De nuestros lectores

Las escuelas en crisis Mientras esperaba el autobús, me entregaron la revista titulada “Las escuelas en crisis” (22 de diciembre de 1995). Me ha resultado más útil que un libro completo que leí hace poco sobre el tema. Les agradecería mucho que me suscribieran a ¡Despertad!

V. C., Estados Unidos

La sección que hablaba de la Escuela del Ministerio Teocrático me recordó una ocasión en la que tuve que presentar un informe oral en el colegio, aunque todavía no sabía mucho inglés. Cuando acabé la exposición, el maestro me dijo que lo había impresionado, y que había sido la única que había mantenido una buena postura y había dirigido la vista hacia el auditorio. Esto fue posible gracias a la magnífica preparación que recibimos en el Salón del Reino mediante la Escuela del Ministerio Teocrático.

G. A., Estados Unidos

No pensaba que estos artículos me fueran a conmover tanto. En mis años de escuela, mis padres estaban demasiado preocupados con sus propios problemas como para abogar por mí. Así que en varias ocasiones me sentí totalmente desamparada. Artículos como estos me demuestran que Jehová ama a los jóvenes y que no quiere que se sientan solos en el mundo.

M. M., Estados Unidos

Malí El artículo “Una primicia de Malí” (22 de diciembre de 1995) fue estupendo. Ya lo he leído tres veces. ¡Cuánto me gustaría que mis circunstancias me permitieran ser misionera! El reportaje también me hizo tomar conciencia de que hay muchas personas que no disfrutan de las mismas comodidades que nosotros y, sin embargo, son felices. ¡Qué buen recordatorio!

D. L., Estados Unidos

Rocas espaciales Hace unos cuantos días me preguntaba qué diferencia hay entre una estrella fugaz y un meteorito. Imagínense mi sorpresa al leer el artículo “Rocas que vagan por el espacio” (8 de diciembre de 1995), que trataba esta misma cuestión. Gracias por publicar artículos que nos dan a conocer la creación de Jehová.

R. P., Suiza

Aprenden de Andrew Acabo de leer el artículo “Lo que hemos aprendido de Andrew” (8 de diciembre de 1995), sobre el joven que tiene el síndrome de Down. Nosotros también tenemos un hijo con una discapacidad mental, y muchos comentarios de los padres de Andrew reflejan nuestros sentimientos. A menudo es difícil para nuestros hermanos cristianos entender las dificultades particulares que conlleva criar a un disminuido mental, así como las presiones emocionales que tiene sobre sí la familia. De modo que, gracias por la información.

J. B., Inglaterra

Creo que este ha sido uno de los artículos más bellos y sensibles que se han redactado. En tan solo tres páginas se ha logrado resumir un tratado sobre cómo debemos ver a los discapacitados. El reportaje presenta una gran lección sobre las relaciones humanas.

M. L., España

El año pasado mi esposa dio a luz un niño con el síndrome de Down. Al igual que los padres de Andrew, supimos lo que sienten muchos padres cuando se les comunica que su hijo es discapacitado: angustia, tristeza e incertidumbre respecto al presente y el futuro. Nosotros, por nuestra parte, ya hemos aceptado el impedimento de nuestro bebé. Pronto cumplirá seis meses, y está progresando bien. Desde el día siguiente al nacimiento, mi esposa ha recibido muchas visitas de hermanos y hermanas. Verdaderamente experimentamos lo que significa tener una familia espiritual. Y además del amor de nuestros hermanos, contamos con Jehová. Gracias por este artículo.

G. C., Francia