la presión descarada de varias nuevas religiones y sectas que propagan la ‘espiritualidad’, consideramos oportuno que las publicaciones tomen en cuenta el cuadro religioso de la localidad y sean capaces de diferenciar las iglesias históricas de las sectas y movimientos extremistas. Los miembros del Concilio Estonio de Iglesias, que representa a las iglesias cristianas que cooperan ecuménicamente, pueden proporcionar orientación clara al respecto”.
No obstante, tras publicarse esta carta, el redactor de Pärnu Leht, planteó varios puntos que invitan a la reflexión: “Todo lo que nos parece acertado tal vez no lo sea, y la forma en que Dios ve estas congregaciones quizás no coincida con los pareceres de estas cuatro honorables iglesias, y viceversa. Nadie, ni las iglesias con tradiciones seculares, es infalible”.
¿Qué opina usted del cambio de actitud ante la religión operado en las anteriores repúblicas soviéticas? Confiamos en que las personas de todo el mundo que buscan la verdad valoren la libertad religiosa de que disfrutan estos países.
[Ilustraciones de la página 24]
La congregación de los testigos de Jehová de Parnu
[Mapa de la página 23]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
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